VALÈNCIA. El tiburón es un ser solitario, que vaga por las aguas tranquilo. Pero cuando se siente amenazado, o quiere atrapar a una presa, enseña la aleta y los dientes y se vuelve amenazante. si la presa es lo suficientemente grande, los tiburones atacan en grupo, rodeando a su víctima.
El colectivo noname hace suya esta analogía encerrando al tiburón en su pecera, que no es más que uno de los espacios del estudio que utilizan tres de los artistas que forman el grupo y que se podrá ver desde la misma calle Agustí Centelles Ossò, 10.
El tiburón es, en realidad, una analogía sobre la posición de los artistas de este colectivo ante un momento crucial para ellos: tras acabar Bellas Artes, han de explorar el mar abierto y las aguas turbias. Y tienen dos cosas que decir: que tal vez sean ese tiburón solitario que navega tranquilo y explorando, pero también que tienen dientes y quieren enseñarlos.
Ese ejercicio de reivindicación lo hacen a través de sus propias obras, las de Enrique Arranz (2000), Claudia Leoni (2001), Sofia Diaz (2001), Marcos Pizarro (1999), Meritxell Simó (2001), Mateo Méndez (2001), Llum Martin (2000), Lydia Plaza (2000) y Pedro Aguilar (2000). Todos están a punto de abandonar su etapa académica, y Jaws quiere recoger, de alguna manera, algunos de sus miedos, pero sobre todo enseñar su valentía.
Si en abril de 2023 se presentaba el grupo con la muestra colectiva (K)no(wn)name, “donde buscaban establecerse como grupo dentro de un contexto artístico todavía por conocer y presentarla como punto de partida y statement estético”, en esta ocasión Jaws recoge piezas que han podido formar parte de su etapa académica, ya sea en trabajos de final de grado o del Máster de Producción Artística.
Según explica a este diario Mertixell Simó, “entre nosotros compartimos el planteamiento de ir más allá del medio. No trabajamos en la misma disciplina artística, pero en noname no verás un pintor al uso, sino arte conceptual, por ejemplo. Las pieza forman parte de ese registro previo influido por la academia, pero también se podrá ver un impulso por reformular la estética”. También comparten un interés, tanto en el medio como en el contenido, por lo digital, el mundo de internet el anime y el manga, algo que se verá reflejado también en estas piezas.
También es esta exposición un manifiesto que habla de ese tiburón que se debe enfrentar a las amenazas y el contexto hostil que se vive en el mundo del arte, al que se van a enfrentar una vez han acabado su etapa formativa (“ante la violencia sistémica a la que nos enfrentamos, enseñamos los dientes. No para moder, pero sí para demostrar que los tenemos”). Por también quiere servir para “entrar en contacto tanto con personas que están viviendo un contexto parecido al nuestro o al que se enfrentarán en un futuro como con personas que hacen cosas, que activan espacios, etc.”. Siguiendo al pie de la letra la analogía, mentalidad de tiburón.
La exposición se inaugura el viernes, se podrá ver desde la calle el sábado (a este formato le han llamado vista exterior de la pecera) y el domingo volverán las visitas con cita previa.
Noname no funciona ahora mismo como un colectivo que firme sus obras como tal. ·Se trata en realidad de un trabajo nuestro más curatorial”. “Tenemos una relación muy directa: nos unen relaciones de amistad, de pareja, somos compañeros de máster o lo hemos sido durante el grado… La idea ha sido la de juntar estas personalidades y nuestros perfiles en un mismo espacio”. En todo caso, Simó afirma que “vamos desarrollando lenguajes y conceptos similares. En este hacer convivir nuestras obras, es inevitable que al final se genere un diálogo entre las obras que acaba generando influencia”.