TERCERA GENERACIÓN

Falormir Juegos consolida sus 70 años como juguetera

La juguetera valenciana renovó su enfoque en 2009, con una mejora decidida de todos los elementos del juego y una línea mayor en el catálogo para el público joven-adulto

1/12/2015 - 

VALENCIA. Fernando y Sandro Falomir comandan la tercera generación de jugueteros de la empresa valenciana Falomir. Junto a la multinacional Hasbro y Smooy conforman el tridente del sector más potente en la provincia de Valencia, aunque en el caso de Falomir con siete décadas de historia y un modelo que ha sido clave para que la crisis de consumo establecida en su principal mercado de consumo, España, pasara de largo.

La fórmula milagrosa se basaba en continuar con su estrategia de importar juegos de todo el mundo, de un lado, y mantener buena parte de la actividad empresarial externalizada. "Cuando la empresa disparó su volumen de ventas, entre 1985 y 1990, la anterior generación se planteó incluir la producción de inyección de plástico e impresión de cartones, pero optó por mantener servicios externalizados. En gran medida, porque consideraban que en el entorno de la provincia había buenos profesionales de los diferentes oficios que podían hacerse cargo de estos cometidos", apunta Fernando a Valencia Plaza.

Así, áreas como las de diseño han estado en gran medida en manos de diferentes proveedores de servicios, mientras la empresa seguía con la comercialización de un catálogo de juegos que en 2015 incluye 104 referencias. El gran envite de los últimos años, desde los 90 especialmente, fue el de soportar "la apertura de los países latinoamericanos a los mercados asiáticos. Aun así, en este momento estamos reintegrándonos en la exportación a países como México, Chile y Venezuela, donde cuesta entrar pero son muy fieles". 

España sigue siendo el principal mercado para esta empresa, "incluida Portugal que para nosotros funciona en términos estadísticos casi como una provincia más". Lo que inició José Luis Falomir en la primera generación y continuó José Miguel, padre de Sandro y Fernando, ha derivado en una empresa que incluye a 25 personas bajo este modelo, un número de trabajadores que puede parecer bajo dada la cantidad en decenas de miles de producto que se distribuye durante estas semanas por todo el país.

El modelo de Falomir Juegos tiene la ventaja de ser "menos estacional que el de buena parte de la competencia. En nuestro caso, las Navidades ocupan en torno al 50% y el resto del año la otra mitad. Es algo íntimamente ligado al precio, que oscile habitualmente entre los 10 y los 20 euros por producto". Aun así, sí notan la tendencia de "la compra de última hora; al final el sector se la juega casi en una semana que, cada vez más, está ligada al final de año", asegura Fernando. 

La empresa, que se inició con la fabricación artesanal de fuertes de indios y vaqueros, cajas de carpintero, camiones de madera y hasta escobas, tiene una fuerte base de su negocio en juegos tradicionales. Eso sí, durante los últimos años ha notado "la necesidad de mejorar todos los procesos del producto. Hemos mejorado fichas, cartonajes, impresiones y diseño. En ese sentido, la inquietud ha nacido desde dentro porque era necesario competir a futuro con una idea de negocio en la que la inversión en todos los elementos del juego es clave para mantenerse con presencia en el lineal". 

Desde 1945 hasta 1984 la empresa ocupaba varios bajos en el barrio de Torrefiel en Valencia y fue en 1985 cuando decidieron mudarse a una fábrica de 1.200 metros cuadrados, en el antiguo Camino de Moncada. En ese año, en la empresa trabajaban siete personas. Pero, la demanda de sus productos iba en aumento y se vieron obligados a desplazar sus instalaciones a L’ Eliana, donde tienen su sede actual desde 1989. Su nivel de facturación ronda los tres millones de euros, con 550.000 unidades vendidas en 2014 en una cifra que ya es paritaria al nivel de comercialziación del presente curso.

No obstante, buena parte de su éxito llega de la red de comercialización que se deriva de las jugueteras tradicionales, donde venden el 50% de su producto. Hipermercados, con el 15%, y grandes cuentas, con el 35%, ocupan el resto. Desde la llegada de la tercera generación, la empresa ha apostado por renovar sus juegos clásicos y aumentar su catálogo, firmando acuerdos con empresas internacionales para el lanzamiento de novedades y de aquellos juegos que son éxito en otros países. “Con este proyecto, puesto en marcha a principios de 2009, queremos acercar a nuestros clientes los juegos más famosos a nivel mundial".

Fernando insiste en el cambio de paradigma durante los últimos años: "el cliente ahora es más exigente porque puede mostrar su opinión. La mala y la buena, así que si algo le gusta lo dice públicamente. Desde dentro, pensamos: renovarse o morir, y así mejoramos el juego para acudir a cualquiera de los ámbitos de exposición internacionales con nuestros juegos". Los principales, el sistema de showrooms de Hong Kong al que acudirán en breve o la Feria Internacional del Juguete en Nuremberg. El catálogo, que suele renovar más de 10 de sus juegos y rediseñar una cifra similar, han encontrado un nuevo filón durante esta última década en los juegos de "joven-adulto. Ahora la gente en España está recuperando la idea de sentarse con los amigos y echar una partida. Nosotros hemos creado una línea específica de juegos, bajo la colección Best Seller, que poco a poco vamos comprobando que tiene una mayor audiencia.

De Fort Buffalo a las dianas, diávolos y otros juguetes clásicos, "que ahora pertenecen más a los artículos deportivos y que dejamos de fabricar hace décadas", hasta las últimas novedades, anunciadas en televisión y muy en la línea del nuevo modelo de la juguetera que acaba de cumplir 70 años. 

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