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la de castellar-oliveral estará en marcha en octubre

Comunidades energéticas locales, el nuevo modelo contra el cambio climático y el auge de los precios

14/09/2022 - 

VALÈNCIA. El precio de la electricidad, el agotamiento de combustibles fósiles, las consecuencias del Cambio Climático y la necesidad de reducir las emisiones de CO2 hacen que cada vez sea más importante apostar por la energía verde (solar, eólica, hidráulica…). Una independencia energética que en el caso de los hogares es posible alcanzar a través de la energía solar y mediante las comunidades energéticas. De hecho, una buena parte de la sociedad pide una apuesta decidida por las fuentes de energía renovables y otra se ha unido para hacerlo realidad. También al ver casos de éxito como el de Crevillent, la primera localidad española que puso en marcha una comunidad energética y, hoy, es todo un referente. 

Hacia ese modelo y lugar mira la comunidad energética local de Castellar-l'Oliveral, la primera de este tipo que se implanta en València. Una comunidad que cuenta con sesenta y tres socios: “Concretamente somos sesenta familias y una pyme los que formamos parte de la cooperativa, aunque de esa energía que generemos también se beneficiarán tres familias en situación de vulnerabilidad”, comenta Empar Puchades, presidenta de la asociación Comunidad Energética Local Castellar-l’Oliveral. Según detalla, la asociación agrupa mayoritariamente familias, pero también participa la Cooperativa Eléctrica de Castellar Sapiens, la sala de teatro l’Horta, un productor local y la Fundació València Clima i Energía, que cederá gratuitamente su parte de energía a hogares en situación de vulnerabilidad que han sido seleccionados como beneficiarios en colaboración con los servicios sociales.

Una comunidad que nació en 2020 a raíz de unos talleres participativos impulsados por medio de la Oficina de la Energía de València y que tenían el objetivo de explicar modelos energéticos alternativos. Desde entonces “hemos derribado muros y abierto ventanas para hacer realidad la Comunidad Energética Local y que las futuras comunidades lo tengan más fácil”. Un modelo que se ha ido perfilando con el tiempo y que apuesta por adaptar el consumo de energía al gasto de cada casa, pues “una familia de cinco miembros no consume lo mismo que una persona sola”. Además, subraya "es un modelo más democrático". 

Un proyecto que tiene su núcleo en la terraza del edificio de La Cebera, donde se ubica la instalación fotovoltaica que proporcionará la energía a los socios que viven en un perímetro de unos quinientos metros. Según ha detallado Alejandro Ramon, concejal de Huerta, Agricultura y Alimentación Sostenible; Emergencia Climática y Transición Energética, y Servicios Funerarios y Cementerios, estará operativa en octubre y es un modelo que "sirve de ejemplo por ser el primero que nace de la mano de la ciudadanía —es un modelo asociativo— y abre el camino a que otras personas se unan y formen su propia comunidad energética". 

Tal y como recuerda la presidenta, la comunidad energética local Castellar-l'Oliveral es el primer ejemplo de asociación sin ánimo de lucro constituida como comunidad energética y la gobernabilidad reside de manera exclusiva en las personas asociadas. Por tanto, la asociación es la titular y propietaria de las instalaciones de generación fotovoltaica. “Cada socio participa con un número de placas determinada, según sus necesidades, lo que también lleva a un mayor o menor ahorro”, resalta la presidenta. Así, una persona puede contratar 0,50 kWp por seiscientos euros o 1.00 kWp por 1.190 euros, por lo que el ahorro energético es del 18,08% en el primer caso y del 36,17% en el segundo. Por tanto, “al final podemos hablar de un ahorro en la factura de entre 200 y 300 euros al año, de tal forma que la inversión estaría amortizada en unos cuatro o seis años”.

Y es que, como detalla el propio Alejandro Ramon, la comunidad energética local beneficia la economía a escala pues hay un solo inversor para una comunidad y ayuda a que, personas que apuesten por esta energía limpia y no puedan hacerlo —ya sea porque no hay espacio en sus edificios o están en un lugar en sombra— se puedan beneficiar. Ventajas que se unen a los de una energía barata, limpia y de proximidad que les permitirá reducir sus facturas de electricidad, aumentando su autonomía y soberanía energéticas”. 

Tal y como recuerda el concejal, este proyecto ha sido financiado colectivamente gracias a las inversiones particulares de los vecinos y ha sido subvencionado por el IVACE, que cubre el 50% de los costes de instalación. Sin embargo, "este proyecto demuestra que es posible hacerlo con independencia y solo con el asesoramiento de gente experta" y señala que "el reto ha sido empezar y abrir camino casi de manera pionera". 

De hecho, al margen de la comunidad de Castellar-l’Oliveral, ya se han constituido comunidades energéticas en el barrio de Ayora, en colaboración con AEIOluz, y están en proceso de constitución las del barrio del Carme y Malilla y se están iniciando consultas en los barrios de Benimaclet, la Font d’en Corts y l’Albereda. "En la actualidad hay más demanda que oferta por lo que todo parece indicar que más asociaciones o comunidades impulsarán proyectos de estas características".

Para abordar esta manera de enfocar la generación y la distribución de la electricidad y en el marco del Día  Europeo de las Comunidades Sostenibles, el 15 de septiembre en el palacete del jardín de Ayora, se celebrará el primer Encuentro de Comunidades Energéticas Locales de València, un foro organizado por la Fundació València Clima i Energía, junto con Avaesen, la asociación valenciana de empresas de energías renovables con el objetivo de servir de encuentro de las distintas iniciativas que están germinando en la ciudad, fomentar el intercambio de experiencias entre ellas y buscar sinergias para apoyar nuevos proyectos.

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