VALÈNCIA. Sigue la incertidumbre sobre el futuro de Ford Almussafes. Este miércoles se celebraba un cónclave entre la dirección mundial y europea de Ford y los sindicatos europeos, que ha culminado sin un anuncio concreto. Un silencio que no se esperaba dada la trascendencia que había cobrado la cita para poder dilucidar el porvenir de una factoría valenciana necesitada de mayor carga de trabajo a la vista del retraso en su electrificación.
No obstante, desde UGT, sindicato mayoritario en la planta, destacan que la reunión ha sido "constructiva" y apunta "en líneas positivas", pero sin concretar más detalles ni desvelar si finalmente llegará más actividad, como había solicitado la organización en reiteradas ocasiones. Eso sí, avanzan que este jueves habrá un comunicado oficial del comité de empresa europeo en el que se concretará más información sobre el encuentro y los planes de la multinacional.
No obstante, esta indefinición acrecienta aún más la preocupación en la fábrica valenciana que confiaba en que este miércoles llegaría el ansiado balón de oxígeno para la factoría con el anuncio de un nuevo modelo. De hecho, UGT había expresado que la paciencia "se había agotado" y "había llegado el momento de tomar decisiones" y remarcaban que no contemplaban otra opción que no fuera la llegada de inversiones. Sin embargo, la falta de noticias hace presagiar que no habrá nueva carga por lo menos en el corto plazo.
La reunión ha tenido lugar en Dunton (Inglaterra), donde Ford tiene una planta de motores y un centro de investigación. En ella han participado el presidente de Ford, Jim Farley; el director de Operaciones, Kumar Galhotra, y representantes de la dirección europea, mientras que por la parte sindical ha estado el presidente del Comité de empresa europeo y su vicepresidente; y el presidente del comité de Empresa de Almussafes, Carlos Faubel.
Un encuentro que se ha prolongado durante cerca de cuatro y en el que la compañía ha comentado su nueva estrategia, después de que hace meses reconociera que estaba reconsiderando sus planes en Europa tras las malas ventas de los coches eléctricos en el mercado. Una decisión que suponía frenar la electrificación de Almussafes, es decir, la llegada de los nuevos modelos eléctricos que la fábrica iba a producir tras adjudicárselos después de una dura batalla interna contra la planta alemana de Saarlouis. Sin embargo, a la vista de esta situación, cierto es que la multinacional admitía estar buscando "alternativas" para la factoría valenciana.
Por ello, tanto para los sindicatos como para el sector, la solución a esa demora pasaba por la llegada de modelos híbridos, una posibilidad que cogía fuerzas y que se convertía para muchos en una salvación temporal mientras la firma del óvalo reconsideraba su hoja de ruta. Y más teniendo en cuenta que el próximo 17 de abril, Almussafes dejará de fabricar la furgoneta Transit, dejando solo la producción de un único modelo: el Kuga. Solo en los últimos dos años ha perdido tres modelos: el Mondeo, S-MAX y Galaxy.
Por tanto, se necesita nueva carga de trabajo para mantener no solo a la plantilla, sino garantizar su supervivencia y la de la industria auxiliar valenciana, dado que muchas empresas siguen dependiendo de Ford. En estos momentos hay en marcha un ERTE, que finalizará el 19 de abril, dos días después de perder la furgoneta. Un ajuste que se ha tenido que ampliar en nueves días para cubrir la falta de suministro de proveedores y la fase del lanzamiento del Kuga híbrido, que no estará todavía en su etapa final. Afectará a una media de 640 personas al día, con un tope de 700.
Pero, además, en los últimos años la factoría ha perdido miles de empleos por procesos de despido, que han dejado la plantilla en unos 4.800 trabajadores, mínimo histórico en una fábrica que llegó a albergar a 9.000 personas. A ello se suma paros de producción y ERTE consecutivos desde que comenzara la pandemia en 2020.
Será, por tanto, este jueves cuando se conozca si finalmente se prolonga la agonía de la factoría o llega el tan esperado respiro.