VALÈNCIA. Cientos de personas pasean este fin de semana por los jardines de Viveros con motivo de acercarse a la Fira del Llibre de València, que en su ambiciosa 58º edición busca romper todas las fronteras entre lectores y escritores. El reto de la Fira es tender puentes entre las personas que la visitan a través de las actividades que se organizan: los que acudan a Viveros pueden tanto comprar libros como bailar al son de la música mientras aprenden en las charlas divulgativas. Todo esto se entremezcla con el contacto entre lectores y escritores, ya sea en encuentros organizados o a través de las firmas. Unos no existen sin los otros, así que Culturplaza se acerca a los autores que se asoman entre las casetas para conocer cómo se vive la experiencia desde el otro lado.
Entre pasillos abarrotados y muchas bolsas cargadas de libros pasea el autor Jordi Peidro, que se queda en la caseta de Futurama para firmar Aquella guerra que sufrimos y varias de sus publicaciones anteriores: “Me encanta cuando vienen con “lo anterior” y eso a veces hace que se lleven lo nuevo, aunque por lo general es complicado que alguien te conozca del todo”, explica, “al editarse tantos libros al año es muy difícil encajar 100% a un lector, y el venir aquí y ver que la gente vuelve a por ti es parte de la magia, además no te imaginas cómo puede ser tu lector, es siempre un misterio”, comenta mientras da una copia firmada a un niño de 11 años, y habla con su padre sobre el mundo del cómic: “Lo más importante es que sepa como va a comenzar y acabar la línea de viñeta, y que dibuje, mucho”, le explica al joven atónito.
De esta casa, y en el puesto de Barlin Libros se encuentra el periodista Vicent Molins, que antes de sacar a pasear su nueva publicación -València, el relat de una ciutat- expone Club a la fuga, libro del que ya ha firmado varios ejemplares, dirigidos a personas que no imaginaba que se acercarían a la historia del Valencia Club de Fútbol: “Ha venido a comprarme una mujer de Gran Canaria, y me ha extrañado porque si eres de fuera igual esta no es tu historia, pero le ha encantado”, confiesa con una sonrisa en la cara, “muchas veces los escritores tenemos cierto síndrome del intruso y pensamos que nos van a leer personas con un grado de separación más o menos cercano, y cuando nos queremos dar cuenta tenemos lectores que no tienen nada que ver con nosotros”, explica mientras varias personas hacen cola para adquirir el libro.
Siguiendo por el Passeig Antonio Machado se encuentran los raperos Nega y Toni Mejías, componentes de Los Chikos del Maíz que ahora se descubren en su faceta de autores. Toni Mejías presenta Hambre: Mi historia frente al espejo, y Nega expone Llamando a las puertas del cielo, su biografía. Ambos ven que la Fira está con muchísimo ambiente, y celebran que los visitantes se acerquen a saludar, y no solo por la música. Mejías se siente ilusionado de desvirtualizar a sus fans y lectores y ver cómo se acercan a ellos.
“Siempre está bien ponerle cara a la gente, y aunque acabamos de empezar en la caseta seguro que el resto del día va perfecto”, explica optimista. A Nega, sin embargo, le preocupa más que se dé espacio a las grandes librerías “no sé qué pintan aquí librerías de gran superficie como FNAC, Casa del Libro o Corte Inglés, igual tendría que centrarse todo un poco más en las librerías pequeñas”, comenta en tono reivinidicativo.
Al ritmo de la muixeranga entre el paseo se encuentra el president Ximo Puig, que se lleva firmada una copia de Mireia de Purificació Mascarell, quien antes de darle el libro al president atiende a las preguntas de Culturplaza, sobre su contacto con los lectores de la novela que es Premi Lletraferit 2022: “Estoy impactadísima por la acogida, el libro ya va por los 3000 ejemplares y eso para un libro valenciano es extrañísimo”, comenta emocionada, aunque admite que al ver a sus lectores y ponerles cara entiende la emoción.
“Lo más bonito no es llevar tres ediciones sino desvirtualizar a quienes vienen a conocerme, muchos han dicho que venían a través de Twitter y me ha hecho mucha ilusión conocerles. No sé cómo se lo montaban los escritores antes sin tener redes sociales, pero para mí es una herramienta maravillosa”, comenta. Y sobre el poder de las redes sociales saben mucho las lideresas de la Fira, las escritoras de literatura juvenil o las que se centran más en el New Adult, literatura romántica para adultos.
Una larga cola serpenteante se despliega ante Natalia Brown, que presenta La lluvia a través de nuestros ojos, una novela de amor dirigida al público joven, estilo Joana Marcús. Para la autora lo más importante es conocer a quienes la leen, ya que cuando publica ella está “tan tranquila en su casa”, sin imaginar lo que pasa a su alrededor: “Es agotador pero emocionante, ponemos cara a las lectoras y podemos hablar con ellas, en este tipo de eventos además te dicen cosas clave sobre los libros que publicas y eso es crucial para un escritor”, explica mientras la cola se hace cada vez más larga, “yo siempre tengo miedo de ver tanta gente, pero luego vas vendiendo libros y conociendo a quienes los leen y te hace sentir contenta. Además, se nota mucho que la gente joven sí que lee, y que además lo hace con muchas ganas. Vienes a estos sitios y te reafirmas en que están ahí, y eso es todo un gusto”.
Dentro del mismo género Marta Santés presenta Dorado, violeta y verde menta, y vive con ilusión la desvirtualización de una de sus fans más fieles: Laura, a quien saluda con un abrazo y entre lágrimas. “Para mi lo mejor es hablar con las lectoras, de normal recibo cientos de mensajes en redes pero hay historias que me marcan y por suerte pongo cara a algunas de ellas”, explica mientras despide a Laura que se va feliz con su dedicatoria, “el ambiente además invita a que los lectores nuevos se acerquen, o a charlar contigo aunque no te hayan leído".
Y añade: "Para mi esto es lo más bonito que hay tras publicar un libro, ver la emoción en las caras y sentirla también”. Y dirigido hacia lectores más complicados de convencer está Miquel Puig, autor de cuentos infantiles que intenta encontrar las conexiones con los lectores más jóvenes: “Muchas veces tienes que mediar con el niño, con los padres y además averiguar cómo se comunican entre los dos. Sea como sea un escritor tiene que encontrar una sintonía con la persona”.
“Hay lectores con los que ves que entras en un primer contacto y encuentras esa fluidez, y otros con los que hay más duda o más distanciamiento. Al final nuestra faena no es solo la de escribir, es saber comunicarse en todos los aspectos y lograr encontrar las conexiones”, comenta entre risas. Para él el día en la Fira es un mundo por delante, en el que si con el primer contacto tienes suerte ya todo irá rodado, con una energía ganadora por delante: “Si logras que la primera persona que pase por la parada se lo lleve es que será un buen día, y hoy es justo lo que ha sucedido”, comenta mientras mira a los lados, “y ahora si me permites voy a ver si sigue esta suerte”.