VALÈNCIA. Compromís y PSPV siguen negociando durante la mañana de este viernes el acuerdo de gobierno que debería quedar cerrado antes de la hora de comer. Según han explicado fuentes municipales, hasta las dos del mediodía, ambas fuerzas tienen de tiempo para sellar el pacto y elevar el reparto de áreas a la Junta de Gobierno.
Se han repetido los encuentros esta mañana después de que pasada la medianoche ambas comisiones negociadoras continuaran reunidas. extenuante jornada en los despachos. Desde buena mañana, ambas comisiones negociadoras estaban citadas para continuar con las conversaciones producidas el pasado miércoles, en un intento in extremis de cerrar el acuerdo de gobierno suspendido desde la pasada semana.
"Aún tardará", explicaban fuentes negociadoras a media tarde de este jueves. Tanto fue así que al cierre de esta edición, bien entrada la madrugada, los negociadores continuaban en dependencias consistoriales resolviendo desencuentros no poco importantes. Ahora bien, nadie quiso hacer pública la situación de las conversaciones, pese a que sí que se produjeron cambios a lo largo de una jornada que sólo se pudo sobrellevar con múltiples recesos e incluso con la intercalación de apartes entre los negociadores y sus respectivos partidos.
Hay que recordar que, además, no hay ningún concejal en las negociaciones para evitar que se inmiscuyan en exceso. Aunque los contactos entre la sala de negociaciones y el exterior fueron una constante, hubo algunos ediles que aseguraron intentar desconectar pese a los nervios. "He dado orden de que no me digan nada", comentaba uno de ellos por la noche.
Uno de los escollos, como se ha escenificado las últimas semanas, ha sido el cargo de la vicealcaldía para la portavoz socialista Sandra Gómez que la fuerza de Joan Ribó rechaza. Aunque a lo largo del día, esta cuestión fue apartada para tratar otros puntos de calado de cara al gobierno municipal, como es el reparto de áreas, la concesión de este cargo y en qué condiciones volvió a la mesa en varios momentos de la conversación y, según las fuentes consultadas, se plantearon alternativas para salvar dicho obstáculo, que continuaban discutiéndose a altas horas de la noche. Una de ellas, la posibilidad de crear dos vicealcaldías, una para Gómez y otra para un miembro de Compromís.
En cuanto a las concejalías, el acuerdo parecía bastante avanzado. Es cierto que el modelo propuesto inicialmente por ambos partidos era muy distante. Los socialistas proponían once áreas, una más de las que se organizaron en 2015, mientras que Compromís abogaba por siete 'macroconcejalías', que más tarde subieron a nueve. Sea el que sea el número de áreas, según han estado explicando distintas fuentes a lo largo de la negociación, la lógica empuja a ambas fuerzas a repartirse, en primer lugar, las competencias que ostentaba València en Comú
Estas son Vivienda, Participación Ciudadana, Transparencia, Cooperación, Patrimonio, Educación, Juventud y Energía Renovable, fundamentalmente. En este sentido, es probable que el área de Vivienda acabe en manos del PSPV, que ya gestionaba Urbanismo y la empresa municipal urbanística, Aumsa, y que Energía Renovable o Participación Ciudadana cayera en campo de Compromís.
Más tarde, se podrían suceder algunos 'cambios de cromos'. En ambas formaciones han especulado con que estos pudieran afectar a Cultura, Cultura Festiva o Seguridad Ciudadana. La primera estuvo repartida el pasado mandato entre la edil de Compromís Gloria Tello y la de València en Comú María Oliver. Sin embargo, la entrada de Tello en la Diputación de València, donde deberá de invertir una parte de su tiempo, abrió el concurso de aspirantes a sucederla, entre los que se encuentra la concejal socialista Maite Ibáñez.
Cultura Festiva, por su parte, estuvo dirigida por el concejal y portavoz de Compromís Pere Fuset, pero los socialistas han hecho una apuesta contundente por esta área con la concejal Pilar Bernabé. Y respecto a Seguridad Ciudadana, que gestionaba la socialista Anaïs Menguzzato, se ha estado barajando en las filas de Compromís adherirla a la concejalía de Movilidad Sostenible de Giuseppe Grezzi. Fuentes socialistas consultadas por este diario negaban en jornadas anteriores la posibilidad de entregar áreas como Hacienda o Urbanismo.
La negociación del gobierno municipal de València ha estado marcada por la tensión y la desconfianza entre los dos potenciales socios. El punto álgido de estos choques se produjo la semana pasada cuando los socialistas dieron por suspendidas las conversaciones para apaciguar los ánimos. Esta semana se han sucedido también múltiples contactos e interminables jornadas de tira y afloja. Todo el trabajo habría sido en vano si llegado el momento ambas formaciones no pueden sellar un acuerdo de ejecutivo, escenificando la ruptura más visible entre socialistas y Compromís desde 2015.
Otro punto de desencuentro que debieron dirimir este jueves es cuántos concejales de cada formación entran a constituir la Junta de Gobierno definitiva. En Compromís propusieron un órgano de gobierno formado por seis miembros suyos y cuatro del PSPV, mientras que los socialistas consideraban este planteamiento totalmente contrario a la proyección de un gobierno de "coliderazgo" y "codecisión". Ellos, por contra, habían puesto sobre la mesa una Junta de Gobierno repartida al 50% entre ambas formaciones, algo que en la coalición valencianista veían desproporcionado respecto a los resultados electorales.
En áras de no restar visibilidad a los potenciales socios, unos y otros ofrecieron las pasadas semanas algunas cesiones. El PSPV ofreció a Compromís la presidencia permanente del Pleno municipal, mientras que la coalición ofreció a los socialistas ostentar la portavocía única del gobierno.
El plazo límite, a priori, son las nueve y media de la mañana de hoy, cuando está convocada la Junta de Gobierno Local, donde se deberían aprobar cuestiones tan fundamentales como el número y el contenido de las concejalías, por lo que debería estar claro, por tanto, qué formación gestiona cada área y cómo se reparten éstas entre los ediles.
No obstante, eso sí, existe una última alternativa en el caso de que no se hubiera sellado el acuerdo para entonces: Ribó puede convocar una Junta de Gobierno extraordinaria y urgente la semana que viene antes del pleno de organización del miércoles 17. Es en esta sesión plenaria cuando debe dar cuenta sí o sí de cómo será el gobierno municipal. Si bien podría presentarse esta como una opción plausible y contemplada en el reglamento, no son pocos los que muestran su hastío ante la posibilidad de extender las tensiones más tiempo.
Después de la Junta de Gobierno, todas las formaciones del consistorio -también la oposición- se reunirán en Junta de Portavoces para discutir sobre cuestiones organizativas del Ayuntamiento para el mandato que ahora empieza. Uno de los puntos de más desacuerdo es el anuncio que hizo el alcalde de forzar, a partir de una ley estatal elaborada por Cristóbal Montoro, a la mitad de los concejales de la oposición a acogerse a la dedicación parcial. Otro de los desencuentros fue por el reparto de asesores, al aumentar en uno el gabinete de Alcaldía, mientras que a Vox, se le ofrecían tres asesores, uno menos de los que le pertocaban. También los socialistas planteaban la posibilidad de modificar el reparto si entraban en el ejecutivo. Este viernes, es, por tanto, una jornada trascendental para los próximos cuatro años. PSPV y Compromís juegan el match ball.