VALENCIA. Los procesos judiciales son muy largos y eso es algo que los abogados defensores saben muy bien. Buena prueba de ello fue la declaración realizada este miércoles por la exconcejal de Cultura, María José Alcón, ante la magistrada que instruye la causa por blanqueo contra el exconcejal y actual diputado Miquel Domínguez. Los cambios de versiones realizados por los imputados en causas de corrupción no son nada nuevo, solo hay que ver casos como el de Marjaliza en Púnica, o el Francisco Correa en Gürtel. Cada letrado tiene su estrategia de defensa y el de Alcón está virando el rumbo de las declaraciones de su defendida en una búsqueda desesperada de la eximente completa por enajenación mental.
Alcón, que hasta ahora había reconocido hasta en tres ocasiones haber cometido un delito de blanqueo de capitales en el grupo municipal del PP del Ayuntamiento de Valencia durante la precampaña del 2007, cambió radicalmente su versión en su última declaración. La mujer del ex vicealcalde Alfonso Grau asevera, ahora, que ella nunca ha blanqueado dinero y que cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil la grabó explicándole a su hijo que había cometido un delito fue porque "estaba medicada, paranoica e ingresada en un sanatorio".
El problema jurídico para la exconcejal, más allá de cómo quede la pericial psiquiátrica que le deben realizar los forenses, es que además de la grabación hay una declaración ante la UCO y dos declaraciones más realizadas en sede judicial. En todas ellas la mujer de Grau admitió de forma coherente y sin ningún género de dudas que había cometido el blanqueo.
Las fuentes jurídicas consultadas por este periódico aseveran que el cambio de rumbo tomado por su defensa se presenta débil pues las anteriores veces que ha pasado por el juzgado siempre se ha mostrado alerta y locuaz y, además, en la primera de sus declaraciones, el día que pasó a disposición judicial, el forense de guardia la vio y dijo que estaba en plena disposición de declarar ante el juez instructor. Su defensa nunca ha solicitado después de aquello que un forense de forma previa a prestar declaración la viese, un especialista que habría sido el indicado para estimar si podía o no contestar a las preguntas de las partes.
El otro gran hándicap que la exconcejal ha de superar es la pericial psquiátrica a la que tiene que ser sometida. Su defensa la solicitó al magistrado instructor de la causa, Víctor Gómez, y éste la acordó. Según ha podido saber Valencia Plaza serán dos forenses los que se encargarán de valorar el estado mental de Alcón en el momento en el que la UCO la grabó, y de emitir el posterior informe sobre sus capacidades mentales. La prueba al parecer se está retrasando porque la información solicitada por los médicos al hospital en el que María José Alcón estaba ingresada no ha llegado completa al juzgado.
Esta pericial es la piedra angular en la que se sostendrá la validez o no de las declaraciones prestadas hasta el momento por la imputada, así como la de la grabación. Hay dos opciones, que los especialistas acrediten la existencia de una enajenación mental o bien que no la hay. En el segundo caso, el informe podría ir desde una depresión muy leve hasta una eximente incompleta, lo que podría reducir la pena pero en ningún caso anular la prueba obtenida por la Guardia Civil.
Fuentes médicas consultadas por este periódico explican que un dato a tener muy en cuenta es la respuesta de su hijo. En la grabación en ningún momento su hijo hace referencia alguna a que vea a su madre mal o a que crea que está en un estado paranoide, es más, mantiene una conversación absolutamente coherente con ella.
Pare el resto de defensas de los investigados por blanqueo de capitales, que se declare nula la grabación sería una gran batalla ganada dentro de su particular guerra por desmontar las acusaciones. Sin embargo, la contienda se presenta muy dura, ya que la otra asesora que declaró haber blanqueado dinero engañada por el jefe de prensa del Ayuntamiento de Valencia, Julio Valero, mantiene intacta su versión de los hechos, al igual que los cuatro testigos que se negaron a pagar. Y a todo ello hay que sumar el anónimo que llegó a la Fiscalía Anticorrupción la misma semana que grabaron a Alcón, y que cuenta lo mismo que ella decía.