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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

‏De populismos, demagogias y elecciones

Las elecciones son una oportunidad para desenmascarar a los populismos, pero cuidado, Hitler alcanzó el poder así

12/12/2015 - 

VALENCIA. ‏No nos vamos a referir al 20D en el presente artículo, aunque algunos comentarios podrían servir para una de las listas que se presentan dentro de los nuevos movimientos sociales emergentes, pero que desde su nacimiento tiene los viejos resabios de la política de los soviets.

‏Hoy, en el ecuador de la segunda década del siglo XXI, parece que parte de los populismos que existen en Iberoamérica comienzan a desmontarse, o por lo menos eso indican el resultado de las últimas elecciones en Venezuela y en Argentina.

‏Para empezar, habría que delimitar escuetamente lo que son los populismos. Por negación, no lo son los gobiernos de Lula Da Silva/Dilma Rousell, o José Mujica/Tabaré Vázquez, o incluso los de Ricardo Lagos/Michele Bachellet, que son básicamente gobiernos de la izquierda de siempre, y que sólo han compartido fotografía con los populismos en temas de política exterior generalmente. Tampoco lo sería Cuba, aunque comparta similitudes e incluso alianzas con el populismo bolivariano; el régimen castrista es una dictadura, comunista aunque de carácter familiar como la de Corea del Norte, y que da continuos tumbos en lo económico, buscando siempre alguien del que vivir, ora los soviéticos ora los bolivarianos, para finalmente volver con los USA.

Los populismos son movimientos profundamente demagógicos sin una ideología clara, con un líder cuasi mesiánico y que juegan a ser anti todo, antiextranjeros/nacionalistas furibundos, antiimperialistas, antiliberales, de lealtades a ciegas (o estas conmigo o contra mí). Y en algunos casos, con cierto toque indigenista, e incluso en muchos de ellos con una gran carga anticatólica.

Así, con intensidades diferentes, estaríamos hablando de líderes como Hugo Chávez/Nicolás Maduro, Evo Morales, o el matrimonio Kirchner, por no hablar de sus acólitos hispanos, que prometen por doquier de cara al 20D intentando pescar en río revuelto, siendo ayer bolivarianos, hoy cuasi socialdemócratas y mañana Dios dirá (aunque ellos no quieran escucharle). Movimientos en general que empiezan como libertadores y, en muchos casos, terminan como liberticidas.

La reciente victoria en Argentina de Mauricio Macri dio esperanzas a la oposición venezolana, que finalmente ha ganado las elecciones a la asamblea, pero tanto en el caso argentino como en el venezolano los vencedores en las urnas no van a a tener las cosas fáciles. Los populistas con el dominio de los resortes del poder van a intentar boicotearles, como ya se ha demostrado en las malas formas del no-relevo presidencial realizado por Cristina Kirchner y los avisos de Maduro de cómo va a impedir desde el poder ejecutivo el desarrollo normal de las funciones del poder legislativo, como en el veto a la posible ley de amnistía con la que se liberaran los presos políticos venezolanos como Leopoldo López.

Es así como los defensores de la libertad en estos países van a tener que realizar un sobre esfuerzo aún mayor, pues no sólo vale haber vencido en las elecciones sino que además tienen que triunfar en la paz postelectoral para dar estabilidad a su país. Para ello necesitarán todavía más dosis de la resistencia ya demostrada frente a los continuos e insistentes ataques del poder residual que no querrá abandonarlo, y finalmente deberán contar con el apoyo internacional, sobre todo de la comunidad Iberoamericana especialmente España, pero no sólo por los evidentes intereses económicos que allí tenemos, sino también por los lazos de sangre, con una historia y un idioma en común.

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