VALÈNCIA. Decía Daniel Borrás que la barra es antídoto, que la barra todo lo cura. Se van las penas, se vienen las alegrías. En València somos mucho de silla, y muy poco de taburete. Por eso se agradecen bálsamos como La Principal, "donde todo está bueno y todo ocurre como tiene que ocurrir". Maestro, Borrás, en esto de explicar el latido de la vida.
El restaurante de Aragón tiene una zona de sala más formal, pero puestos a jugar, vamos a rozar las espaldas en torno a esa 'L' de madera. Vitrina con buen producto, carta de vinos disfrutona y una sarta de costumbres. La primera, pedir la sepia con mayonesa, con fama en toda la ciudad. Aunque como cada quien compone las suyas, los días de frío quiero cuchara, y para las noches jugonas, que me saquen el montadito de steak tartar.
“Para preparar el steak empleamos solomillo de vaca de gran calidad. Cortamos con el cuchillo a dados, sin aplastar la carne, lo que lleva cierto tiempo", va confesando Rafael Honrubia, propietario de La Principal y Aragón 58. El apellido familiar es legendario en la hostelería valenciana, por cuanto han sabido dar con modelos de negocio tan necesarios.
Foto: KIKE TABERNERSigamos con el crimen. Íbamos por el descuartizamiento, pero hay más elementos puestos a perpetrar el plato. "Es importante que la salsa esté bien ligada y equilibrada. Que ningún sabor tape a otro. Nos gusta sentidito de picante. Pero eso depende de cada paladar, por supuesto", añade. "Ah, y el pan, que para algo es un montadito. Optamos por la pataqueta, porque le queda bien y por darle un guiño valenciano”, concluye el anfitrión de la casa.
Que sí, que es un delito. Carne cruda y sabor picante; disfrutar como unos sádicos con esa mostaza en grano, esas alcaparras en vinagre y la salsa Perrins. Ya lo dijimos: València es territorio steak tartar. Y tienen indulto los de El Gastrónomo, Askua o Gran Azul. Pero en esto que sacas el colmillo en la barra de La Principal, y de una dentellada vuelves a la vida.