RESTORÁN DE LA SEMANA 

Restaurante La Llajta

Nos gustan las sorpresas. Por eso, todavía practicamos eso de salir de casa, pasar por la puerta de un restaurante, leer la carta y entrar, aun sin conocerlo. Pues bien, La llajta es uno de esos establecimientos por los que vale la pena dejarse sorprender.

| 02/06/2023 | 1 min, 45 seg

Y eso que La Llajta no es el típico restaurante cuqui. La Llajta te entra por los ojos, pero de otra manera. Basta con una mirada para saber que aquí se come auténtica comida boliviana, que aquí los platos son como los de allá, una mezcla entre sencillez y generosidad. Carmelo Hinojosa y Clemencia Pozo están al frente. Clemen maneja la cocina y Carmelo, lo demás. Sí, esto también huele a familia.

La Llatja arrancó en 2006, empezó siendo un punto de encuentro entre latinos, solo había que pasar por la puerta los fines de semana para ver cómo se sucedían los homenajes festivos a base de comida, bebida, música y bailes. En 2015, La Llatja amplió fronteras, a los platos de Bolivia añadieron algunas elaboraciones mexicanas. Así que podemos seguir dándonos esos homenajes festivo-culinarios, sin miedo a quedarnos con hambre y a precios todavía de barrio (sin importar que el restaurante esté en Russafa y los turistas ya se sienten a la mesa).

Lo mejor es dejarse aconsejar por Carmelo, porque si la carta es suficientemente extensa, no hay que olvidar que hay días en los que Clemencia “acaba de sacar del fuego” este o aquel guiso. Y como ya es hora de comer, voy a dejarles algunos nombres: caldo de kawi, picante mixto, chicharrón, ají de lengua de ternera, silpancho, riñón al jugo, salteñas, cochinitas, tingas de pollo, topotos… Algunos platos se sirven acompañados de arroz y chuños (patatas deshidratadas por congelación natural que empiezan a elaborarse a la intemperie las noches de frío y hielo).

Lo repito, vale la pena dejarse sorprender por La Llatja, pensar que, un poco, se está en Bolivia. Aquí, la comida es buena y las personas también.


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