VALÈNCIA. El último desencuentro en el seno del gobierno municipal de València entre PP y Vox a cuenta de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) ha abierto una ventana de oportunidad que la oposición progresista no ha dudado en aprovechar para exhibir unidad. Compromís y PSPV, tradicionalmente socios con dinámicas no exentas de conflictos internos durante su etapa de gobierno, han decidido utilizar el desacuerdo entre PP y Vox para presentarse como alternativa de coalición capaz de alcanzar consensos.

En este contexto, la presentación conjunta de una moción con su propuesta de ZBE funciona como un movimiento cuidadosamente calculado. La puesta en escena de los dos portavoces, Papi Robles (Compromís) y Borja Sanjuan (PSPV) —con los logos de ambos partidos presidiendo la imagen de fondo— buscaba transmitir visualmente la idea de una coalición en potencia. “Estamos ensayando”, llegó a bromear Robles al inicio de la presentación.

Ambas formaciones han calibrado que el desacuerdo entre PP y Vox abre un espacio comunicativo para disputar el relato. Si Catalá intenta derivar hacia la oposición la responsabilidad del bloqueo de la ZBE, Compromís y los socialistas contraatacan exhibiendo aquello que, según ellos, le falta al gobierno de PP y Vox: capacidad de negociación, proyecto compartido y sentido de responsabilidad institucional.

“El ejercicio de ponernos de acuerdo por parte de la oposición es el ejercicio de una responsabilidad de un gobierno que ha decidido no ejercer de gobierno. Nosotros no tendríamos por qué estar haciendo una propuesta conjunta como oposición, tendríamos que estar evaluando la propuesta del gobierno, pero cuando el gobierno dimite de ejercer como gobierno, la responsabilidad la tenemos que aportar nosotros”, verbalizó Sanjuan.

No hay que olvidar que en la anterior legislatura PSPV y Compromís fueron protagonistas de varios episodios de desencuentros públicos —como en el PAI de Benimaclet— que la entonces oposición liderada por Catalá no dudaba en reprocharles. En este sentido, referencias como la de Sanjuan a “mi compañera Papi” o afirmaciones sobre la normalidad del diálogo entre grupos “que pensamos muy parecido” refuerzan esta voluntad de presentarse como un bloque cohesionado a menos de dos años de las elecciones municipales.

Aunque tanto socialistas como valencianistas insisten en la coordinación desde el primer minuto, fuentes de ambos grupos admiten que la iniciativa partió originalmente de Compromís. Este movimiento también refuerza la estrategia de Robles por consolidarse como posible cabeza de cartel de Compromís de cara a las elecciones de 2027 —una decisión aún pendiente de validar internamente y no exenta de voces críticas—. La portavoz ha sido precisamente una de las impulsoras de un manifiesto interno que aboga por abrir la coalición a otras fuerzas y organizaciones con el objetivo de articular un bloque progresista amplio para reeditar gobiernos junto al PSPV. 

En definitiva, la presentación conjunta sobre la ZBE supone una suerte de simulacro de gobierno orientado a construir la narrativa de que existe una alternativa lista para sustituir el modelo de PP y Vox en un contexto en el que las encuestas apuntan a que Catalá revalidaría la alcaldía pactando con los de Abascal.