El residencial de lujo coge fuerza: Nuevas urbanizaciones en Bétera y Monasterios

VALÈNCIA. El mercado inmobiliario de viviendas de lujo coge músculo en la provincia de Valencia con dos nuevos proyectos residenciales de obra nueva: uno de ellos en Monasterios, a los pies de la sierra de la Calderona y el otro, en Bétera junto al campo de Golf. Dos operaciones que confirman la buena marcha del sector de los inmuebles de alta gama.

A 170 metros de altura sobre el nivel del mar y en la exclusiva zona de Monasterios se ha proyectado el complejo Monasterios Residences, con un total de 28 de viviendas de entre 148 y 376 metros cuadrados, situado cerca del Club social  y con impresionantes vistas a la costa.

 Los inmuebles pueden ser de dos, tres o cuatro dormitorios y disponen de dos plazas de garaje y un trastero. Todas ellas cuentan con una sola planta y salida a amplias terrazas semidescubiertas de entre 29 y 83 metros cuadrados, orientadas al mar y con vistas panorámicas a la montaña.

El complejo, comercializado por Lucas Fox, está dotado de espacios comunes como una piscina, seguridad las 24 horas con cámaras de videovigilancia, conserjería, un jardín con hamacas y un gimnasio. La inversión total ha ascendido a los 11,2 millones de euros y el precio de la vivienda va de los 310.000 euros a los 860.000 euros. 

El diseño de las viviendas es obra del estudio Touza Arquitectos, que ha dispuesto una distribución amplia uniendo los espacios interiores y exteriores y escogido acabados y materiales del programa Partners de la firma castellonense Porcelanosa. Además, todos los inmuebles tienen una orientación sureste lo que permite máxima exposición solar, gracias además a sus grandes cristaleras, y una ventilación cruzada.

Se trata del segundo proyecto que la inmobiliaria especializada en el alto standing pone en marcha en menos de un año en la provincia de València, tras lanzar el pasado mes de noviembre el residencial Alma de Huertas en Benicalap. 

Siete villas en Bétera

Por otro lado, el proyecto en Bétera, llamado Komorebi, consiste en un conjunto de siete villas de estilo japonés sobre una superficie de 3.500 metros cuadrados con una inversión de cuatro millones de euros.

Este conjunto de viviendas, de la compañía White Investing, se inspira en la luz y el alma para diferenciar dos modelos de villas ideadas para sentir "la esencia de la naturaleza en el hogar", a la que vez que aúna naturaleza con funcionalidad. Aunque de apariencia similar, guardan diferencias en cuanto a distribución.

Cada parcela dispone de 500 metros cuadrados, de los que la mitad están destinados al inmueble que cuenta con amplios ventanales de cristal para iluminar las estancias, cuatro dormitorios, tres baños, así como un jardín zen de piedra blanca enmarcado por los árboles y una piscina infinity. El objetivo es conseguir un alto grado de personalización y que cada villa se adapte a las necesidades actuales de sus futuros inquilinos con todas las calidades 'premium' de una vivienda de estas características.