Nos han soplado dos movimientos que van camino de convertirse en las dos noticias gastronómicas del año
Qué bien sienta un poco de salseo a estas alturas. Nos cuenta un pajarito dos grandes noticias que nos han alegrado la recta final de este 2021. Una carambola del destino unidas por un hilo invisible que nos deja dos próximas aperturas muy jugosas. Al grano.
A principios de junio conocíamos la marcha de Raúl Aleixandre de Baobab después de casi tres años al frente del establecimiento de Gran Vía Marqués del Turia liderado por Luis Pellicer. El cocinero ya entonces anunciaba su intención de buscar nuevos desafíos. Bueno, pues parece que ya los ha encontrado y a solo unas calles de allí. El local de Conde Salvatierra donde estuvo primero Josep Quintana, luego Alejandro Platero con Saor y por último Silvia Gavara y Manolo Peris con Gavara, que bajaba la persiana hace pocas semanas, acogerá un nuevo proyecto gastronómico con Rául Aleixandre al frente.
¿Qué pasa ahora con Baobab?, nos preguntamos después de la salida de Raúl este verano. Ya tenemos la respuesta. Todo indica que Toni Boix se queda el traspaso (a partir del 1 de enero), ese titán de los arroces que tanto nos ha hecho gozar con Lavoe. El concepto no variará sustancialmente de la propuesta actual. Tapas elaboradas con materia prima de calidad, cocina abierta y una estupenda barra para disfrutar el don que tiene en la cocina Toni. Aunque el local no parece que vaya a sufrir demasiadas modificaciones, nos cuentan que el interiorista valenciano Ramón Bandrés, también detrás del diseño de Lavoe, le pondrá ese punto luminoso y acogedor que define sus proyectos.
La información está confirmada por varias fuentes, pero la propiedad de Baobab ha enviado a Guía Hedonista una petición de rectificación en la que afirma que "Baobab continúa a la fecha bajo la misma titularidad y gestión sin que se haya firmado acuerdo alguno de traspaso o de cambio en su (titularidad)".
PERO AÚN HAY MÁS. Toni Boix está buscando un segundo local para ampliar Lavoe. Y no podemos alegrarnos más. Ojalá lo encuentre pronto. Proyectos como el suyo engrandecen la ciudad y dignifican aún más a ese plato que acaba de ser declarado bien de interés cultural inmaterial, aunque no hacía falta que viniese nadie para contarnos lo que ya sabemos. Que el ritual de compartir y celebrar que nos da este plato es algo eterno.