VALÈNCIA.-Graduados por l’Escola d’Art i Superior de Disseny de Castelló, Silvia Casanova yc unieron sus trayectorias en el año 2005. En los proyectos gráficos desarrollados hasta el momento, la ilustración ocupa un espacio propio.
—Hace tres años tuve la oportunidad de entrevistaros. En ese momento afirmabais estar decepcionados con la actitud de las instituciones públicas frente al diseño. A día de hoy, ¿ha cambiado vuestra opinión?
—Ha cambiado, desde luego. En este tiempo, la disposición de las instituciones públicas, en general, ha mejorado. Existe una voluntad de contratar de forma justa y profesional. Iniciativas como las ‘llamadas a proyecto’ han ayudado positivamente, aunque su dinámica es mejorable. Pero se trata de un gran paso para aumentar la visibilidad de estudios que de otra forma lo hubieran tenido mucho más complicado.
—El mes pasado, colectivos como ADCV y CDICV celebraron una jornada en Les Corts. ¿Es una señal que refuerza el cambio de posicionamiento del estamento político en esta materia?
—Creemos que en estos momentos se da un compromiso y apoyo por parte de todos los grupos parlamentarios a una política de diseño con la finalidad de desarrollar estrategias que promuevan su uso y reconocimiento. Es un gesto esperanzador aunque es pronto para valorarlo y deberemos estar atentos a su posible materialización.
—En los últimos meses habéis resuelto encargos para distintas instituciones, como el Ayuntamiento de Castellón o l’Institut Valencià de Cultura. ¿Estáis satisfechos del proceso de trabajo? ¿Creéis que todavía falta dar algún paso para normalizar la relación entre diseñadores e instituciones?
—La comunicación suele ser fluida. En las instituciones te puedes encontrar diferentes perfiles para abordar un proyecto: técnicos, asesores, concejales, directores, etc. Es importante escuchar, aportar desde el principio, hacer valer tu experiencia como profesional para que el trabajo se desarrolle satisfactoriamente y cumpla con las expectativas. Un paso más sería, quizás, la creación de un área especializada en comunicación que funcionase como interlocutor para facilitar la relación con el diseñador o diseñadora.
—Vuestro estudio cuenta con más de diez años de trayectoria. ¿Cuál es el cambio más radical que habéis observado en este tiempo?
—Si comenzamos hablando de nuestra situación personal es necesario señalar que somos pareja laboral y sentimental, así que lo que más nos ha influido en estos años, el cambio que nos ha marcado, ha sido tener a nuestros hijos. Podemos decir que en el estudio empezamos siendo dos y ahora somos cuatro. Hemos evolucionado con ellos, madurado... No ha sido fácil sacar adelante el estudio por el tema de la conciliación, pero está siendo todo un reto. Es nuestro proyecto más bonito y esta situación, precisamente, es la que define también el carácter del estudio.
En cuanto al sector del diseño, evolucionar hacia la ilustración ha sido, quizás, nuestro cambio más destacado. Aunque el uso de la ilustración no era una novedad en nuestros proyectos, el buscar un enfoque más personal ha ido consolidando un estilo que pensamos que nos define muy bien.
—Habéis desarrollado proyectos de identidad corporativa, ilustración, diseño gráfico... ¿En qué área os sentís más cómodos?
—Evidentemente, en la ilustración. En los últimos tres años hemos explorado este campo con más decisión, pero sería incompleto decir que solo en la ilustración nos sentimos cómodos. El diseño gráfico es nuestra naturaleza, nuestra formación. Un proyecto completo para nosotros es el que aúna diversas disciplinas en las que podamos intervenir.
—Disponemos desde hace unos meses de una nueva televisión y radio públicas. ¿Estáis de acuerdo en que podría ser un altavoz perfecto para el sector del diseño en la Comunitat Valenciana?
—Todo lo que sea abrir espacios en torno al diseño para transmitir lo que ello conlleva (innovación, inversión, creatividad, bienestar, agregar valor, significado...) sería muy positivo. Ahora que existe un compromiso institucional para impulsar una política de diseño sería un excelente escaparate.
—A este respecto, ¿sigue habiendo un desconocimiento amplio por parte de la opinión pública hacia el trabajo y la labor de los diseñadores?
—Pensamos que esa tendencia va en disminución. Hay camino por hacer todavía, pero apreciamos un cambio de actitud y una sensibilidad más generalizada hacia los diseñadores y su trabajo.
—Desde vuestra perspectiva, ¿creéis que el sector está suficientemente interrelacionado en Castellón?
—No lo suficiente o lo deseable. No ha existido en Castellón una cultura del asociacionismo y en este sentido vemos que la labor de un colectivo profesional como La Exprimidora está siendo eficiente para crear vínculos, iniciativas que permitan la interrelación entre los profesionales de la provincia y así crear un clima propicio para fortalecer los intereses comunes.
—¿Y existe la suficiente relación entre los colectivos profesionales de las tres provincias?
—En el pasado prácticamente se puede afirmar que estaba muy centralizado. Con el surgimiento de asociaciones locales creemos que se abrirán nuevas vías de diálogo y colaboración entre los profesionales valencianos.
—A lo largo de estos casi quince años habéis colaborado con distintas empresas privadas, de sectores muy diversos. ¿Se ha producido un cambio en la percepción de vuestro trabajo? ¿Están las empresas más formadas a la hora de recibir y respaldar el trabajo de los diseñadores?
—Nuestra visión después de tantos años dedicados al diseño generalmente es de respeto. Te valoran y suelen confiar en tu experiencia. En la relación con las empresas nos hemos encontrado de todo. Algunas conocen muy bien el sector y otras te necesitan pero no saben exactamente dónde ubicarte. Es ahí donde todavía la labor educadora de los diseñadores se convierte en esencial para la toma de conciencia de las buenas prácticas en el diseño.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 49 de la revista Plaza