VALÈNCIA. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, anunció este viernes la destitución del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, una de las figuras públicas más destacada y a la par polémica del Gobierno valenciano. El cese se filtró a los medios de comunicación dos horas antes de que la decisión oficial se hiciera pública, por lo que cuando el también coportavoz de Verds-Equo recibió la llamada de la propia Oltra, la noticia ya había sido publicada por medios como Valencia Plaza.
De esta abrupta manera terminaba la aventura de Álvaro en la Generalitat. La relación entre el secretario autonómico y su jefa, la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, se había tornado irrespirable en los últimos meses. Los desencuentros, tal y como vino informando puntualmente este diario, se produjeron de todas las maneras posibles: tanto en materia de gestión como en relación a la confianza personal. En este último apartado, las destituciones de asesores próximos a Álvaro o de altos cargos como Vicent García, director de Vaersa, fueron interpretados por el entorno del coportavoz de Verds-Equo como una especie de caza de brujas -topo incluido- cuya pieza final sería el propio Álvaro.
Días atrás, Valencia Plaza informó del último movimiento previsto en la hoja de ruta de Cebrián: la consellera planeaba destituir al director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, y a la de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez, ambos cercanos al secretario autonómico. El entorno del responsable de Medio Ambiente se movilizó, implicando a distintos alcaldes de Compromís y PSPV y a organizaciones ecologistas que salieron en defensa de la gestión de los altos cargos puestos en tela de juicio. Incluso el propio Álvaro manifestó su malestar en una Ejecutiva de Compromís. Estas maniobras escocieron en la cúpula de la coalición pero, al mismo tiempo, conllevaron que las destituciones planteadas no avanzaran. Al menos, esas destituciones.
A esas alturas, el enfado entre varios referentes del Bloc e Iniciativa, las otras patas de Compromís, era más que notable ante la polémica desatada por destaparse unos ceses que todavía no habían tenido lugar. Ahora bien, hasta hace pocos días, y pese a todo lo acaecido, el discurso de las fuentes de la cúpula se inclinaba a la continuidad de los citados directores generales e, incluso, se situaba fuera de toda duda la de Julià Álvaro.
Una situación que cambió radicalmente esta misma semana. Este viernes, se ejecutaba la destitución del secretario autonómico y, en cambio, no se procedía al cese de los otros directores generales que se habían puesto sobre la mesa. La propia Oltra, en rueda de prensa, dejó entrever a preguntas de los periodistas que no se contemplaban más despidos en este departamento.
Así, a los que en Verds-Equo, sobre todo los próximos a Álvaro, pensaban que los ceses planeados de los dos directores generales se dirigían a aislar al secretario autonómico ante la hipotética imposibilidad de destituir al coportavoz de la formación ecologista, se les dio la razón de alguna manera: no era tan necesario para el Consell destituir a Piquer y a Álvarez, sino que el camino más directo sería precisamente decir adiós al 'número dos' de la conselleria.
Una solución en la que Mónica Oltra no puede tener un papel secundario. La consellera Elena Cebrián, sin ningún poder orgánico, no tenía la capacidad para imponer decisiones sobre su equipo sin un respaldo sólido de Compromís. De lo acontecido se desprende que la vicepresidenta del Gobierno valenciano tomó las riendas de la operación: en su partido, Iniciativa, la decisión sería aceptada y desde el Bloc, el 'OK' estaba dado.
El problema a resolver era la tercera pata de Compromís, Verds-Equo, donde Julià Álvaro es coportavoz. Según fuentes de la coalición, se tantearon diversas opiniones dentro de la formación ecologista y, al entender que el secretario autonómico no tenía un respaldo mayoritario, se prosiguió con el cese y se activó el proceso de sucesión, que recayó en un otro miembro de este partido, Fran Quesada, un ecologista de amplia trayectoria.
Con este escenario, Oltra defendió durante la rueda de prensa del Consell el relevo para dar un "impulso" a las políticas de medioambiente y cambio climático del Consell. Preguntada por los problemas de partido que podía acarrear esta destitución, la vicepresidenta defendió que se había "cubierto una etapa" y recalcó que las designaciones se realizan "por currículum, capacidad política y técnica" y "no por ser un dirigente o no de una formación política". "Los dirigentes responden al Consell, no al partido que pertenecen", sentenció.
De esta manera, Oltra daba carpetazo a un asunto que venía incomodando a la coalición y a parte del Consell en los últimos meses. De hecho, así lo comentaban en privado algunos dirigentes del Ejecutivo, el recorrido de Álvaro en la Generalitat terminaba de una forma quizá tan extraña o, al menos inesperada, como fue la propia composición inicial del departamento en 2015. El secretario autonómico ayer cesado debía haber sido conseller según se acordó inicialmente: sin embargo, problemas con la paridad en los nombramientos de otras carteras terminaron por descabalgarle del puesto. Ante eso, se pidió a Verds-Equo que nombrara a una mujer para el cargo y la elegida fue Elena Cebrián, quien inicialmente venía para un puesto del segundo escalón.
Al margen de las discrepancias por las cuestiones de gestión, para distintas fuentes de Compromís y del Ejecutivo, Álvaro siempre se movió de alguna forma como un verso suelto que dirigía la inexistente 'Conselleria de Medio Ambiente', cuando lo cierto es que la máxima responsable autonómica era Cebrián. Una sensación de la existencia de dos departamentos del mismo rango que se acentuaba en los choques referentes a asuntos que el coportavoz de Verds-Equo quería acelerar o priorizar sin que encontrara la complicidad de su superior inmediata. Algo que sí halló este viernes con las muestras de cariño y respaldo de la dirección estatal de Equo o de destacados miembros de Podem, formación desde donde se le ha prestado apoyo en diversas ocasiones y en la que algunos creen que podría tener futuro político. De hecho, el propio líder de la formación morada, Antonio Estañ, admitía su "sintonía política" con Álvaro a la espera de las explicaciones del Gobierno valenciano.
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