VALENCIA (EP/VP). El nuevo Museo de la Catedral de Valencia abre sus puertas --nueve años después del primer proyecto y casi dos años de ejecución de obras-- para ofrecer a los visitantes un recorrido por veinte centurias de arte de historia, desde el siglo I al XX, que permite contemplar, por primera vez, las entrañas de la ciudad.
Alrededor de 300 piezas, muchas de ellas inéditas, y las posibilidad de descubrir los restos arqueológicos descubiertos en las excavaciones realizadas bajo la Seo son el principal atractivo de un centro museístico que es "como un libro abierto" para seguir conociendo el pasado de la capital del Turia.
Así se ha puesto de relieve en la rueda de prensa de presentación del museo, en la que han estado presentes el deán-presidente del cabildo de la Catedral, Emilio Aliaga; el canónigo conservador de la Seo y presidente de la comisión diocesana de Patrimonio, Jaime Sancho; y el arquitecto Salvador Vila Ferrer. Esta tarde, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, bendecirá e inaugurará el museo.
La rehabilitación de las instalaciones ha triplicado el espacio expositivo --al pasar de una planta a tres-- y ha transformado los espacios, que ya no son "neutros", sino que quieren "despertar la sensibilidad" del visitante.
"Ahora las cosas se ven de otra manera, entra mucha luz, y se ha arriesgado en las excavaciones del sótano pero se ha encontrado restos muy importantes de lo que fue la ciudad antigua", ha explicado Salvador Vila, que ha subrayado que a partir de ahora queda por mucho trabajo por parte de los investigadores tanto en los vestigios arqueológicos como en la atribución de algunas piezas de arte.
Por su parte, el deán ha recalcado que la actuación en el museo ha supuesto, "no solo una ocasión inequívoca para mejorar la funcionalidad, sino para poner en valor toda la Catedral y hacer visitable el subsuelo".
Jaime Sancho ha apostillado que el proyecto también ha puesto "orden y lógica" en los fondos. "No es un museo de gran tamaño, no es el San Pío V o El Prado, pero toda la Catedral es un museo exclusivo en sí mismo", con "tesoros" que únicamente se puede admirar aquí, ha aseverado.
Además del itinerario en vivo --se esperan más de 250.000 personas, que son los que ya participan anualmente en las visitas guiadas a la Catedral, que desde ahora también incluirán al museo--, los valencianos y turistas tendrán a su disposición una tienda con artículos de merchandising, entre los que destacan unas gafas para hacer un recorrido virtual gracias a una app de móvil.
Entre ellos, ha citado la escultura de la Virgen María con Niño, restaurada hace dos años, que ha sido bajada de la puerta de acceso a la capital del Santo Cáliz y que ahora se sitúa junto a las imágenes originales de la Puerta de los Apóstoles, de principios del XIV en la sala superior del museo; el retablo de la Dormición de Alejo de Vahía o un contrafuerte del siglo XIII que exhibe una de las escasas piezas conservadas del relicario de los Reyes de Aragón que Alfonso el Magnánimo depositó en el templo en 1437.
Sancho ha subrayado también sus "dos obras favoritas", que son la versión de 'La Zingarella' de Correggio, que se expone por primera vez, y la imponente talla de estilo manierista del 'Mal ladrón', lo único que se conserva del retablo renacentista de la iglesia de San Martín de Valencia, desmontado en el siglo XVIII.
'La duda de Santo Tomás', de 1400, la obra documentada más antigua de la Catedral; Paolo de San Leocadio; Vicent Masip; el 'Maestro de Alzira'; Vicente López o Zapata son también hitos relevantes que jalonan este paseo por el arte religioso.
Y bajo estas piezas pictóricas y escultóricas, el museo se adentra en las excavaciones realizadas bajo la Seo, que han sacado a la luz, a tres metros de profundidad, restos de una calle romana y de al menos tres casas de entre los siglos I y II. Restos de entradas, dinteles y depósitos de agua, así como una reja con hierros entrecruzados, son algunos de los vestigios.
También hay restos óseos humanos que, a falta de datar con una comprobación arqueológica, podrían corresponder al siglo XIII, posiblemente de una parroquia ya desaparecida que se erigió en la Valencia recién reconquistada, la de San Pedro, muy cerca de la Catedral.
El camino subterráneo --que se ha estructurado en cinco salas-- desemboca en otra estancia con más restos humanos y de construcciones que dan directamente al muro de la antigua Aula Capitular del siglo XIV, hoy capilla del Santo Cáliz.
En las obras de adecuación del Museo se han localizado asimismo elementos islámicos y visigodos, así como restos de lo que pudo ser el atrio o claustro que llegó a tener la Seo cuando no estaba aún unida a la torre del Miguelete.