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más que un parque

El cauce del río Turia: el contenedor cultural inesperado

De la escuela Berklee o el Festival de les Arts; al aterrizaje de los escultores Heinz Mack y Bob Verschueren pasando por la posible llegada del Caixaforum. El cauce del río es más que un parque

29/11/2016 - 

VALENCIA. ‘El riu és nostre i el volem verd'. Bajo este lema, los valencianos evitaron que el gobierno convirtiera el cauce del río Turia en una red de carreteras, un camino de piedra con el que se quería dar un nuevo uso a un espacio que había quedado vacío después de que la gran riada de 1957 llevara al gobierno franquista a desviar sus aguas mediante el Plan Sur. La movilización ciudadana, sin embargo, frenó un río con carriles en favor de la construcción de una de las mayores zonas verdes de Europa. Fue en diciembre de 1976 cuando, en su primer viaje oficial a Valencia como rey, Juan Carlos I firmó el decreto de cesión a la ciudad del viejo cauce, tierras que pasaban a ser gestionadas por el gobierno local. Desde entonces y todavía hoy se ha estado dando forma al pulmón verde de una ciudad que sigue formándose y cuyo potencial como contenedor cultural al aire libre ha dejado de ser una anécdota.

Hace uno días Econcult, la Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo de la Universitat de València, publicaba un estudio bajo el título The Calatrava model: reflections on resilience and urban plasticity, firmado por Rafael Boix, Pau Rausell y Raül Albedo. En él se reflexionaba sobre el modelo de los grandes eventos, el de la creación urbanística desde cero en lugar de la apuesta por la mejora de lugares ya existentes, como pueden ser los casos de Bilbao con el proceso de reforma del área Abandoibarra o Barcelona con 22@. Aunque el informe concluía que Valencia ha sido incapaz de absorber como el resto de urbes los impactos de la crisis tras los fastos, también apuntaba a la necesidad de hacer propios los espacios y avanzar de su mano. “A ver si fuéramos capaces de transformar los ‘elefantes blancos’ en ‘elefantes de carga’”, reflexionaba Pau Rausell tras la publicación del estudio en su blog Malalts de ciutat. Pero, ¿se podría tomar el 'elefante' del cauce como un todo generando una programación/marca conjunta y dotando de coherencia a su contenido?

 Foto: Eva Máñez

El jardín de las esculturas

Cuestión de jardines, el cauce ha tomado el relevo del soñado jardín de las esculturas que desde hace años se espera se desarrolle en el solar anexo al Instituto Valenciano del Arte Moderno (IVAM). Parece que 2017 será el año del desbloqueo, con un aumento del presupuesto destinado desde la Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte que facilitará llevar a cabo el proyecto, tal y como declaró el propio conseller, Vicent Marzà, una partida de 6,6 millones (+9,92 por ciento) que permitirá al centro “abrirse al barrio y exponer parte de los fondos públicos aumentando la capacidad para realizas una mayor actividad del museo”. La intención de la dirección del museo es la de acondicionar este terreno, de unos 2.800 metros cuadrados, para que se convierta en espacio expositivo que acoja piezas de autores como Markus Lüpertz, Tony Smith, Pablo Palazuelo, o los valencianos Miquel Navarro, Andreu Alfaro, o Vicente Ortí, entre otros.

Habrá que esperar al próximo ejercicio para ver como avanza un plan cuya puesta en marcha ha sido aplazada en numerosas ocasiones. Así pues, en una rueda de prensa ofrecido el 1 de enero de 2016 con el director del museo, José Miguel G. Cortés, y el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, este último anunció que el proyecto estaría en marcha “por primavera”, pues estaba en un estado “muy avanzado”. Así pues, el pasado mes de septiembre, desde el Ayuntamiento de Valencia se comunicaba a este diario que la redacción del proyecto ya estaba finalizada y en un cajón a la espera de respuesta por parte de Conselleria, que se ha enfrentado a más de un problema para llevar a cabo la expropiación y la gestión de la situación con los nuevos propietarios. Con este frente abierto, y con el museo casi tocando el Pont de les Arts, es el río el que hasta nueva orden ha asumido el papel de jardín de las esculturas.

Hace apenas tres semanas se inauguró entre árboles y el carril bici el nuevo proyecto de Fondo Arte-AS, Ecos de la Memoria 2016, del artista belga Bob Verschueren. Las obras se podrán visitar en dos zonas diferentes: por una parte, el río Turia, donde se pueden ver elementos propios del trabajo del hombre cargados de significado poético, así como, esculturas materialmente autóctonas que participan del paisaje valenciano; por otra parte, la propia galería Fondo Arte-As, dirigida por Ana Serratosa, donde el espectador es “un elogio de aquello inadvertido pretendiendo elevar la naturaleza a obra de arte”, explican sus organizadores. Estas esculturas, pertenecientes al movimiento ‘Natural Art’, son el resultado de un proyecto basado en algunas concepciones artísticas sobre el paisaje, la naturaleza del mismo, su vida diaria, su pasado.

Dos de las obras más relevantes de esta muestra son The Creepy Shape, una escultura de grandes dimensiones, creada con ramas, queriendo mantener parecido con un animal que vive del agua, un agua que provocó la crecida del río en el pasado y que ahora es alimento del paisaje de Valencia; y Running pieza con aspecto de espiral que simboliza el proceso de crecimiento y evolución. Este no es el primer proyecto de carácter escultórico que asume el cauce. Así, la Ciudad de las Artes y las Ciencias acogió hasta el pasado 6 de noviembre la instalación The Sky Over Nine Columns del artista alemán Heinz Mack, un proyecto comisariado por Kosme de Barañano formado por nueve columnas simétricas, de más de siete metros de altura cada una, recubiertas por 850.000 teselas doradas. “Para mí, el espacio es igual de importante que la escultura [...]. No puedo imaginar uno sin el otro”, afirmó Mack sobre una instalación que tuvo como primer emplazamiento la isla de San Giorgio Maggiore en Venecia durante la Bienal de 2014, para a continuación pasar a ser expuesta en el jardín de esculturas del Sakip Sabanci Museum de Estambul.

Los distintos tramos del cauce han pasado a ser escenario de más de una feria, como puede ser la Gran Feria Andaluza, que se celebra entre los puentes de la Exposición y de las Flores, o la Primavera Educativa, tres jornadas impulsadas por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte con aproximadamente 1.500 actividades, 200 carpas, dos grandes escenarios y cinco congresos. También ha sido sede este año de la primera edición de Urbans, un evento deportivo y cultural que sumó competiciones de BMX, Slackline, Skateboparding y Breakdance y exhibiciones de Parkour, Tricking, Graffiti y dj’s. Música, deporte y... cine.

Organizada por el Instituto Valenciano de Cultura, a través de la IVAC, la Filmoteca d’Estiu se celebra en los jardines del Palau de la Música durante el mes de agosto, una programación que se engloba en un marco de oferta cinematográfica al aire libre para la ciudad de Valencia con el lema 'Estiu de Cinema', que contiene también la programación de cine del MuVIM y de la Universitat de València para verano. También la renovada Gran Fira de València volvió a hacer uso del cauce del río, pero de una manera especial, pues abrió la edición de 2016 con una gran traca de 875 kilos de pólvora disparada por Ricardo Caballer en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Música en el río

Por lo que respecta a la sección musical, el binomio Palau de la Música y Palau de les Arts dominan en un cauce que ha acabado convirtiéndose en la casa de los dos grandes contenedores musicales de la ciudad. El primero, de gestión municipal y casa de la Orquesta de València (OV), celebra este año su treinta aniversario con Vicent Ros al frente; el segundo, con una década a sus espaldas, alberga cuatro espacios escénicos para espectáculos de ópera, música, ballet y teatro, un gigante blanco liderado por Davide Livermore. Música condensada entre tres puentes: el de Aragó, Ángel Custodi y Monteolivete, un cauce fragmentado por puentes que también ha  servido de inspiración para el desarrollo de proyectos como el iniciado por el ilustrador Juanma Martínez, en colaboración con la arquitecta Merxe Navarro, un paseo dibujado por los puentes de río ahora seco.

Además de los contenedores de gestión pública, otro de los polos de atracción musical ha llegado de la mano de un festival que desde 2015 forma parte del nutrido listado de festivales que salpica toda la Comunitat Valenciana. Con una tercera edición confirmada para el mes de junio de 2017, su segunda cita cerró con un total de 40.000 asistentes, una cifra muy por encima de lo previsto por sus organizadores, que situaban la afluencia en 36.000 personas durante las dos jornadas. Por el momento, de cara a la próxima edición, ya se han desvelado algunos de los nombres que conformarán el cartel final, entre ellos, Jake Bugg, Iván Ferreiro, Fuel Fandango, Soledad Velez o Gener. 

Si bien, los contenedores musicales no se presentan como entes cerrados y los músicos Palau de la Música no son extraños a salir del auditorio, por ejemplo, con el tradicional ciclo de conciertos que todos los meses de junio ofrece la banda municipal. Con la instalación también en 2012 del Berklee College of Music en uno de los anexos del Palau de les Arts Reina Sofía, también la escuela de origen americano se ha convertido en uno de los grandes productores de contenidos para el cauce. De esta forma, estudiantes y profesores del campus llevaron al lago Sur del Museu de les Ciències actuaciones de libre con la interpretación de composiciones de diferentes estilos musicales que van desde el jazz al pop pasando por el rock, electrónica y hip-hop. Con Berklee afianzada, todavía está por ver cuál es el futuro de cada una de las instalaciones que ofrece el gigante diseñado por Calatrava.

Caixaforum, ¿llegará la guinda?

Foto: Francisco Llop.

Uno de los proyectos todavía por concretar a este respecto es el de la instalación de un Caixaforum en Valencia. Si bien la Generalitat y la Fundación Bancaria la Caixa anunciaron en primera que existían conversaciones entre unos y otros para su desarrollo, esto estaba todavía en el aire. “Estamos en un estado embrionario, no podemos contar muchas cosas. Para los proyectos culturales que mejoran nuestra producción cultural y la vida de la gente, la Generalitat siempre podrá todas las facilidades”, explicó la vicepresidenta y portavoz del Gobierno valenciano, Mònica Oltra. Si bien la opción del Ágora, tal y como publicó el diario Levante-EMV, se presentaba como la primera, el Ayuntamiento de Valencia y la Marina se posicionaron ante las posibles dificultades de esa solución presentando otra opción: el edificio Docks. Esta opción, con la que se busca reactivar el Cabanyal-Canyamelar, se plantearía como más sencilla, aunque a la espera de solventar la concesión, tal y como explicó Valencia Plaza.

El río como contenedor y, también, como contenido. Si anteriormente mencionábamos el proyecto del ilustrador Juanma Martínez, el cauce del río también ha sido fuente de inspiración de dos recientes proyectos en el ámbito de la fotografía. El argentino Juan Margolles ha llevado a cabo Turia (no se puede cruzar dos veces el mismo río), un trabajo en el que el autor busca desarrollar un recorrido emocional desde su nacimiento hasta su desembocadura, proyecto con que fue premiado el pasado mes de octubre en el Festival Internacional de Fotografía Contemporánea Scan de Tarragona. También éste es el escenario de ‘El río invisible’, proyecto ganador de la primera Beca Fragments, concedida por la Unió de Periodistes Valencians a Francisco Llop. “Hay una vida alrededor del río que mucha gente de Valencia desconoce”, explica el autor, que lamenta que “parece que cuando la ciudad se quedó sin río, éste hubiera desparecido de la memoria colectiva”.

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