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Del llanto a la calma: 24 horas de altibajos en las Fallas

De los lloros matutinos, a la solución final: las Fallas 2020 se celebrarán entre el 15 y el 19 de julio
12/03/2020 - 

VALÈNCIA. Lloraba. Contenida, pero lloraba. Era el grito ahogado de todo un mundo, el mundo fallero, que se expresaba a su través, mediante sus ojos rojos, por la gravedad de sus palabras. "Todavía no me lo creo", cruzaba los brazos en claro ademán de flaqueza. Era ella, la fallera mayor de València, Consuelo Llobell, el rostro de un colectivo golpeado por la incertidumbre. La incertidumbre del qué será de las Fallas este año, del por qué a mí, por qué a nosotras. La crisis del coronavirus también era esto. La difícil decisión tomada por la Conselleria de Sanidad -"en coordinación con el Ministerio"- de aplazar las Fallas para evitar males mayores por la epidemia había dejado este martes al colectivo fallero sin aliento, y a su máxima representante, casi sin palabras. 

Varias compañeras de la corte de honor la acompañaban, sosteniendo el tiempo este miércoles por la mañana, en medio de un bar, ocupando con pesadumbre su estrecho pasillo, donde apenas un día antes corrían el jolgorio, las cañas de tirador, y el chaleco primaveral. Y con ellas, algo de experiencia, la que fuera fallera mayor de València en 2018, Rocío Gil, que ahora se juega las cartas en política como concejala de Ciudadanos, y que en este caso ejercía de coach emocional: "Quizá es que esto os depara algo mejor". Interpelaba al destino, el último recurso. Se acercaba también el edil popular Santiago Ballester a consolar a la joven.

Poco antes, el artista de la falla municipal, Escif, colocaba una mascarilla al rostro de la figura principal del monumento, todavía en el suelo sin montar. Controvertida decisión en un momento de gran susceptibilidad: algunos lo entendieron como una burla ante la cancelación; otros, un ejemplo más de sátira fallera. La realidad, bastante distinta: la idea surgió el pasado lunes, pero su colocación no estaba pensada para un momento concreto, y su intención era hacer reflexionar, según contó a Plaza Radio la creadora de este imprevisto elemento.

La situación en el consistorio era de absoluta extrañeza. "Hasta las once aproximadamente no nos funcionaba bien la conexión en los ordenadores", explicaba una concejal de la oposición, como si el sistema también hubiese despertado entumecido. La puerta principal del edificio consistorial estaba también cerrada: "Han abierto ahora para que saliéramos nosotros". Y es que este miércoles, 11-M, también se conmemoraba el Día contra el Terrorismo, con preceptivo minuto de silencio al que sólo asistieron concejales rasos; los portavoces de todos los grupos se reunían dentro y en paralelo con el alcalde.

Comparecencia del equipo de gobierno. Foto: KIKE TABERNER

Ribó comparece

Fijada estaba la comparecencia del equipo de gobierno municipal, con Joan Ribó al frente, para la una del mediodía. Pese a la convocatoria, la entrada de periodistas se complicaba en la puerta trasera sin muchas explicaciones. La expectación mediática era visible; la situación histórica, excepcional; y la solemnidad del gobierno se podía cortar. Fue una comparecencia para disipar dudas junto con el edil de Fiestas, Carlos Galiana, y la vicealcaldesa, Sandra Gómez: las Fallas no se pueden suspender hasta 2021, se prepararán ayudas a las comisiones para paliar las pérdidas, y se estudia Feria Valencia para albergar "temporalmente" los monumentos que se pueda. Poco más confirmado había sobre la mesa.

Y sí, subrayaba Galiana, la suspensión de Fallas implica desgraciadamente también la anulación de "los actos de todas las comisiones, no sólo los oficiales". Ahora bien, "el derecho de reunión existe". O en otras palabras: a nivel privado, en los casales, será difícil controlar los actos que se puedan celebrar. Por otro lado, se prevé que la Conselleria de Justicia emita un decreto para anular los permisos de ocupación de espacio público para carpas y otros elementos instalados en las calles. Por la tarde, se sucederían más reuniones con el sector para avanzar en una "solución consensuada".

La rueda de prensa, esa que "nadie hubiera querido celebrar" -en palabras del propio Galiana-, estuvo vigilada, desde uno de los pasillos laterales al salón de cristal, por el retrato de la exalcaldesa Rita Barberá. Colgado el pasado otoño, era la primera ocasión que la figura de la lideresa popular vivía las Fallas desde esta posición. "Si hubiera estado ella...", fantaseaban algunos, cargados de nostalgia, en el grupo municipal que dirige María José Català, que intenta, a su vez, desvincularse de algunas de las gestiones de su excompañera de partido.

El cuadro de Rita Barberà vigilaba la comparecencia a lo lejos. Foto: KIKE TABERNER

Acababa el acto y se constataba lo que toda la mañana había actuado de simple comidilla de fondo: la tarde anterior, mientras la Generalitat Valenciana dirimía sobre la compleja determinación, el alcalde estaba oyendo ópera, como publicó Valencia Plaza. A las 20.22 concretamente, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, avisaba a Ribó de que se iba a aplazar el mayor evento del cap i casal. A mediodía del martes, cuando el Gobierno central había anunciado una reunión con el ejecutivo autonómico para este menester, ya se preveía lo peor. Pero esto no constituyó motivo suficiente para que el primer edil cancelara su agenda, que cumplió rigurosamente asistiendo, a las 20 horas, a escuchar ópera al Palau de les Arts.

Tuvo que dejársela a medias, cuando le avisó el president de la decisión tomada en una reunión en la que sí estuvo presente el concejal Galiana. Según Ribó, no fue al encuentro porque no le habían convocado. En Presidencia de la Generalitat, lo niegan: sí hubo aviso. El alcalde, por su parte, admitió haber delegado en el mencionado edil. Cuestión, en todo caso, tangencial, si bien sentó mal en parte del colectivo fallero, y también en la oposición: el PP pidió aclarar por qué Ribó no estuvo en la cita, y Ciudadanos llegó a plantear su dimisión por este desliz en un momento tal.

A mediodía, impotencia e incertidumbre

Al mismo tiempo que corría la publicación, en el consistorio, caían más lágrimas. Eran las de Pere Fuset, hasta hace poco concejal de Fiestas y presidente de Junta Central Fallera, recién dimitido por el caso de Viveros. Un lloro velado, siempre oculto tras sus manos, que vencía frente a una de las asesoras de su grupo, la exedil Pilar Soriano, en el despacho de Alcaldía. Intentaba Soriano recoger el manojo de pesares con un intenso abrazo. No paran de sucederse los disgustos, hablaban las caras por sí solas. Fue irse él y caer la negra sobre las fiestas josefinas, se comentaba en los pasillos.

En las afueras, ese etéreo que son las redes sociales convocaban a miembros de las comisiones falleras a una concentración espontánea frente al Ayuntamiento a las dos del mediodía. Concentración intrascendente, de pocas decenas de personas, jóvenes en su mayoría, que ni siquiera se reconoció como tal y que se disolvió lo que tardó en aparecer el hambre. Salían del Ayuntamiento ediles en coche oficial; el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, con su bicicleta; Fuset, a pie. En pleno sol volvería a emerger la incredulidad y la impotencia, junto a la corte.

(Galería: deslizar para ver más fotografías)

A su vez, se desvelaba la epidemiología como una de las ramas más estudiadas por los viandantes. "Esto [el aplazamiento] se tendría que haber avisado mucho antes, se veía venir", aleccionaba un hombre grueso, de gorra y bandolera. Otra señora, escuchimizada y de voz insistente, se lamentaba: "Con la de dinero que genera" -concretamente, según datos de 2008, unos 750 millones-. También estaba por escrito en una pancarta, que colocada frente a la falla municipal, a esas horas, se preguntaba: "¿Esto no se sabía en enero? Hemos sido engañados #Fallas 2020". E incluso otra que pedía la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Esta decisión ha sido tomada por personas que no conocen las Fallas", se confirmaban algunos falleros congregados.

En todo caso, los falleros contenían la respiración, a la espera de noticias por la tarde, cuando había convocadas diferentes reuniones con las administraciones para desatascar el bloqueo.

Destensión: al final de la tarde, hay solución

Y un día que empezaba con llantos, acababa con cierta tranquilidad. La tensión por la incertidumbre acabaría por desinflamarse con las reuniones vespertinas, casi 24 horas después del funesto anuncio. El Gremio de Artistas Falleros mantenía un encuentro con el president de la Generalitat, de la que se extraerían conclusiones muy satisfactorias: la administración autonómica costeará la mitad del traslado y los respectivos ayuntamientos, la otra mitad. El Gremio había manifestado su malestar y había planteado por la mañana acabar de plantar los monumentos y quemarlos, y en todo caso, que no se retiraran los monumentos si no se aclaraba quién se hacía cargo del desmontaje, transporte y almacenamiento.

Aclarado lo primero, lo segundo parecía resolverse también. Puig, como Galiana, proponía instalaciones de Feria Valencia para albergar los monumentos que se pudiese hasta que se celebraran las fiestas josefinas o hasta que se tomara otra determinación. Más tarde, el alcalde de València y el propio edil de Fiestas comparecerían junto a artistas falleros, representantes de la Interagrupación de Fallas, y de la Junta Central Fallera, para acabar de calmar las aguas en el mundo fallero.

Muchas soluciones se planteaban. En primer lugar, nueva fecha: se propuso trasladar las fiestas josefinas al período entre el 15 y el 19 de julio, siendo el día de la Cremà domingo, y coincidiendo con los mismos días del mes de marzo. Asimismo, se proyectan las mascletaes que no se han podido lanzar en las mismas jornadas de julio: entre el 11 y el 19. Se conjugaría así el programa de las Fallas de 2020 con el de la Feria de Juliol que ya se ha consolidado año tras año en este mes. Es una "fecha límite", después de la cual sería complicada la celebración, y que deberá ratificar el mundo fallero. Ahora bien, siempre a expensas de lo que pueda ocurrir por el desarrollo del coronavirus. En caso de que para entonces se haya agravado la epidemia, "el menor de los problemas para nosotros, serán las Fallas", dijo Galiana.

Foto: KIKE TABERNER

En segundo lugar, qué hacer con los monumentos. Según Galiana, se estudiará "falla a falla" para ver qué soluciones se adoptan en cada caso, y siempre atendiendo la voluntad del artista fallero en cuestión. Así, existirá la posibilidad de trasladar las figuras a los propios talleres si así se desea, a Feria Valencia u otros enclaves, pero hay algunos casos que son de difícil resolución, especialmente aquellos de fallas grandes y de complicado desensamblaje. En estos casos, el Ayuntamiento está estudiando la opción de la quema "a puerta cerrada". Esto es, sin público, cerrando el espacio en cuestión al paso de viandantes y sin previo aviso, presumiblemente por la madrugada para evitar aglomeraciones. Y siempre antes del 19 de marzo. Para entonces, debe estar todo retirado.

Es, de hecho, esta última opción, la que se ha pensado para la falla municipal, la de la Plaza del Ayuntamiento. Si bien uno de sus autores, José Ramón Espuig, cree que podría incluso televisarse el evento, en el consistorio quieren evitar a toda costa que se produzcan concentraciones indeseadas de gente en estas fechas, que es lo que se quiere evitar con el retraso de las Fallas. Es por ello que en el equipo de gobierno rechazan decir cuándo y cómo se consumará la quema. Para ello cabría clausurar al completo la principal plaza de la ciudad. Se desconoce qué monumento plantará el Ayuntamiento en julio si se acaba quemando el actual.

En tercer lugar, las pérdidas. Por el momento, lo que parece inevitable son los efectos económicos peniciosos del retraso de las fiestas. Según Galiana, se ha cifrado en 8 millones el gasto de las comisiones falleras para este año, por lo que el 25% del mismo lo asume el Ayuntamiento mediante subvenciones, y el consistorio se ha comprometido a buscar "las ayudas necesarias" tanto en la Diputación, la Generalitat, el Gobierno y la UE para sufragar la cifra restante. 

El alcalde agradeció la "actitud responsable, comprensiva y sobre todo, constructiva" del mundo fallero a la hora de buscar soluciones que, dijo, se han encontrado de forma rápida, y por entender "los graves problemas sanitarios ante los que nos encontramos" por la pandemia de coronavirus. Reilusión inyectada por parte del equipo de gobierno para unas Fallas que serán del todo atípicas.

Foto: KIKE TABERNER

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