VALÈNCIA. Fue en febrero de 1947 cuando se fundó el Museo Nacional de Cerámica, con el acto de donación de la colección de cerámica de Manuel González Martí al Estado español, aunque no sería hasta algunos años más tarde cuando encontraría su ‘hogar’ definitivo. Sería en 1954 cuando se instaló de manera definitiva en el histórico Palacio de Dos Aguas de València, un traslado del que ahora se cumplen 70 años. Y no es la única efeméride que celebra el museo, pues este año también se cumplen ocho décadas desde la publicación de la mayor aportación como investigador de la cerámica medieval de su fundador, el primer tomo de su obra ‘Cerámica del Levante Español’.
En este marco, el centro expositivo, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, prepara una jornada en la que será su propio equipo el encargado de tomar la palabra y contar qué se cuece tras los muros del palacio. Será el próximo 17 de junio cuando tenga lugar la jornada El Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias. Aproximación a su misión, organización, funciones y objetivos en sus 70 años en el palacio de Dos Agua, en la que los profesionales del museo reflexionarán en torno a la recuperación de la memoria y a su actualización, ofreciendo además una mirada sobre aspectos desconocidos por el público de su realidad institucional y de su labor.
Jaume Coll, director del museo, abrirá la jornada con la charla El conocimiento de la cerámica valenciana medieval (1944-2024). Una puesta al día, en la que a partir de la publicación en 1944 de Cerámica del Levante Español, siglos medievales quiere reivindicar su relevancia histórica y social aportando una “visión actualizada” de la misma. Por su parte, Isabel Justo Fernández, que forma parte del equipo técnico del museo, será la encargada de desgranar la relación de Manuel González Martí con las artes plásticas, que tiene mucho que ver con su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos así como con su amistad con nombres clave del arte valenciano en la primera mitad del siglo XX como Ignacio Pinazo, Juan Antonio Benlliure o Pascual Capuz Mamano.
La conservación es uno de los pilares que marcarán la jornada. Una de las voces a ese respecto es la del conservador Juan Nieto Guerra, que desgranará la importancia del registro y mostrará un acercamiento a las últimas compras y donaciones relevantes de los últimos años, que supone una de las grandes labores del área de documentación y que repercuten directamente en el registro. DE igual forma, bajo el título Conservar el pasado para el futuro: desafíos y prioridades, Ana Tomás e Inma Félez explorarán cómo actuar ante los peligros que pueden sufrir las colecciones, a causa de plagas, condiciones ambientales inadecuadas o la propia acción humana.
En este sentido, también se indagará por las por las principales redes de influencia, inspiración y consulta del museo desde sus orígenes a través de los testimonio de su archivo o en el origen de los fondos de la Biblioteca González Martí, con dos intervenciones capitaneadas por María José Badenas y María Llorens del Río respectivamente. En ese afán por contar esas bambalinas del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias, esta jornada también reflexionará en torno a asuntos clave como la comunicación y su relación con la sociedad, la función educativa y social del museo o los trabajos de documentación, “parte de la columna vertebral de un museo”.