VALÈNCIA. En los últimos años, la actividad promotora ha presentado un importante dinamismo en València. No obstante, la mayor parte de las nuevas promociones se han ubicado en cuatro zonas muy localizadas de la ciudad donde había suelo pendiente de urbanizar. De hecho, el cap i casal tiene escasez de suelo. La mayoría de los barrios están ya consolidados y solo algunas ubicaciones cuentan con pastillas de suelo urbanizables, además de los grandes desarrollos urbanísticos pendientes como el Grao o Benimaclet, que siguen bloqueados. Con todo, la mayoría de los edificios de la ciudad son antiguos y más de la mitad de los pisos tienen más de 40 años.
Un parque inmobiliario envejecido, principalmente en los distritos más céntricos del cap i casal como son Ciutat Vella, L'Eixample o Extramurs, según los datos del último Anuario Estadístico publicado recientemente por el Ayuntamiento de València. Una estadística que refleja que la Capital del Turia cuenta con 411.026 bienes inmuebles de uso residencial, de los que la mayoría, (el 47%) fueron construidos entre 1961 y 1980, es decir, cerca de 194.000 pisos.
De acuerdo con los datos, existen en la ciudad 231 viviendas anteriores al año 1800, aunque representan solo un 0,1% del total de las construcciones residenciales en València. Otras 13.000 unidades, el 3,3%, son de entre 1801 y 1920. A partir de entonces, la actividad constructora comenzó a repuntar con el crecimiento de la ciudad y en los siguientes 20 años, es decir, entre 1921 y 1940, se levantaron 22.186 inmuebles, el 5,4% del parque actual.
En los años cuarenta y hasta 1960 se construyeron 49.849 viviendas, el 12,1%, mientras que el grueso de los edificios residenciales valencianos, 193.340 unidades, son de entre 1961 y 1980, el 47% del total. A partir de ese momento, llegarían los años más dorados del 'ladrillo' no tanto en volumen construido, pero sí en precios. Entre 1981 y los 2000 se amplió la ciudad en 85.846 viviendas, el 20,9% de los inmuebles actuales.
Llegó entonces el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica y la actividad disminuyó. Muchas empresas quebraron y varias obras quedaron paralizadas. Entre 2001 y 2010 se construyeron 40.087 viviendas, el 20,9% de los edificios actuales, mientras que entre 2011 y 2020 han sido 5.551, el 1,4% del total. Con todo, la mayoría de las viviendas de la ciudad tienen una edad media superior a los 40 años.
De acuerdo con los datos del consistorio de València, el distrito de l'Eixample es el que sus inmuebles presentan una mayor antigüedad, con una media de 69,9 años. Le sigue Ciutat Vella, con una edad media de 68 años y Extramurs, 62,4 años. Por contra, los enclaves de la ciudad con un parque inmobiliario más joven son Campanar con 38 años de media; Benicalap, con 39; y Patraix, 38 años de edad media. Todo ello, supone que de media València cuente con edificios construidos hace 48 años.
El distrito del casco antiguo es el que cuenta con los activos más antiguos del cap i casal ya que hay 222 edificios que datan de 1800, aunque el grueso de sus inmuebles, 4.484 unidades, se construyeron entre 1961 y 1980. Por su parte, en l'Eixample la mayoría, 8.395, son de los años 20 y 30 del siglo pasado, mientras que en Extramurs son algo más modernos ya que gran arte de ellos, unos 8.178, se levantaron entre 1941 y 1960.
En Campanar, la mayoría, 7.767, pertenecen al periodo comprendido entre el 1961-1980; mientras que en La Saïda fueron 14.438 los que se levantaron en el mismo periodo. De hecho, el periodo de los 60 y 70 es el que concentra el mayor volumen de edificios construidos en los siguientes distritos. Así, en Pla del Real fueron 8.583; en l'Olivereta, 13.201; Patraix, 13.456; Jesús, 13.816; Quatre Carreres, 18.921; Poblats Marítims, 13.471; Camins al Grau, 15.766; Algirós, 11.732; Benimaclet, 7.935.
Por su parte, en Rascanya son 14.116 los bienes inmuebles de uso residencial construidos en esos años, la mayoría en ese distrito. Mientras que en Benicalap son 10.859; en Pobles del Nord, 996; Pobles de l'Oest, 3.347 y finalmente son 8.330 los que se levantaron en Pobles del Sud en esta época.
La situación actual del parque inmobiliario ha llevado a que en los primeros meses del año el número de licencias solicitadas al consistorio de València para reformas y rehabilitaciones se haya incrementado. Tanto es así que hasta junio se presentaron 717 solicitudes para este tipo de obras, así como otras 334 para declaraciones responsables. El duro confinamiento y el estado de muchos edificios en la ciudad ha provocado un aumento en este tipo de obras y la necesidad de adecuar los edificios.
Pero, además, los fondos europeos también han generado un importante revulsivo para esta actividad, ya que una importante parte del montante se dedicará a este tipo de actuaciones. De hecho, la Comunitat Valenciana recibirá un total de 175 millones de euros de los fondos europeos para rehabilitar entornos residenciales y edificios públicos.