MEMORIAS DE UN ANTICUARIO

El talento que habita en les Comarques Centrals del interior

28/06/2020 - 

VALÈNCIA. Muchas de las historias de las que tratan estos artículos dominicales debo atribuírselas  a la gente que me rodea y a las conversaciones que surgen a lo largo de la semana. Mi único mérito es cazar al vuelo las ideas que, sin pretenderlo, me lanzan otros. Esta se la adjudico a una buena amiga de Bocairent, la preciosa localidad de la Vall d´Albaida que me hizo saber algo en lo que no había caído: la abrumadora presencia de enormes artistas que han dado las llamadas Comarques Centrals de la Comunidad Valenciana. Y es que es así: es impresionante comprobar este dato. En primer lugar, habrá que delimitar estas comarcas que están a caballo entre las provincias de Alicante y València y hoy hablamos únicamente de las cinco comarcas del interior El Comtat, Alcoiá, la Vall D´Albaida, la Costera i la Canal de Navarrés. Eso si, en un texto tan limitado como éste, me permitirán que tan sólo me refiera a estos grandes artistas con un par de pinceladas, y además, a buen seguro me deje unos cuantos por el camino.

Antes hay que significar un hecho que da a entender una realidad respecto a la que, en aquellos tiempos, e incluso en la actualidad, no es fácil sustraerse: los artistas, en plena juventud, se veían en la necesidad de dejar sus localidades para poder ganar cierta relevancia y vivir exclusivamente de su arte. Este artículo habla de un hecho significativo, casi asombroso, pero también, como la otra cara de una misma moneda, de un éxodo, inevitable, a las ciudades más boyantes del momento: València en el Renacimiento y Barroco, y en el caso de los del siglo XIX a Madrid o incluso fuera de España, ya entrado el siglo XX.

Albaida y José Segrelles (1885-1969).Aunque el gran artista fue un hombre cosmopolita triunfa en Londres, París y Nueva York) nunca se olvidó de su Albaida natal y regresó a la misma para vivir allí sus últimos años. Precisamente en su casa se sitúa hoy un Museo cuya visita es muy recomendable. Aunque tuvo en su juventud grandes maestros como Benlliure y Sorolla, no es exagerado afirmar que Segrelles fue un niño prodigio autodidacta, pues con a penas cinco años era ya un consumado dibujante. Parece cierta la anécdota que cuenta que Sorolla le espetó a su amigo José Benlliure “tengo un pupilo que ya dibuja mejor que tú”. Otra encantadora anécdota cuenta que ya instalado en València una tienda exhibió en el escaparate uno de sus primeros lienzos con una cartela que rezaba “obra pintada por un niño de 13 años” con el fin de lograr el asombro entre los viandantes. Segrelles es imaginación y técnica acuarelística superlativa y vale la pena mencionar que uno de sus más fanáticos seguidores es el director de cine Guillermo del Toro que lo calificó como “tesoro mundial” para añadir que “Segrelles pertenece a la más selecta lista de los grandes de la ilustración mundial, esos grandes creadores que expanden las historias que ilustran. Segrelles transforma el texto y crea imágenes que se vuelven definitivas.”

El Alcoy de Emilio Sala y Antonio Gisbert. Viajando retrospectivamente, dos son los artistas que debemos relacionar con la importante e industriosa localidad de Alcoy y el siglo XIX es indisociable de sus dos artistas más importantes: Emilio Sala y Antonio Gisbert. El primero como gran retratista de la alta burguesía de la segunda mitad del siglo XIX, y Gisbert como uno de los más importantes pintores de episodios históricos en la Europa decimonónica. Emilio Sala (1850-1910), tras varios años de formación en la capital de l´Alcoià, viaja a València para estudiar en la Academia de San Carlos y seguidamente marchar a Madrid donde abrió un exitoso estudio y se relacionó con los grandes pintores del momento.

A Antonio Gisbert(1834-1901) le debemos, entre otros, uno de los cuadros más importantes del siglo XIX español como es el impresionante Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros, obra de gran formato (casi cuatro metros de alto por seis de largo), que pintó en París en 1888 a través de la que nuestro pintor se significa como un convencido liberal, y que en encuentra en el museo del Prado. Por si fuera poco, y a mayor relevancia de nuestro personaje fue director del museo del Prado entre 1868 y 1873 realizando una importante labor de acercamiento y apertura de la pinacoteca al pueblo.

Cocentaina Espinosa y los Matteis. En nuestra ruta geográfica por las montañas del interior alicantino nos movemos a la cercana Cocentaina donde el nombre propio es Jerónimo Jacinto de Espinosa, uno de los los grandes pintores españoles del siglo XVII apodado en alguna ocasión como el Zurbarán valenciano por la monumentalidad de sus figuras de gesto contenido y elegante y esa paleta reducida que emplea en sus telas y que las hacen tan características. No he tenido la suerte de que pase por mis manos una obra suya, pero sí que tuve un San Jerónimo pintado por su padre, Jerónimo Rodríguez de Espinosa, que no era precisamente de esta zona sino de Valladolid con la consiguiente influencia flamenca en su arte.

No nos vamos de Cocentaina porque vamos a referirnos a un hecho de actualidad del que debemos congratularnos y no podemos perder la oportunidad de mencionarlo. Tiene como protagonista a un importante pintor italiano del barroco del que la localidad al pie del Montcabrer posee, en el monasterio de la Mare de Déu del Miracle, diez monumentales obras sobre la vida de San Francisco y Santa Clara. Paolo de Matteis, natural del Salerno, desarrolló su carrera en Nápoles bajo el magisterio de Luca Giordano y tuvo mucha popularidad en España a través de numerosos encargos. Los grandes lienzos de Cocentaina encargados por el noble Francisco de Benavides y el IVACOR se encargará de la restauración de la primera de estas obras de más de tres por tres metros. El pasado jueves se presentó el proyectó que contó con la presencia de Gemma Contreras en nombre del IVACOR y la alcaldesa de Cocentaina Mireia Estepa.

José de Ribera y Xátiva. Nuestra ruta se desplaza hacia el noreste para recalar en la histórica Játiva donde no es difícil adivinar a quien nos vamos a referir. José de Ribera, aunque desarrolló su carrera en Roma y Nápoles, la capital de la Costera vio nacer a uno de los grandes maestros del arte universal, y confieso, uno de mis artistas predilectos. Un pintor que, aunque suene a anatema, lleva “más allá” el arte de Caravaggio a un terreno de una profundidad y verismo al que el artista italiano no puede llegar, aunque en justicia reconozcamos que fue el gran referente artístico de nuestro españoleto.

La Font de la Figuera y Juan de Juanes. No se sabe a ciencia cierta en qué año nace el gran maestro de Renacimiento español (posiblemente en 1523), pero es más que probable que lo hiciera en La Font de la Figuera en cuya iglesia parroquial podemos admirar un retablo que salió de su mano a mediados del siglo XVI. En la plaza mayor un monumento obra de Nassio Bayarri homenajea al gran pintor. Además, debemos alegrarnos que la mejor pinacoteca del mundo, El Prado, le haya otorgado a nuestro artista, en práctica exclusividad la sala número 51 (rotonda de Goya). Un status del que disponen pocos artistas en el museo. La mayoría de cuadros se refieren a la vida de San Esteban; tablas que formaban parte del impresionante retablo que presidía la parroquia de homónima del barrio de la Seu-Xerea y que fue desmontado para su traslado a Madrid al ser adquirido por Carlos IV lo que constituye un triste episodio para el patrimonio de nuestra ciudad.

No, tranquilos, no voy a olvidarme de Moixent y del innominado maestro que ideó en torno al siglo IV a.C, esta pequeña y genial obra íbera en bronce de significado algo misterioso, aunque es probable que se trate de una ofrenda. En la creación artística el tamaño no importa, no lo olviden, y en estos a penas 7,3cm de altura hay mucho arte. Fue hallada en 1931 por un peón, Vicente Espí, en la llamada Bastida de les Alcusses, y hoy día se encuentra en el Museo de Prehistoria de València. Aun podríamos irnos más atrás en el tiempo puesto que las montañas de estas comarcas centrales están plagadas de cuevas y refugios naturales; estas albergan una de las concentraciones más importantes de arte rupestre de todo el Mediterráneo con más de 130 emplazamientos. Nuestro guerrero quizás sea la primera muestra de genialidad en unas tierras que será por el clima entre mediterráneo y continental, por sus innumerables manjares, sus paisajes en los que lo rural, natural y patrimonial se dan la mano, o vaya usted a saber porqué, han producido una cantidad de grandes artistas fuera de lo normal. Hoy hemos hablado de artistas pero los lugares que visitar con gran valor histórico y patrimonial son interminables (palacios, castillos, edificios monásticos, iglesias…), así que habrá que dejarlo para otro momento.