VALÈNCIA. El final del año suele ser un momento propicio para hacer balance de la gestión y fijar hitos de cara al ejercicio siguiente. En el ámbito de los grandes proyectos de transformación urbanística, especialmente aquellos de los que se llevaba tiempo esperando noticias o avances, la alcaldesa de València, María José Catalá, ha optado por concentrar varios anuncios en el mes de diciembre.

Justo antes del parón navideño, el Ayuntamiento anunció novedades sobre la tramitación de distintas actuaciones de alto contenido simbólico, como la remodelación de la céntrica calle Colón, la reforma de la plaza del Ayuntamiento o el bautizado por la alcaldesa como edificio “baluarte” de La Marina. Un encadenado de anuncios que, más allá del estado real de cada proyecto, busca ofrecer la imagen de un cierre de año marcado por el avance de iniciativas largamente pendientes.

Remodelación de Colón 

El primero de los grandes anuncios llegó el 4 de diciembre con la presentación del proyecto de remodelación de la calle Colón, una de las principales arterias comerciales de la ciudad que llevaba décadas sin una intervención profunda. La actuación supondrá una renovación del pavimento tanto de la calzada como de las aceras, así como la sustitución del mobiliario urbano. El proyecto mantiene los mismos carriles para el tráfico rodado, pero elimina el aparcamiento de motocicletas a lo largo de toda la vía, que se reubicará en calles adyacentes. Frente a otras grandes transformaciones del centro histórico, esta intervención se perfila como una de las pocas reformas urbanas de calado que el gobierno municipal podrá mostrar terminada antes de las elecciones de 2027.

Tan solo una semana después, la alcaldesa volvió a citar a los medios en el salón de la Chimenea del edificio consistorial para anunciar la que probablemente es la reforma más esperada por su simbolismo y por los problemas acumulados en su tramitación: la plaza del Ayuntamiento. Catalá presentó el proyecto básico de la futura plaza, que cuenta con un presupuesto estimado de 11,48 millones de euros y un calendario que sitúa el fin de las obras ya fuera de esta legislatura.

La propia alcaldesa insistió durante la presentación en que no se trata todavía del proyecto de ejecución definitivo, ya que faltan informes sectoriales preceptivos que podrían introducir modificaciones. Según explicó, el Ayuntamiento optó por presentar el proyecto en este punto del proceso por un ejercicio de “transparencia”, una decisión que también puede leerse como parte de la estrategia de visualizar avances dentro de este año.

Edificio en La Marina

Apenas unos días después del anuncio sobre la plaza del Ayuntamiento, la propia Catalá y la presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia, Mar Chao, presentaban otro proyecto que está llamado a convertirse en un icono en la fachada marítima: el bautizado como edificio ‘baluarte’ de La Marina. El edificio, que rondará los 108 metros de altura y unas 30 plantas con usos comerciales, hoteleros u oficinas, se anuncia como un hito para el skyline y un elemento “icónico” de la Marina, con una inversión privada estimada en torno a 120 millones de euros.

A diferencia de Colón o la plaza del Ayuntamiento, se trata de una iniciativa que no depende únicamente del Ayuntamiento, sino que se ha gestado y articulado a través del órgano de cooperación interadministrativa entre el Consistorio y la APV. El anuncio no incluyó un proyecto ejecutable al uso, sino el inicio de ese proceso jurídico y administrativo que se prevé culmine con la licitación del derecho de superficie en la primera mitad de 2026.

A este encadenado de anuncios se suma también, en la recta final del año, la inauguración de otra gran intervención urbana largamente esperada, aunque en este caso ajena a la gestión directa del Ayuntamiento. Se trata del túnel peatonal que conecta las estaciones de metro de Xàtiva y Colón, una actuación impulsada por la Generalitat Valenciana tras años de obras y retrasos. La infraestructura, clave para mejorar la movilidad y la conexión subterránea en el centro de la ciudad, fue finalmente abierta al público en diciembre, culminando uno de los proyectos de transformación urbana más prolongados en el tiempo.

La inauguración contó con la presencia de responsables autonómicos y estaba previsto que asistiera también la alcaldesa de València, si bien María José Catalá no pudo acudir por motivos de salud. Aunque no forma parte del balance directo del gobierno municipal, su apertura refuerza la sensación de cierre de año marcado por la culminación o reactivación de grandes proyectos urbanos que llevaban mucho tiempo en espera.

Este cierre de año a golpe de anuncios se produce tras meses en los que la oposición ha reprochado al gobierno de María José Catalá una supuesta parálisis en materia de grandes proyectos urbanos o la falta de un modelo claro de ciudad más allá de la revisión de iniciativas heredadas. En ese contexto, la concentración de novedades en diciembre puede leerse como un intento de contrarrestar ese relato y reforzar la idea de que el Ayuntamiento ha recuperado iniciativa en los asuntos estratégicos. El verdadero test, no obstante, llegará cuando estos anuncios tengan que traducirse en obras, licitaciones y plazos cumplidos