En el organismo provincial ya solo se dedican a cumplir los compromisos ya pactados, mientras el IVC reconoce que la transferencia aún no ha empezado
VALÈNCIA. Las piedras en el camino de Sona La Dipu siguen sin despejarse. Y eso a pesar de que parecía que estaba todo hecho. La Generalitat anunció a finales de marzo que asumiría la gestión del certamen musical, tras un convulso año en el que las polémicas se iban acumulando (impagos de ediciones anteriores, falta de paridad en el cartel, desencuentros con el jurado y con el festival Trueno Rayo, etc.). El acuerdo era cancelar la edición de este 2019 y volver en 2020 con un formato nuevo, de nivel autonómico y repensado para no volver a repetir errores.
El cambio suena bien, pero desde entonces, la transferencia no está siendo tan fácil como parecía, con el consecuente perjuicio a los grupos. A fecha de hoy, las dos instituciones confirman a Culturplaza que el proyecto está en stand-by y, a falta de pocas semanas para acabar el año, aún no se han concretado los detalles de cómo será el traslado del proyecto ni el nuevo formato.
Hace unas semanas, Poetas del Rock celebró un concierto en Burjassot cuyo cartel estaba protagonizado por Rozalén, Fredi Leis y un tercer artista invitado. Este último, en teoría, era un grupo invitado por la Diputación. En los carteles colgados, se encontraba el logo de Sona La Dipu y hasta el mismo día del concierto, se anunció ese artista invitado, sin desvelar quién era. Finalmente, no hubo tercera actuación.
Este diario consultó días antes a la Diputación quién iba a ser el grupo patrocinado, ya que el objetivo de la promoción y la proyección de actuar junto a Rozalén se limitaba bastante si no se anunciaba en ningún momento. Fuentes del organismo provincial confirmaron que Enrique Borrás, último responsable del proyecto, ya había abandonado su puesto y solo había un técnico cerrando los flecos que ya estaban negociados con anterioridad. En ese sentido, aún no estaba claro quién iba a ser ese artista invitado. Días después, y siempre según la Diputación, se percataron de que todo se trataba de un error: Sona la Dipu ya habría enviado a un artista a un concierto anterior y el acuerdo no se aplicaba a este en Burjassot. Dos versiones del mismo hecho, que resultan especialmente extrañas porque en ningún momento la promotora rectificó su comunicación.
Particularidades aparte, esto confirma que Sona la Dipu ya ha dejado de gestionarse desde la Diputación de València. Ya no hay responsable del proyecto, ni compromisos que cumplir. De hecho, desde la plataforma Debe la Dipu confirman que las deudas con los grupos se han saldado salvo en dos excepciones, y que esa lucha ya se da por finalizada. "Seguimos teniendo el contacto y seguiremos estando comunicados. No hay mal que por bien no venga.
Y cuando surja cualquier tipo de injusticia las denunciaremos y sumaremos nuestra voz y apoyo a quienes lo necesiten", comentan. Y añaden: "La realidad es que el proyecto de Sona la Dipu era bueno y ha ayudado mucho a los músicos valencianos, sin él nos quedamos huérfanos de apoyo público. Pero la ejecución, a mi entender, ha sido dinamitada desde dentro".
Mientras, en el otro lado de la ecuación, las cosas no están más resueltas. El otro día, en la rueda de prensa de presentación del ciclo Sonora, se le preguntó a Marga Landete, directora adjunta de música y cultura popular valenciana de l’Institut Valencià de Cultura (IVC) por los avances en el cómo será el nuevo Sona la Dipu, que pasará a ser de ámbito autonómico.
La respuesta clara no llegó, y se limitó a decir que desde el principio estaba prevista la vuelta del certamen en 2020, además de achacar los retrasos al cambio de responsable en el área de Juventud. Se deduce de su respuesta que las reuniones para concretar la transferencia no están ni mucho menos avanzadas. Landete no pudo dar ningún plazo y solo adelantó que el certamen se integraría en el proyecto de Sonora.
En los próximos meses, previsiblemente, se resolverán las incógnitos. La mayor es el encaje que podrá tener una iniciativa que contaba con 800.000 euros de presupuesto y un alcance nacional. Sonora este año solo costará 75.000 euros. El concurso tendrá que encontrar su nicho entre unos premios Carles Santos y el ciclo de conciertos autonómico que se ha puesto en marcha este año. Si no, seguramente se diluya en algo que no era.
El Institut Valencià de Cultura sigue sin desvelar el nuevo funcionamiento. Esta será la segunda edición consecutiva que no se celebre