VALÈNCIA. El Hospital General de València ha adjudicado el servicio de refuerzo de resonancias y Tomografía Axial Computerizada (TAC) a la compañía Exploraciones Radiológicas Especiales (Eresa), tal y como se preveía tras la propuesta de adjudicación. Así lo recogía este lunes la plataforma de contratación del Estado, donde se hacía pública la oferta que la empresa liderada por Lorena Saus realizó para continuar vinculada a las pruebas del departamento, ahora desde sus instalaciones.
Como ya publicó Valencia Plaza, Eresa y la UTE Hospital 9 d'octubre, centro gestionado por Grupo Vithas, se disputaban los dos lotes del concurso de imagen médica, licitado con la misión de asumir el exceso de lista de espera tras la internalización del servicio. La compañía prestaba desde 1989 el servicio de resonancias y TAC en el mismo hospital, situación que se mantuvo hasta la salida de sus máquinas el pasado año.
El número de resonancias estimado a contratar es de más de 15.000 pruebas mientras que las marcadas para TAC está por encima de las 8.000. El contrato tenía una fecha prevista de inicio en el 1 de junio de 2019 con finalización en mayo de 2020, pero al no casar está previsto un reajuste de las anualidades. La duración del actual contrato es de un año, con una posible prórroga de dos años más. Según recoge el concurso, en ambos lotes el 81% del precio base sería para costes directos -teniendo en cuenta el convenio colectivo de la sanidad privada-, un 12% de costes indirectos y un 7% de beneficio industrial.
En el lote resonancias magnéticas, Eresa obtuvo la mejor puntuación en el importe de la oferta -1,3 millones de euros-, en los locales e instalaciones y en las características de los equipos. En el caso de la UTE Hospital 9 d'octubre, la oferta fue de 1,4 millones y tuvo una puntuación menor en los tres criterios evaluables. Mientras, en el lote de TAC, la oferta del grupo Vithas quedó descartada del lote al presupuestar la prueba de TC simple por encima del precio unitario establecido en los pliegos.
El concurso se convoca para disponer bajo contrato de la posibilidad de derivar pruebas de pacientes a otro centro, si ello fuese necesario. El concurso es una herramienta legal, con un tope de gasto y número pruebas regulado, para en el caso de tener un elevado número de pruebas, garantizar que no haya demoras para los pacientes.
Como publicó Valencia Plaza, el Hospital General de València ahorrará 2,66 millones de euros al año con la internalización del servicio de TAC y resonancia magnética, según recoge un estudio de rentabilidad económica sobre la actividad de radiodiagnóstico en el consorcio, que compara los datos de actividad de septiembre de 2019 con el coste del servicio externalizado que Eresa prestaba hasta este verano. El informe, firmado por el anterior gerente del departamento, Enrique Ortega, fue presentado a finales de septiembre en el consejo de Gobierno en el que se aprobó su cese por jubilación.
Según recoge el documento, donde se analiza el coste del servicio asumido por la gestión pública, el hospital pagaba por cada TAC 143 euros. A este importe, la dirección del Hospital General le ha conseguido restar 73 euros, dejando el coste en 69. Esto supondría, en base a los cálculos realizados un ahorro de 1,64 millones euros anuales en este tipo de pruebas mientras que el margen mensual sería de 137.067,75 euros.
En el caso de las resonancias magnéticas, el coste unitario externo era de 128 euros por exploración, mientras que el nuevo coste calculado por la realización de la actividad en el consorcio es de 92 euros. Esto supone un ahorro de 36 euros por prueba. En este caso, el margen total para la realización de la actividad, para el mismo nivel de exploraciones realizadas a nivel contratado, asciende a 1,01 millón de euros de ahorro anual, que en un plazo mensual supondría 84.187,35 euros.
Mientras, desde la Generalitat continúan sin internalizar el servicio en el resto de departamentos públicos tras 11 meses fuera del concurso y una licitación de refuerzo adjudicada. Por otro lado, también se encuentran en los tribunales los litigios iniciados por los trabajadores de la compañía, que quedaron en el limbo laboral al no ser subrogados por el centro público ni despedidos por Eresa.