VALÈNCIA. Power Electronics se ha consolidado como uno de los líderes mundiales en la fabricación de seguidores solares y sistemas de almacenamiento energético. Con ADN valenciano y planta productiva en Llíria, la compañía supera los 1.000 millones de euros de facturación anual y emplea a más de 3.000 personas en todo el mundo. Su crecimiento y posición estratégica la han convertido en objeto de interés para fondos e inversores internacionales, que han intentado adquirirla sin éxito y con escasas opciones de lograrlo en el futuro.
"Intentan comprarnos todos los días, pero seguimos con la firme convicción de no vender", subrayó este jueves Lalo Salvo, vicepresidente técnico del grupo, en el marco de la ponencia 'Power Electronics: De Valencia a líder global en tecnologías críticas para la transición energética', organizada por Fundación LAB y el Ivie para presentar un informe sobre la presencia digital de las empresas. En este sentido, Salvo aseguró que dar entrada a un fondo conllevaría que la empresa perdiera su capacidad de decisión y gestión, algo que no están dispuestos a asumir ni él ni el resto de sus hermanos, David y Amadeo, con los que dirige la compañía. Tampoco contempla una salida a bolsa porque, de igual modo, cree que el control acabaría en manos de accionistas externos.
En su intervención, el empresario hizo un repaso a los orígenes y grandes hitos de la compañía, desde sus inicios como distribuidores de material para la automoción hasta convertirse en fabricantes de inversores solares para plantas fotovoltaicas en Europa, Oceanía y América, y almacenamiento energético. Y, a lo largo de ese camino, destacó como clave del éxito "ser muy ágiles y estar muy cerca del cliente". "Aunque somos una multinacional intentamos trabajar como una pyme y, a día de hoy, las decisiones estratégicas las toman las personas", incidió.
Esta mentalidad, sostuvo, es lo que ha permitido a Power Electronics posicionarse como líder en mercados tan complicados como EEUU, Reino Unido o Australia. Tanto es así que, en 2024, Estados Unidos representó el 62,6% de los 1.091 millones de euros que facturó a nivel global la empresa. En este momento, cuenta con una planta de 20.000 metros cuadrados en Houston y ya ha anunciado una nueva factoría, de 170.000 metros cuadrados y 300 millones de dólares de inversión, con la idea de incrementar su fabricación en el país en más de 20 GW. Su puesta en funcionamiento está prevista para 2026 y creará 600 empleos.

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No obstante, de cara al futuro, la compañía aspira a minimizar su dependencia con el país que ahora dirige Donald Trump. "Queremos que no pese tanto en el negocio. En 2026, esperamos facturar en torno a 1.800 millones de euros y que EEUU represente el 50%", señaló Salvo. Eso sí, dejó claro que es un mercado clave y seguirán creciendo porque "es una máquina de devorar energía", remarcó, pero quieren que ese incremento vaya acompasado con una mayor penetración en otros países que también demandan sus equipos.
Una estrategia que supone un giro de guión de los planes iniciales de la compañía. Y es que en enero, el propio Lalo Salvo deslizó la posibilidad de llevarse a Estados Unidos el 60% de la producción de su planta valenciana en Llíria con el fin de reducir el impacto de los aranceles de Trump. En este sentido, aseguró que si había gravámenes la hoja de ruta pasaba por acelerar la construcción de su nueva planta en Houston para "irse a EEUU a fabricar lo antes posible", dado que el 60% de su fabricación en Valencia se exporta a EEUU. Sin embargo, ahora, parece que Power Electronics da marcha atrás y lo que pretende es expandirse y ganar cuota en otros destinos.
"Aranceles a productos asiáticos en Europa"
En cualquier caso, el directivo reconoció que Europa es un mercado más complejo, especialmente por la fuerte presencia china, una competencia que no ocurre en Estados Unidos o Australia, donde, según señaló, los gobiernos han frenado la entrada de producto asiático. A su juicio, la filosofía en los países europeos es que lo "barato es mejor", lo que dificulta ganar presencia porque son conscientes de que no pueden competir en precio. "Por eso, somos líderes en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, y no lo somos en Europa ni España", remarcó.
Por ello, exigió a Bruselas aranceles a productos asiáticos para que las empresas locales puedan reforzar sus estrategias de integración vertical y aumentar competitividad. “Hay que competir con China en calidad y diferenciación”, insistió. En su caso, además, gran parte de los beneficios los reinvierten en mejoras o los mantienen en caja para fortalecer la empresa.
Actualmente, Power Electronics cuenta con 26 delegaciones por todo el mundo y puntos de venta en más de 100 países A cierre de 2024, la compañía alcanzó los 120 GW de potencia instalada (91 GW en el ejercicio 2023) y una capacidad productiva de 36 GW, estando presente en la planta fotovoltaica más grande de Europa. Actualmente, tiene presencia en 36 países alrededor del mundo y ha llevado a cabo más de 3.000 proyectos solares y de almacenamiento energético.