VALÈNCIA. El Teatre Principal de València, propiedad de la Diputació de València y cogestionado con la Conselleria de Cultura –a través del Institut Valencià de Cultura (IVC)-, lleva años esperando una rehabilitación que no llega. Hace años que la corporación, que en 2023 cambió de color tras las elecciones, tiene sobre la mesa un plan director que fija las intervenciones a realizar, entre las que señala cuáles son más urgentes, un documento que pone negro sobre blanco las necesidades del inmueble pero que todavía estaba pendiente de aterrizar. Y es en ese paso del papel a la realidad donde surgen las preguntas, que pasan por los plazos de ejecución, presupuesto o previsión de cierre.
Sobre estas cuestiones, a principios de año, la diputada de Teatros, Rocío Gil, hizo una previsión que apuntaba a una ejecución del plan por fases, aprovechando las épocas de menor actividad en el teatro, así como su intención de conseguir que la Generalitat participara económicamente. Medio año después, el escenario se presenta bien distinto. Durante un encuentro con prensa para presentar la nueva sede del Escalante tanto Gil como la vicepresidenta segunda y responsable de Proyectos Técnicos de de la Diputació, Reme Mazzolari, hicieron una fotografía que aleja la gran rehabilitación del teatro, que finalmente se llevará a cabo de una y obligará, por tanto, a su cierre temporal.
Pero antes de llegar al largo plazo, vamos con el corto. “Hablamos de un inmueble que es una de las joyas de la institución y nos encontramos al llegar al gobierno con que ni siquiera se estaban pasando las inspecciones reglamentarias. Para este gobierno, desde el principio la prioridad ha sido garantizar la seguridad de las instalaciones, antes de empezar a pensar en una posible reforma integral del edificio”, indicó Mazzolari. En este sentido, la vicepresidenta acusó de “dejadez” al anterior gobierno, argumentando que la sala llevaba “cinco años sin pasar las OCA”, inspecciones que se han estado llevando a cabo en los últimos meses y que, al no ser todas favorables, han obligado a la corporación a tener que subsanar “aspectos menores” para esquivar el cierre por su estado.
“Hace seis meses se hablaba de un posible cierre del Principal […] por no haber hecho el mantenimiento mínimo. Ese no es el escenario que tenemos [ahora]”, aseveró. Una vez atajada esta cuestión, con todo, sigue sobre la mesa un plan director que va más allá de las necesarias inspecciones del inmueble, un ambicioso proyecto que en un primer momento se anunció que se llevaría a cabo por fases y que, finalmente, se hará en una única intervención. El motivo, según señalaron desde la Diputació, es que los técnicos de la corporación han trasladado que “no es posible” la ejecución parcial, con lo que el siguiente paso será avanzar en la redacción del proyecto, para lo que estiman un presupuesto de unos dos millones de euros.
De acuerdo con el plan director, la obra completa prevé una inversión de 42 millones de euros, un presupuesto que, en todo caso, no tiene que coincidir con el que finalmente se destine, para lo que todavía quedan años. Y es que, la previsión es licitar durante esta legislatura el proyecto de rehabilitación, mientras que la posterior licitación de las obras no llegaría en ningún caso “antes de 2027”, un intervención de gran envergadura que obligará, por tanto, a cerrar el teatro durante un tiempo indeterminado.
Otra cuestión no poco importante que sigue sobre la mesa es la cuestión del presupuesto. Cabe recordar que fue la propia diputada de Teatros la que hace unos meses señaló la necesidad de contar con una partida presupuestaria conjunta entre la Diputació y la Conselleria de Cultura para abordar la rehabilitación. Para ello se han ido manteniendo algunos encuentros en los últimos meses con la Generalitat, aunque sin llegar a aterrizar un compromiso en firme. El más reciente, tal y como desveló la diputada, ha sido muy reciente y ya con el nuevo director del IVC, Álvaro López-Jamar, y la nueva directora autonómica, Pilar Tébar, tras la salida de Vox del gobierno autonómico.