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El Museu de Belles Arts y su eterna transición

13/02/2019 - 

VALÈNCIA. En el Museu de Belles Arts de València se afanan por despejar las incógnitas que le dirijan a ese “reinicio” o “renacimiento” prometido en cada legislatura. Sin embargo, como la infinita biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges, parece que cada respuesta abre la puerta a nuevas preguntas. Ayer fue momento de responder aquellas referidas al ámbito expositivo con la presentación de la programación para 2019, tras reunirse el patronato, que suponía el primer acto oficial de la directora en funciones, Margarita Vila, acompañada por la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. Fue esta última quien destacó que “pocas veces” se ha presentado un programa “para todo el año”, un calendario que se compone de siete exposiciones y de la presentación de la predela del retablo del Centenar de la Ploma, que visitará València tras el acuerdo de la Generalitat con el Victoria&Albert Museum. Pero, como diría Jack el destripador, vayamos por partes.

La gran apuesta para este ejercicio es la apertura de las obras de la V fase, espacio bautizado como edificio Pérez Castiel. El contenido con el que lo hace, sin embargo, ha sufrido alguna modificación en el tiempo. Si bien en diciembre la Conselleria de Cultura informó de que se inauguraría el espacio con una muestra en torno a la obra de Vicente López en febrero, aunque para entonces ya estaba descartada, finalmente será en marzo con una colectiva basada en los fondos de la propia colección. Esta muestra, El inicio de la pintura moderna en España: Joaquín Sorolla y su tiempo, ha sido creada expresamente para suplir la ‘baja’ –temporal- de López, que “por cuestiones administrativas” no podía organizarse para estos primeros meses del año. “Nuestra prioridad es que cuanto antes los valencianos pudieran disfrutar de esta V Fase […] Tomamos la decisión de poner en valor la colección”, expresó Amoraga al respecto.

De Sorolla al Centenar de la Ploma

Comisariada por Rafael Gil, catedrático de Historia del Arte de la Universitat de València, y David Gimilio, técnico de arte valenciano del museo, la exposición sumará un centenar de piezas que mostrarán el arte valenciano de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, en convivencia con Sorolla. La muestra es la más longeva de las presentadas, pues se podrá ver hasta verano de 2020. La razón de esto, tal y como expresó la directora, es que se conecte con el inicio de obras para la reconfiguración completa del museo. Los plazos, en cualquier caso, son variables. Actualmente se están preparando los pliegos para que salga la licitación de la contratación para la redacción del proyecto museográfico. Una vez contratado, el equipo se encargará de la redacción de un proyecto que deberá ser consensuado por Generalitat y Ministerio de Cultura y, después, se licitará la ejecución de las obras. “Estaríamos hablando de verano finales de 2020 cundo empiecen las obras”, explicó Vila.

Es la predela del retablo del Centenar de la Ploma otro de los grandes atractivos de la temporada. La pieza se trasladará a València para que el IVCR+i realice una investigación técnica y proceda a su restauración, un proceso que hará en una primera fase en los talleres del museo y, en una segunda fase, en las propias salas de exposición, con lo que el público podrá observar cómo se lleva a cabo. De igual forma, se acompañará la muestra, cuya fecha está todavía por determinar, con un equipo de realidad virtual que permitirá al visitante ‘adentrarse’ en la obra. Sobre la posibilidad de que el retablo venga a València, Amoraga confirmó que no se contempla en el convenio, aunque es el deseo de la Generalitat y así se ha trasladado al museo.

Reabre la tienda

Pero no solo expositivas son las novedades del museo. "Darle una vuelta a la imagen del museo", indicó Vila, es otro de los proyectos de futuro del museo, que busca modernizar su imagen con una nueva página web y potenciando el contenido online. "Somos conscientes de que hay muchos visitantes o valencianos que no se acercan, que no lo consideran su museo. Queremos romper esa dinámica". De igual forma, tal y como explicó Vila se plantea como objetivo para los próximos meses la mejora del sistema de climatización, la adecuación del claustro y la reapertura de la tienda del museo. Fue en 2014 cuando el museo reabrió su tienda, dos años después de que cerrara la anterior, una aventura que apenas duró unos meses. Ahora volverá a tener contenido aunque, tal y como especificaron desde el museo, no se iniciará un proceso de selección de empresa para la explotación del espacio, sino que será a partir de la propia contrata de seguridad que se gestionará el lugar para la venta de catálogos, que contará también con distintas actividades.

Pero, y este museo, ¿quién lo dirige? 

Precisamente, sobre personal es otro de los puntos a solventar en ese futuro soñado por el Museu de Belles Arts. Las quejas por la falta de personal son históricas. El propio Casar Pinazo lo expresaba así en una entrevista concedida a Culturplaza el pasado mes de noviembre: “ya no sabemos cómo decirlo, ni cómo reclamarlo, ni cómo hacer participe a todas las instancias políticas sobre las enormes dificultades que hay de personal. Si alguien me preguntara qué no he conseguido en tres años, mi respuesta sería que no he conseguido completar la plantilla”. A este respecto, Amoraga recordó la polémica inclusión de tres historiadores del arte que “no tenían la experiencia ni la especificidad” en las plazas de restaurador y conservador. “Trasladamos a Función Pública que necesitábamos unas plazas específicas […] pero en la mesa de negociación no prosperó”, indicó la directora general, quien afirmó que optaron finalmente por no renunciar a las plazas precisamente por la falta de personal del museo.

En este sentido, Amoraga avanzó que en la próxima convocatoria de Oferta de Empleo Público se va a convocar una plaza de jefe de departamento de restauración, un técnico de restauración de pintura y un técnico superior de restauración de escultura. Y, precisamente, si de ocupar plazas hablamos, la de director del museo está todavía en el aire. “Estamos en una situación de provisionalidad. En este momento hay dos directores, Jose Ignacio Casar Pinazo, que está de baja, y Margarita Vila que está en activo entregándole el 200% del esfuerzo y desbloqueando temas administrativos que estaban bloqueados”, expresó Carmen Amoraga, quien expresó que cuando Casar presente el alta el museo convocará la plaza. “Espero que [Casar Pinazo] se presente a esa plaza”, afirmó. 

El horizonte del museo: constituir una fundación

Otra de las cuentas pendientes ‘a futuro’ es la formalización de la conocida como ‘desconcentración’ del museo, un cambio en el decreto que lo rige por el que se le dotará de una mayor autonomía, que se llevará a cabo previsiblemente en abril, tras la negativa del gobierno central a generar un consorcio. “Es un paso más en la búsqueda de la independencia […] Nos va a permitir situarnos en el siglo XXI”. En cualquier caso, el final del trayecto no es la modificación del decreto, sino caminar hacia la creación de una fundación, un proyecto que la conselleria plantea a “medio largo plazo”. Preguntada por la razón por la que no se inicia ahora, explicó la directora general: “Estamos en las fechas en las que estamos [en referencia a las inminentes elecciones autonómicas] No queremos dejar las cosas a mitad”. 

A pesar de no ser finalmente la apuesta para el nuevo espacio expositivo, Vicente López llegará al museo en mayo con una muestra comisariada por Carlos G. Navarro, conservador del Museo del Prado, una muestra cronológica sobre el pintor valenciano. También se presentará este año Ars Publica, en colaboración con la conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, que reúne pinturas, grabados, libros o maquetas con la ingeniería civil, transporte e infraestructuras desde la Edad Media hasta la contemporánea; así como la muestra Vicente Rodés Aries. El estudio del natural, en colaboración con el Consorci de Museus, que dará a conocer la producción retratística del autor. 

En el apartado nacional se encuentra la muestra Picasso-Cela. Escritos, libros y cerámicas (29 de marzo), que presenta el fondo documental que recoge la relación entre el pintor y el escritor; Teste Grottesche, que se podrá ver en septiembre, recoge una serie de dibujos y aguafuertes sobre las cabezas grotescas que pintó Leonardo da Vinci; o La degollación de los inocentes (12 de noviembre), que presenta 47 esculturas de barro cocido y policromado que siguen una estructura a modo de belén. Por otra parte, también está previsto que la colección de monedas del ‘Reino de Valencia - Vidal Valle Ortí’, que actualmente está expuesta en el Palau de la Generalitat, se traslade al Museu de Belles Arts.

Con esta programación se pone en marcha el camino hacia una nueva meta, el año 2020, y la soñada puesta en marcha del proyecto museográfico que revolucione las salas del Museu de Belles Arts. También la deseada ampliación de plantilla está en la lista de cuentas pendientes. Así como la llegada de un nuevo director. Y de la fundación. La transición del Museu de Belles Arts continúa en marcha. 

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