VALÈNCIA. El Teatro Flumen presenta València a Escena, un ciclo de compañías valencianas, creado para impulsar, apoyar y dar espacio al talento local, que se llevará a cabo todos los jueves a las 20:30 horas. La propuesta está abierta a diferentes lenguajes escénicos lo que incluye la danza, el circo y el teatro, compañías emergentes o veteranas, con la única condición de que sean de la Comunitat Valenciana, explican desde la sala.
En esta ocasión el ciclo está compuesto por cinco obras que fueron elegidas por su calidad y por la pluralidad de temáticas y géneros que abarcan, con la intención de alcanzar a distintos públicos. Jose Saiz, director artístico del Teatro Flumen, reconoce la dificultad que existe para que los artistas locales exhiban su trabajo y mediante este ciclo pretende apoyarlos para que puedan mostrarlo en el recién remodelado local de Gregorio Gea. Después de cada función tendrá lugar un encuentro con el público para fomentar el diálogo entre los actores y la audiencia.
La primera edición de València a Escena inicia con Divinas Palabras de Arrel Teatre, que se presentó el 16 de enero y sigue el 23 y 30 de enero. La compañía toma una de las obras cumbres de Ramón del Valle Inclán, cuya temática y crítica siguen siendo actuales -una sociedad con valores morales en decadencia, un pueblo considerado ignorante y manipulado por la clase política- para ofrecer una visión contemporánea.
La construcción e investigación para el montaje de Arrel Teatre nace alrededor de temas como la codicia, lo grotesco, o la barbarie humana y para darle vida parten de la danza Butoh (también conocida como danza de la oscuridad) aplicada al teatro, una danza que se origina en el Japón de posguerra, entre cuerpos mutilados y una sociedad completamente desesperanzada.
En cuanto a la línea estética que impregna la puesta en escena, se apoya en la esencia de lo conocido como postapocalíptico , donde abunda la suciedad, lo roto, lo estrafalario, pero común, el cuero, los remaches y otras tendencias, permitiendo al intérprete y al espectador visualizar una sociedad en decadencia que, a base de sudor y lucha, quiere salir de ese agujero.
El ciclo continúa con Al Anochecer, de Al Anochecer Producciones, el 6 y 13 de febrero. Esta es una pieza de dos personajes sin nombre: Él y Ella. Dos seres exiliados del mundo, que anhelan y temen por igual amar y ser amados.
Al Anochecer es una obra íntima, de pocas palabras y muchos silencios, de desencuentros absurdos y pasiones enterradas entre la basura. Es tan simple y tan complicada como una tierna historia de amor y de humor.
Segarem Ortigues amb els Tacons de Teatro del Contrahecho, que se presenta en valenciano el 20 y el 27 de febrero y en castellano el 5 de marzo, es la tercera obra del ciclo y es un texto atrevido y transgresor en el que cuatro mujeres se enfrentan a una dura realidad. El machismo, el movimiento feminista y la prostitución son temas abordados en este montaje. La pieza siguiente es Sobra el Griego de Stres de Quatre, que podrá verse el 26 de marzo, una comedia caricaturesca sobre la realidad en la que hay un homenaje a autores como Les Luthiers, El Tricicle, Monty Python o Leo Masliah entre otros.
València a Escena culmina el 2 de abril con Las Heridas del Viento también de Stres de Quatre, que aborda la historia de David, quien siempre ha tenido la sensación de no conocer a su padre. Tras la muerte de éste, es el encargado de organizar la herencia. En su tarea encuentra unas cartas. Totalmente desconcertado ante la información que estas le revelan decide ir más allá y averiguar si, por fin, va a poder saber cómo era su padre.