ALICANTE. A pesar de que la Conselleria de Educación y Cultura dejó al Teatro Principal de Alicante fuera de las ayudas, el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, se reúne este martes con el director del teatro, Francesc Sanguino, para ver una fórmula para salvar las cuentas del Principal, que arrojan un déficit de 800.000 euros que arrastra de ejercicios anteriores. Por lo visto, hay buena voluntad por las dos partes: Sanguino sabe que la solución pasa por la llegada de las ayudas de la Generalitat y Compromís Alicante, en nombre del Gobierno valenciano, no quiere dejar caer el teatro. Y eso es lo que escenificarán hoy: cómo hacerlo, aunque no esté la conseller titular, Vicent Marzà, presente. Al menos, tomarán el pulso de la situación.
Pero además del presente y del futuro, se abordarán cuestiones del pasado, como deudas de 1999 que dejó a deber la Generalitat Valenciana o, cómo recuperar la ayuda que recibió el coliseo alicantino en 2010, aunque finalmente se pagó en 2015 por la situación complicada de tesorería que arrastraba en ese momento la administración autonómica.
Hay que recordar que desde el año pasado, el Principal intenta entrar en el circuito de ayudas de la Generalitat y para ello, modificó sus estatutos para formar parte del Circuit de Teatre Valencià, lo que le permite que las producciones de Teatres de la Generalitat pasen por Alicante sin pagar los costes de la producción. Pero no ha sido suficiente, de acuerdo con los resultados presentados por Sanguino. El teatro alicantino, además de la aportación de 120.000 euros que hacen el Ayuntamiento de Alicante y el Banco Sabadell, el otro propietario, necesita más aportaciones de capital para hacer frente a los gastos del personal y el pago de los cachés de las producciones. A ello, se añade el desequilibrio en la programación que se ha producido en el último ejercicio, según justificaron en su momento tanto el director como el concejal de Cultura, Dani Simón. En la última junta del Teatro Principal, se analizaron las circunstancias que podrían explicar por qué se multiplicaron los números rojos en 2016. Según fuentes municipales, se resumirían en dos. La primera, la crisis de programación general en la escena nacional, en la que no existía oferta de espectáculos capaces de generar grandes afluencias. Sólo se puso en escena el musical Priscila, reina del desierto, ya que el montaje de Sister Act -que también se había concertado- acabó desapareciendo. El resultado: 2016 se cerró con una caída de 10.000 espectadores respecto a 2015, cuando se ofrecieron "cuatro musicales". En este 2017 ya se han programado otros cuatro y se ha contado con un valor seguro como Tricicle.
Y la segunda circunstancia a considerar sería la apuesta por una programación cultural de prestigio -más arriesgada y alternativa que comercial- que consiguió que el coliseo fuese reconocido como primer teatro de la Comunitat, según el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea.
El pico del Penyagolosa, el Principal de Alicante, la casa de Rocafort donde vivió Machado durante la Guerra Civil y el castillo de la Todolella forman ya parte del Patrimonio autonómico