De Dubrovnik a Split, un recorrido para reencontrarse con la esencia del Mediterráneo más puro
VALÈNCIA.- Si aún no conoce Croacia, no sabe lo que se pierde. La costa bañada por el Adriático de esta república balcánica combina todo lo que para la mayoría deberían incluir unas vacaciones ideales. A saber: playas de agua realmente cristalina, ciudades con un rico legado histórico y cultural perfectamente conservado y una sencilla pero fabulosa gastronomía que saca partido de lo mejor del mar y de la tierra. Por eso no extraña que haya logrado superar el estigma de su doloroso pasado para consolidarse como toda una potencia turística. Su claim para convencer a los indecisos no podría estar mejor escogido: «El Mediterráneo, tal como era». Pues eso.
Un recorrido costero de playa en playa, intercalado con paseos por algunas de las ciudades históricas más bellas de los Balcanes, desde el delicioso encanto medieval de Dubrovnik hasta la grandiosidad de Split, es la mejor forma de experimentarlo por uno mismo.
La ruta propuesta recorre la costa de la antigua Dalmacia entre esas dos ciudades —tanto da si en un sentido u otro— con saltos puntuales a algunas de las principales islas. Es perfecta para completarla a su aire de forma relajada y con la libertad que le dará un coche de alquiler, que podrá embarcar en la mayoría de los ferris. Muchos tramos de la carretera costera que conecta ambas ciudades ofrecen unas vistas impresionantes que convierten el desplazamiento en un disfrute en sí mismo.
* Lea el artículo completo en el número de junio de la revista Plaza
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