VALÈNCIA. Esta temporada, la programación del TEM está marcada por el 20 aniversario de la rehabilitación y apertura de su sede, un edificio centenario que ha sido sala de ensayos del Patronato Musical del Pueblo Nuevo del Mar, cine musical del Cabanyal-Canyamelar y, desde 2004, fecha del proyecto del arquitecto Eduardo de Miguel, teatro.
La efeméride se va a celebrar este próximo fin de semana, los días 21 y 22 de septiembre con un encuentro con el teatro, la danza, la música, la poesía escénica, la ilustración y el arte visual bajo el nombre #20alTEM. La variada y multidisciplinar programación se expandirá por todos los rincones del edificio, que destaca, entre otros hitos arquitectónicos, por constar de la puerta de acceso más alta de la ciudad.
La conmemoración arrancará el sábado por la mañana con un mercado de ilustración y música y la propuesta de Anna Albadalejo EsTEM A Temps. La creadora define esta pieza como un recorrido por el edificio “en el que inventar colectivamente futuros posibles para un teatro y un barrio, un viaje apto para soñadores y luchadores a pie de calle”.
A lo largo del día habrá barras en el vestíbulo para poder acompañar la celebración con bebida y también unos polos diseñados como esculturas efímeras y comestibles para conmemorar tanto el 20 aniversario de la restauración del edificio, como la incorporación de la puerta de 12 metros de altura, los TEMpolar.
“Nuestro patrimonio cultural debe cuidarse si queremos conservarlo, al igual que un helado debe mantenerse frío si no queremos que se derrita. De este paralelismo surge el concepto del TEMpolar. Con este nombre no solo hacemos un guiño al formato de este helado (un polo), sino que también pretendemos fomentar la cultura y polarizar en el sentido de concentrar la atención o el ánimo en algo”, desarrolla el director del Teatre El Musical, Juanma Artigot.
Al caer la noche, la música más festiva tomará el TEM. La oferta para bailar está integrada por la formación de son cubano y rumba fusión Son d’ací; el grupo de cumbia psicodélica y ritmos latinos Xixa Morà, y el delta blues y el slide guitar de Los del Johnny.
La maestra de ceremonias será Pam Demia, que se autodefine como “la travesti de cincuenta pies” y rematará la noche la electrónica tropical de Ana Peligro Dj.
El domingo por la tarde se han previsto dos espectáculos marcados por la devoción y la admiración. Versonautas oficiarán la misa escénica Recitare Religare. Este trabajo parte de un interés por la visión poética y el pensamiento del misticismo sufí.
“Desde la experimentación con la poesía escénica, nos atrae la idea del rezo, de la repetición de citas; una forma singular de monodia a camino entre la canción –sin llegar a tener melodía-, la palabra dicha o recitada y la meditación. Nos interesa la construcción dramatúrgica de una oración que es también un poema en sí mismo”, avanza la formación.
Al igual que en sus dos espectáculos anteriores, Astro Azul y Preludio a la lentitud, el dúo integrado por Roqui Albero y Ana Sanahuja seguirán utilizando las herramientas de la poesía escénica, la música, la performance y el teatro. Pero en esta ocasión, también investigarán la posible utilización de medios audiovisuales que resalten en determinadas ocasiones el texto escrito.
A través de la idea del rezo, proponen un entramado sonoro, vocal y poético de experimentación que se une al espacio estético, la escenografía y el vestuario.
“Sentimos la necesidad de seguir apelando al hecho de detenernos, de contemplar, de asombrarnos ante lo cotidiano y buscar las grietas en un mundo cuya velocidad nos impide entrar en lo más íntimo de la naturaleza; la casa que, con su luz simple y pura, nos habita. En esta ocasión queremos ahondar más en la idea del silencio interior, al que se refieren dichos misticismos”, completan Versonautas.
El uso de la luz en el Teatre el Musical alcanza, de entre la arquitectura valenciana, una de sus expresiones más poéticas, dramáticas y gloriosas. A partir de esta cualidad, Ricardo Ruíz, Sergi Palau y Fran Campos han desarrollado un evento ex profeso para la celebración de los 20 años del TEM, Sota la llum.
La iniciativa será un espectáculo de luz y música eléctricas, planteado como una sucesión de imágenes y ritmos que recorren la arquitectura del teatro con episodios de misterio, luces y sombras. Todo ello, capaz de mezclarse con todo y entre sí, en medio de un vestíbulo convertido en pista de baile. “Es entonces cuando la incidencia de la luz sobre el hormigón revelará la textura de madera que un día, mientras el edificio nacía, fue su piel”, concluye el trío de creadores.