VALENCIA. El historiador británico Paul Preston considera que el drama de los refugiados que huyen de la guerra en Siria "no se puede solucionar ni en Inglaterra, ni en Alemania, ni en España", sino que hay que "solucionarlo en Oriente Medio".
Así se ha pronunciado el historiador en declaraciones a los medios antes de ser investido doctor 'honoris causa' por la Universitat de València, al ser preguntado por los paralelismos entre el éxodo que se produjo en España tras la guerra civil y el drama de los refugiados sirios.
"No quiero defender a los franceses en febrero de 1939, pero cuando por una crisis humanitaria vienen avalanchas de personas es muy difícil saber qué hacer", ha señalado el también director de la Cátedra Príncipe de Asturias y del Centro Cañada Blanch de la London School of Economics and Political Sciencie, que ha agregado que en la actualidad la situación se complica "por la facilidad con la que viaja la gente" y porque "numéricamente es mucho peor".
No obstante, ha continuado, existe hoy en día "una posibilidad que no había entones", la de ayudar en el país de origen. Ha recordado que en el 39 las autoridades francesas no podían ayudar a los refugiados españoles en campos al norte de España porque los refugiados "huían con miedo de que les matasen en España" pero ahora existe la posibilidad de ayudar "en los campos de Jordania y de Líbano", la opción por la que, a su juicio, se debería optar.
Aunque ha resaltado que, en cualquier caso, "lo primero que hay que hacer es solucionar el problema en Siria", ante el cual estamos "horrorizados", y a partir de ahí los gobiernos deben elegir entre la ayuda en origen, en los campos de los países limítrofes, como hace el gobierno británico, o la postura de Alemania de "dejar entrar cantidades ingentes" de refugiados.
Esta última política, ha apuntado, "tiene el problema de que se está cocinando una crisis en Alemania porque hay muchos parados que ahora se indignan de que a los refugiados les dan mejor tratamiento que a ellos".
Paul Preston (Liverpool, 1946) ha asegurado que su investidura como 'honoris causa' por la UV es "un gran honor totalmente inmerecido" y ha destacado que Valencia, tanto la universidad como la ciudad, es uno de los lugares en los que "más lazos" y amigos tiene y este reconocimiento es una oportunidad para visitar la ciudad.
"La Universitat de València es una gran universidad y en mi disciplina, historia contemporánea, hay unos especialistas de primera fila y que me incorporen en su claustro es un honor muy emotivo".
Preguntado por su visión de la situación actual de España en general y la Comunitat Valenciana en particular, el hispanista ha asegurado estar "tan involucrado en interpretar el pasado" que le cuesta interpretar el presente. "Además, tanto en Valencia como en Cataluña y en el resto de España la situación cambia a una velocidad tan vertiginosa que, francamente, renuncio a comentar".
"Igual si todavía vivo diez años intentaré retrospectivamente interpretar lo que está pasando en el 2015", ha concluido.