El portavoz de Anged -entidad que vela por los intereses de grandes firmas como Carrefour, MediaMarkt o El Corte Inglés- considera el movimiento de la formación "una reacción para contrarrestar las llamadas de atención de los sindicatos"
VALENCIA. Carlos Alfonso es el portavoz en la Comunitat de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) -entidad que vela por los intereses de firmas como Carrefour, MediaMarkt o El Corte Inglés-. Fue quien lidió con el Ayuntamiento de Valencia en su afán de acabar con la libertad horaria, proceso que, no obstante, acabaría en un pacto aplaudido por todo el comercio: un significativo recorte a la apertura en domingo que, sin embargo, mantiene la liberalización en el centro y en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El dirigente, no obstante, se enfrenta ahora a una nueva ofensiva de Compromís en el Congreso, donde la formación sigue maniobrando para restringir la apertura comercial de las grandes empresas y superficies.
-¿Fue dura la negociación con el Ayuntamiento hasta llegar al acuerdo de dos zonas de libertad horaria para el comercio?
-Yo no la calificaría ni de dura ni de tensa. Más que tensa fue intensa, porque los planteamientos de partida eran muy dispares y quizá también porque no nos conocíamos. Había unos apriorismos que superar, y creo que los sorteamos de una manera satisfactoria. Teníamos desde ambas partes voluntad real de diálogo y de negociación, yo así lo percibí desde el principio, y creo que eso facilitó bastante las cosas.
"con el corazón en la mano somos conscientes de que las grandes zonas verdaderamente turísticas son el centro y la ciudad de las artes"
-¿Era un farol entonces la propuesta inicial del Ayuntamiento que dejaba al gran comercio sin liberalización horaria?
-Era su propuesta programática, con la que fueron a las elecciones. Pero yo creo que ellos mismos se dieron cuenta de que no era una propuesta meditada, y que cuando se percataron de que podría tener una serie de consecuencias y comprobaron el posicionamiento de las asociaciones en ese sentido comprendieron que había que ir hacia un escenario distinto. Aquí jugaron un papel muy importante las asociaciones de consumidores, que fueron la parte neutral. Además, el escenario pactado finalmente, yo creo que verdaderamente es un escenario que en el fondo barajábamos todas las asociaciones del comercio. Si somos absolutamente sinceros, con el corazón en la mano, todos somos conscientes de que las grandes zonas verdaderamente turísticas de la ciudad de Valencia son el centro y la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
-Es curioso que un gran acuerdo que integra a todo el comercio motive a la vez el primer tirón de orejas importante de los sindicatos al alcalde...
-A mí también me sorprendió la protesta sindical, porque en el Consejo Local del Comercio estaban representados CCOO y UGT -este último sin voto- y simplemente se limitaron a decir que, aunque no estaban a favor, no iban a poner palos en la rueda si se trataba de un gran acuerdo del sector. De hecho CCOO se abstuvo, no votó en contra.
-Compromís, el partido con el que Anged acaba de sellar el pacto en Valencia, ha trasladado a Madrid su ataque a la apertura en domingo ¿Se sienten traicionados?
-No lo hemos vivido como una traición, sinceramente. Yo creo que lo que ellos intentan es hacer ver que -independientemente del acuerdo que se ha alcanzado aquí- en su programa político está evitar que las grandes superficies y establecimientos puedan abrir, porque entienden que son una competencia desleal con el el pequeño comercio -algo que yo, evidentemente, ni entiendo ni puedo compartir, pero que en su programa político se contempla así-. Yo creo que esto es una reacción precisamente para contrarrestar esas llamadas de atención por parte de los sindicatos tras haber dicho una cosa y haber hecho otra. Es una puesta en escena política.
-¿'Postureo'?
-Llámalo así si quieres
-¿Tiene opciones de salir adelante en el Congreso?
-Va a depender de si finalmente se consolida o no esta legislatura. No me atrevería a hacer una apuesta. Pero, honestamente, creo que no debería salir. Si apostamos por una nación turística, con turismo modero, por mantener nuestra posición privilegiada en el turismo internacional, ir en contra de lo que están haciendo los grandes países turísticos como EEUU, Francia, Italia... que tienen -sobre todo Italia y EEUU- una libertad horaria total, yo creo que sería ir en contra de nuestro propio planteamiento económico.
-Si lograran cambiar el escenario en Madrid ¿cree que el Ayuntamiento de Valencia seguiría respetando el acuerdo alcanzado en la ciudad?
-Quiero pensar que sí, pero no lo sé... Quiero pensar que sí porque ellos mismos han llegado al convencimiento de que la medida no es mala y del esfuerzo que hemos hecho las grandes superficies para reducir el impacto de la jornada laboral en festivo .
-¿Qué ha pasado en Alicante para que el alcalde pase de suprimir la liberalización a implantarla en toda la ciudad en sólo cuatro meses?
-Vaya por delante que Anged no ha estado en las conversaciones que se han mantenido con el Ayuntamiento al respecto, que han sido con las asociaciones empresariales de Alicante y con los centros comerciales. Dicho lo cual, a nosotros nos ha dejado perplejos la reacción. Para nosotros lo lógico habría sido lo que pasó en Valencia, debatir y buscar pros y contras, no cerrar y después abrir la reflexión. Eso es como quien inicia una discusión pegando un puñetazo. Podrían haber llegado a la misma decisión negociando con el sector, como se ha hecho aquí.
-Al margen de la actual coyuntura política ¿Qué futuro le augura al debate sobre la apertura en domingo a largo plazo?
-Mi opinión es que cuando le hablemos de esto a nuestros hijos o nietos, de aquí a quince años, les sonará a un tiempo antediluviano. Si ahora ya no existe ningún impedimento para acceder a la distribución en cualquier sitio y a cualquier hora a través de internet ¿qué sentido tiene que los establecimientos sí conserven las trabas? Por qué no pueden tener la misma libertad los establecimientos físicos. Además, cabe recordar -y esto es muy importante- que con el actual marco legal el pequeño comercio sí puede abrir cuando quiera, mientras que las grandes empresas de distribución sí están sometidas a restricciones.
-La crítica que les hacen es que las grandes superficies no venden más en domingo, que sólo es una estrategia para comerse al pez pequeño...
-Eso no es así. Las grandes superficies no abren como medida de desgaste de las pequeñas, primero porque no les interesa que desaparezca el pequeño comercio. Lo hemos dicho siempre y es evidente: somos complementarios, nos necesitamos unos a otros. Alrededor de las grandes superficies florecen las pequeñas.
-¿Qué cambios va a traer el auge de la venta online?
-Vaticinar es muy difícil, pero la realidad nos dice que todas las fórmulas son compatibles, que hay que apostar por la omnicanalidad, por estar presentes en todos los sitios en los que haya una oportunidad de negocio.
-¿No es, en última instancia, una amenaza para la tienda física?
-Puede serlo, pero el conjunto suma. El dinero que hay en la cartera del consumidor no está distribuido a priori, tiene un disponible para gastárselo en aquello que, en determinado momento, más le satisfaga. Si tiene más posibilidades en el campo de la distribución gastará más en distribución. Para ello hay que ofrecerle al cliente experiencias de compra.