QUIÉN HACE QUÉ

Cultura impulsa una encuesta sobre hábitos de consumo con la que definir futuras políticas

18/07/2017 - 

VALÈNCIA. ¿Cómo es el consumidor de cultura valenciano?¿se interesa más por el cine o por la lectura?¿con qué frecuencia visita los contenedores culturales que ofrece la Comunitat? A estas y otras preguntas quiere dar respuesta la primera encuesta sobre intereses y hábitos culturales que impulsará la Dirección General de Cultura y Patrimonio, en colaboración con la Universitat de València, un proyecto en fase de contratación que quiere, en base a 2.000 cuestionarios, hacer una radiografía de las prácticas culturales en nuestro territorio. La directora general, Carmen Amoraga, comunicó ayer la puesta en marcha del proyecto durante la Comisión de Patrimonio, Museos y Artes Visuales de la Mesa de la Cultura Valenciana, en la que presentó un informe que compila los datos que se refieren a la Comunitat de las Encuestas de Hábitos Culturales realizadas por el Ministerio de Educación y Cultura en 2003, 2011 y 2015. El objetivo es publicar los datos antes de final de año y que, entre tanto, los resultados sirvan para definir las políticas y presupuestos de cultura de cara al próximo ejercicio.

"Nos va a dar una bases objetivas para saber cuáles son los nuevos públicos que tenemos que buscar. Esta base se podrá aplicar a los presupuestos, que es al final la forma con la que más política se puede hacer, con el reparto [...] Los presupuestos, aunque estamos trabajándolos, se hacen en octubre. La idea es, aunque no esté el documento, usar algunos resultados", explica Amoraga sobre el proyecto de encuesta, que aportará por primera vez datos “exclusivos”, una cuestionario que no es nuevo en otras autonomías como Catalunya, Andalucía o el País Vasco. “Queremos tener unos criterios científicos más allá de la intuición, para saber qué hacemos. Tendrá en cuenta los criterios de lengua, de género, LGTB, de clase social, zona geográfica...”, explica la directora general. De esta forma, además, los resultados servirán para crear el primer libro blanco de la mujer en la cultura. “El objetivo es visibilizar el papel de la mujer en la cultura como actora, no actriz, y receptora”.

Aunque el objetivo es generar una encuesta propia sobre la que basar los distintos programas impulsados por la Conselleria de Cultura de cara al próximo ejercicio, el punto de partida se sitúa en Las prácticas culturales en la Comunitat Valenciana, un libro que establece la situación actual de los intereses, preferencias y prácticas del usuario. El informe se divide en cinco epígrafes: el primero se ocupa de la lectura, los audiovisuales e internet; el segundo, de la música, el cine y las artes escénicas; el tercero, del asociacionismo cultural y del amateurismo; el cuarto analiza cómo operan las dinámicas de diferencia y desigualdad en el universo cultural valenciano y el quinto ofrece una síntesis de conclusiones e información más relevante en comparación con España. Este compendio, realizado por Antonio Ariño y Ramón Llopis, supone el primero en la Comunitat, que repasa en los tres periodos analizados la ‘época dorada’, la crisis económica y el inicio de la recuperación.

Mucha música y poca visita a bibliotecas

Aunque ha crecido la extensión de las prácticas culturales analizadas, pues en todas ellas se ha reducido la proporción de los que nunca las realizan, esto no quiere decir que haya aumentado la frecuencia o intensidad de su realización. De esta forma, las prácticas más extendidas en la Comunitat Valenciana son la visita a lugares de patrimonio y exposiciones, la asistencia al cine y al teatro, y la lectura de prensa deportiva y de revistas. Por su parte, en España está mas extendida la lectura de libros y de prensa diaria de información general, así como la asistencia a galerías. De esta forma, la penetración del cine en la Comunitat ha crecido entre 2003 y 2015, pero el porcentaje que acude trimestralmente no ha variado y el número medio de asistencias se ha reducido, una situación similar al resto de España. Así las cosas, el estudio tiene en cuenta la implantación de las TICO (tecnologías de la información, de la comunicación y de la organización), una profunda transformación que salpica el consumo global de cultura.

Desde un punto de vista general, la actividad cultural que suscita un mayor interés en la Comunitat es la escucha de música, seguida del cine, la lectura y los conciertos de música actual; a la cola: la visita a archivos y bibliotecas, seguidas de espectáculos de zarzuela y ópera, un listado muy similar al que se da en el ámbito estatal. De esta forma, un 86% de la población valenciana escucha música de manera habitual, siendo la asistencia trimestral a conciertos de música actual del 8,5% (frente al 10,4% nacional) y del 5% de música clásica (una cifra más alta que el 3,5% en España). Según los datos compilados por la Universitat de València las mujeres son más asiduas a los distintos tipos de conciertos musicales y espectáculos de artes escénicas, con la excepción de los conciertos de música actual. Es precisamente el pop/rock español el género que concita mayor seguimiento –un 61% admitió en 2015 haber ido a un concierto por trimestre-, mientras que la escucha de música en el teléfono móvil pasó en cuatro años del 7 al 24 por ciento.

En cuanto a la lectura, el informe reseña que en 2015 un 34% de la población lee libros (no relacionados con su profesión) y un 32% prensa de información general, el 94% de los hogares valencianos tenía libros en papel y el 23% libros digitales, y concluye que se observa una feminización y juvenilización de la lectura en el periodo estudiado, en un marco donde la variable determinante es el nivel educativo. La lectura se alimenta y, a su vez, potencia el uso de las tecnologías por lo que no se ve amenazada por los nuevos medios y soportes digitales. Otros datos que ofrece el informe es que se reduce el consumo de la televisión por el uso de otras pantallas de acceso a Internet, que aumenta la población internauta y que la asistencia al cine y al teatro es superior a la media española. "Con este texto disponemos de un análisis aproximado de los gustos y usos de los ciudadanos que nos arrojan información sobre sus preferencias y nos permite reflexionar y planificar mejor las políticas culturales", destacó Amoraga.