EL CABECICUBO DE SERIES, DOCUS Y TV 

Fabulaciones sobre el programa espacial de la Yugoslavia de Tito

Houston, imamo problem! es un falso documental que inyecta una buena dosis de yugonostalgia

16/09/2017 - 

VALÈNCIA. Los memes sobre la arquitectura de la Yugoslavia comunista son protagonistas de Internet como el meme de Batman dándole un bofetón a Robin o el de Julio Iglesias con la coletilla del "Y lo sabes", entre varios bebés y gatos de todo tipo, incluido un felino francotirador.

Desde el inicio de los módems, han circulado las fotos de los spomeniks, los monumentos de las batallas que libraron los partisanos contra los nazis. Eran diseños arquitectónicos avant-garde que a día de hoy parecen vestigios de una civilización alienígena extinguida. A la gente le fascinan.

Lo mismo que ocurre con la Puerta Oeste de Belgrado cada vez que uno pasa debajo camino de ida o de vuelta del aeropuerto tiene la sensación de que penetra o sale de una colonia espacial, o de un escenario del antiguo futuro sacado de un cómic o una película de ciencia ficción. Por no mencionar Skopje, la capital macedonia, donde tras el terremoto `de 1963 la ciudad fue reconstruida de la forma más vanguardista posible en aquel momento por un equipo de arquitectos japoneses y hoy parece una estación lunar.

En el caso del documental que trataremos hoy, la fascinación comienza en la base aérea de Zeljava, un aeropuerto subterráneo yugoslavo situado entre Croacia y Bosnia. Una de las construcciones militares más caras y mastodónticas de Europa. Podía resistir el lanzamiento de una bomba atómica de 20 kilotones como la empleada en Nagasaki. Ese ha sido el punto elegido para echar a volar la imaginación con Houston, imamo problem! (Houston, tenemos un problema) del esloveno Ziga Virc.


En esencia, es falso documental sobre el programa espacial yugoslavo que sirve de alegoría para esgrimir ciertas hipótesis sobre la desintegración de la Federación yugoslava al término de la Guerra Fría. Pero hay más.

En Eslovenia, la revista Mladina es legendaria. Se trata de un semanario satírico que se involucró en las guerras de desintegración del país cuando publicó los planes del Ejército Federal para invadir Eslovenia si se independizase, lo cual inició una serie de juicios militares a sus redactores. Hace un par de años, el magazine destacaba una reflexión sobre Yugoslavia en su reseña de este documental que resume la andadura de aquel país entre 1945 y 1995.

"¿Por qué tuvo éxito Yugoslavia? Porque pidió prestado ¿Por qué fracasó Yugoslavia? Porque pidió prestado"

A partir de esta premisa, que es un hecho constatado, la fácil recepción de créditos por parte de Yugoslavia y las dificultades para devolverlos en los 80, se genera una ficción sobre esa deuda. La que al fin y al cabo hizo implosionar el país. Todo el contenido es ilusorio, aunque sí es cierto que parte de pequeños asideros que fueron verdad.

Herman Potocnik, esloveno también, fue uno de los pioneros de la carrera espacial. En 1928, un año antes de morir en Viena de una neumonía, en la más absoluta pobreza, publicó el libro El problema de los viajes espaciales. Ahí analizaba sistemas de comunicaciones y pergeñó una estación espacial circular que sirvió de inspiración para la de Stanley Kubrick en 2001. Su obra se supone que de algún modo influenció a los ingenieros diseñadores de cohetes tanto alemanes como rusos, pues se tradujo a esta lengua en 1935.

En su documental, Virc sobredimensiona su papel e imagina que la inteligencia yugoslava, al término de la II Guerra Mundial, encontró sus planos y estudios secretos y los puso a disposición de Tito. El mariscal, consciente del valor de esos legajos, se los entregó a sus técnicos y Yugoslavia inició así su carrera espacial.

No obstante, el país necesitaba una línea de crédito para salir del subdesarrollo y la devastación tras la guerra, de modo que al final a Tito no le quedó más remedio que venderle su programa espacial a los americanos. De esta manera Kennedy pudo anunciar a los estadounidenses el inicio de su plan para llegar a la Luna.

En el delirio de este chaval, nacido en 1987, se cuenta que los artilugios diseñados por los técnicos yugoslavos no funcionaron. Eso enfadó a los americanos que exigieron la devolución del dinero que habían pagado por ellos, gracias al cual Yugoslavia alcanzó su desarrollo tan elevado dentro del campo comunista. Sin embargo, los balcánicos se negaron a aforar las pelas y eso les condenó. Los americanos amenazaron a Tito y, por medio de la CIA, se vengaron destruyendo su país mediante intrigas políticas.

El mito de que los yugoslavos le colocaron a los americanos la tecnología para llegar al espacio apareció en todas las páginas de internet vinculadas a Balcanes después de que Virc la expusiera en un YouTube. El trailer arrasó y así logró la financiación para acabar este documental, que consiguió proyectar en Tribeca y de ahí a HBO. Olé él, porque no hay más tu tía, que diría el fundador de Alianza Popular. Solo un chiste, bastante simpático si uno conoce el humor local, cuando dice que en la primera aeronave que los yugoslavos lanzaron metieron dentro un cerdo.

La aludida revista Mladina sentenciaba que el documental forma parte de esa tendencia a sobrevalorar el poderío económico y social de Yugoslavia, la conocida yugonostalgia, y a considerar que Tito era un mesías, salvador de la humanidad, incomprendido por la Historia. Los propios eslovenos se lo tomaron a mofa, que es como hay que recibir esta propuesta, con humor. Aunque no faltan comentarios, por ejemplo en imdb, de usuarios balcánicos que se preguntan que pasaría si se hiciese humor con la miseria y colapso de otro país, Palestina, por ejemplo, si se recibiría con tanta risa irónica de hipster el resultado.

Los que sí que se lo tomaron en serio fueron los muy circunspectos periodistas de Radio Liberty que incluso preguntaron a militares por los secretos que oculta el aeropuerto subterráneo de Zeljava. El ex teniente de aviación del JNA Ivan Prsa les explicó que la base era de alto secreto, obviamente, porque desde ella se defendía todo el espacio aéreo yugoslavo, pero que no llegó a albergar planes de conquista lunar.

Lo bonito de Houston, imamo problem! volviendo al principio, es el valor y el tremendo poder de sugestión que tiene la arquitectura de aquel periodo y aquel lugar, ya fuese civil o militar, sobre nosotros. Pone de manifiesto que es una verdadera pena que sus ejemplos estén en muchos casos abandonados y en ruinas y que deberían tener un programa de conservación con fondos europeos, dineros siempre tan atentos a borrar todo vestigio del régimen anterior y connivencia con los líderes actuales. Por ahora, solo nos podemos contentar con que cualquiera que observe la misteriosa entrada de Zeljava se convierte, por momentos, en un pequeño Lovecraft.

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