Pere Fuset, concejal de Cultura Festiva, defiende en Fórum Europa la fiesta como "oportunidad" frente a los conflictos vecinales y el tira y afloja político
VALENCIA (VP/EP). Que se vea a las Fallas "más como una oportunidad y menos como un problema". Ese fue el mensaje de Pere Fuset, concejal de Cultura Festiva y presidente de Junta Central Fallera (JCF), que marcó su parlamento en el 'Fórum Europa. Tribuna Mediterránea’, en el que insto a los presentes a “ser capaces” de aprovechar las fiesta como un motor económico que dure todo el año. Oportunidad, sí, pero con muchos flecos por resolver. Entre ellos los conflictos vecinales y el tira y afloja político.
Durante su intervención, Fuset asumió que en las últimas décadas “cierta ‘gauche divine’” de la ciudad ha vivido de espaldas a las Fallas mientras la derecha del Partido Popular “repartía carnés de valencianidad” y excluía a muchas personas. “No necesitamos traer carreras de coches o ‘barquitos’ que se pueden hacer igual en Mónaco, que en Singapur o cualquier otro lugar”, dijo en referencia a las competiciones de Fórmula 1 y la Copa América de vela celebradas en Valencia. "Yo cuando voy a Holanda voy a buscar los tulipanes" y quienes vienen a Valencia han de "buscar paellas, chufas, huerta y fallas", declaró el concejal, un comentario que suscitó la risas entre los asistentes.
El presidente de JCF defendió así que las Fallas tienen mucho “potencial económico” y avanzó que la intención es que la Ciudad del Artista Fallero funcione como un “distrito cultural” todo el año, en el que se organizasen visitas a los talleres falleros, un plan firmado por todos los partidos políticos e impulsado por Ciudadanos (C's). Además, explicó que se está ultimando también el reconocimiento de “museo” a la sala de exposiciones fallera de Monteolivete para que así sea tratado. El objetivo último, explicó, es “desestacionalizar” el turismo relacionado con las Fallas para que éste se dé “todo el año”.
Pere Fuset apuntó también la necesidad de hablar de estas celebraciones, que ha definido como "el caos mejor organizado del mundo" para "el disfrute ciudadano", "desde el corazón" pero también "desde la cabeza". En este punto, reiteró su apuesta de concebir las Fallas no sólo como una fiesta sino como una "oportunidad" desde el punto de vista económico y social, teniendo en cuenta sus repercusiones en sectores como la indumentaria, la música, la alimentación, la hostelería, el alojamiento, el transporte, el comercio y el oficio de los artistas falleros.
El presidente de la JCF ha considerado que es "fundamental" trabajar para que "donde había ruido haya diálogo" y para que "frente a la confrontación haya cooperación y colaboración. En esta línea, se ha mostrado partidario de "eliminar la falsa dicotomía entre falleros y vecinos" porque "todos son vecinos" y ha insistido en el papel de las comisiones falleras como "motor de cohesión y de integración" como movimiento vecinal.
Durante su intervención, que ha presentado el alcalde Joan Ribó, Fuset se ha referido a la "pluralidad" de sociedad valenciana y ha indicado que ella está reflejada en las Fallas, a la vez que ha estimado que éste es un elemento que ayuda a la "cohesión" que se busca. Tras ello, ha hablado de estas fiestas como "motor de la identidad valenciana" y ha asegurado que "son de todos" porque "no tienen color". En ese sentido, ha instado a desvincularlas de "ideas políticas" porque son "patrimonio común de los valencianos".
Pere Fuset, que ha agregado que estas fiestas "no se entienden" sin el uso del valenciano y ha pedido que se use con "normalidad", ha destacado también el carácter "universal" de la fiesta y tras ello ha mencionado la candidatura como Patrimonio Universal de la Humanidad. Ha dicho que para defenderla "no se puede permitir ni una fractura" y pedido "buscar la excelencia".
Por otro lado, se ha referido a la gestión de las Fallas durante los últimos 24 años, coincidiendo con los gobiernos del PP que presidió la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, y ha lamentado que llevaron a esta fiesta a "entrar en un círculo peligroso, una inercia de sota, caballo y rey" con la que "cada año se repetía lo del pasado". Ha manifestado que había "miedo a innovar" a pesar de tratarse de una celebración "que se renueva año tras año con el fuego".
Pere Fuset ha defendido, en este punto, la "innovación" y la ha definido como "la mejor aliada de la tradición" porque "permite adaptarse a los tiempos", a la vez que ha apuntado que no avanzar lleva a la "extinción cuando el entorno cambia". Ha instado a ir adaptándose y a trabajar para recuperar los aspectos positivos de la fiesta -ha dicho que en 1990 el 93% de la sociedad valenciana veía aspectos positivos en ella y 25 años después se ha reducido al 53 por ciento-.
Por otra parte, ha valorado iniciativas adoptadas por su departamento para facilitar al mundo fallero "suficiente información sobre la gestión de la fiestas", con el fin de que supiera "cómo se ha gastado el presupuesto de la JCF o de la Delegación de Fiestas", "cómo funcionan las subvenciones" -ha rechazado que se contemplen como el medio para "comprar voluntades"- o por qué se toman decisiones como el tamaño de las carpas.
Respecto a las subvenciones a las comisiones falleras, Fuset, que se ha definido como un "fallero de base", ha defendido extenderlas más allá de los monumentos falleros y las luces para que lleguen a la música y la pirotecnia. Igualmente, ha hablado de la participación y ha apostado por extenderla a "todos los casales" para que "las voces de las agrupaciones sean reflejo fiel de las de los casales".
Entre las propuestas que ha apuntado están también la de fomentar la Ciudad del Artista Fallero desde el punto de vista económico, cultural y turístico y reivindicar la labor de los artistas como piezas importantes de la fiesta; la de dar al Museo Fallero la calificación de museo; la de redactar un Plan Estratégico de la Fiesta; la de promocionar las Fallas durante todo el año, "desestacionalizándolas" y atraer "turismo de calidad", y la de celebrar un Congreso Fallero esta legislatura.