Este año se celebra el 700 aniversario de su muerte
VALENCIA. Este pasado domingo el Salón Alfonso el Magnánimo del Centro Cultural de la Beneficencia sumergía al público que agotó las entradas en el Mediterráneo más exótico y lejano de la mano de Capella de Ministrers.
Un viaje musical por el Mediterráneo medieval que, tomando como eje la figura de Ramon Llull en el 700 aniversario de su muerte, aboga por el diálogo intercultural. Y es que UNESCO ha declarado 2016 Año Internacional del Entendimiento Mundial entre Culturas, y qué mejor que la figura del filósofo, escritor y teólogo Ramon Llull para hacer incapié en la necesidad de diálogo.
Carles Magraner, al frente de Capella de Ministrers desde 1987, presenta así la colección discográfica definitiva sobre Llull en un concierto extraordinario al que suma la participación de Musica Reservata Barcelona y la dramatización de textos seleccionados a cargo de Juan Carlos Garés. Una presentación que lleva al grupo valenciano en gira nacional e internacional con destinos tan significativos como el Saló del Tinell de Barcelona, el Castell de Bellver en Mallorca, el Museo Cluny de París, Roma o diferentes emplazamientos de Estados Unidos, además de otras citas nacionales imprescindibles como el Festival de Música Antigua de los Pirineos, el Festival de Música Antigua y Barroca de Peñíscola o Early Music Morella.
De la mano de algunos de los lulistas internacionales más reconocidos y dos años de trabajo de investigación previa tienen como resultado este compendio musical que Carles Magraner recopila en una colección de músicas históricas inéditas y melodías populares que forman parte de la tradición medieval. Músicas y músicos procedentes de todas las orillas del Mediterráneo que plasman en el escenario el diálogo entre culturas a través de un elemento cohesionador y que no entiende de fronteras: nuestro legado musical.
El Mediterráneo, cuna de los representantes de las religiones del Libro, cristianos, judíos y musulmanes, es el origen de este proyecto: un mar geográfico, cultural e histórico. Un viaje musical que comienza en Mallorca hasta Rocamador y Santiago de Compostela en 1265, después Barcelona y Montpelier, donde Llull visitó a Jaime II para escribir su Ars Demostrativa. También viaja a París, donde ejerció su magisterio en la universidad, Roma, Génova, Lyon, Marsella, Aviñón, Nápoles, junto con Chipre, Jerusalen, la Armenia Menor o Túnez. Territorios todos ellos que visitó con un único propósito: el diálogo, con la mirada puesta siempre en Oriente, en Tierra Santa, con un afan especial por conseguir una “pax universalis”, una idea para él en absoluto utópica sino tan posible como necesaria.