Beber

LA FELICIDAD CON RAÚL PÉREZ

Bebiendo con bercianos marcianos

Hoy es viernes de hablar de un berciano medio marciano en el aniversario de sea Tintorería de la que nos sentimos hermanos. Con viticultor de culto por cultura heredada y muy bien revolucionada.

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

 

Hablamos de Raúl Pérez, enólogo conocido en todos los confines del mundo mundial empezando por su Valtuille de Abajo que le vio nacer. De familia vinosa, desde jovencillo aprendió de qué iba la cosa. Y que había que intentar hacerla hermosa. Con mucho trabajo, que entre cambios de sensaciones y los del tiempo nada era fácil. Ir adaptándose a cada situación y territorio. Hasta dar en el clavo. Colaborando con unos, con otros y con los tintoreros que, tras su paso por Lavinia se dieron cuenta de que debían ir de su mano. Y nosotros tan felices de poder disfrutarlos comenzando con La del Vivo 2020. Doña Blanca que fue aprendiendo a hacerse grandecita. Fermentado y criado en fudres como muchos de los que vendrán. Con su madera presioza, porque es textura y plenitud. Con actitud decidida que es cambiante, pero que no suelta el volante y sabe que lo que le espera delante es una de pulpo.

El Rapolao 2021 es lo similar y tan diferente. Esa godello a la que le alcanza el relente para hacerlo imponente. Un chavalín indolente con don de gentes. Canela en rama y sus especias espaciales que nos parecen geniales. De espaldas, pero mirando al noroeste, es belleza caliente que nos abraza efusivamente con un poco de cecina.

Desde el oeste y cueste lo que cueste llega el Sketch 2023. De los de antes, aunque haya cambiado el clima en cada temporada. Porque es albariño que desborda cariño después de su paso por barricas grandotas y algo menos. De las que sale maravilla al borde de truncarse. Pero resurge a lo loco y locamente con un bogavante.

De pequeño ídem sale el Pazo da Sinsela 2022 en comparativa con el Pazo da Sinsela San Clemente 2022. De plantas jovencitas es filo afilado con hondura. La cura de cualquier mal, así, tal cual. Con su acidez que lo volverá aún más perfecto con unos mejillones al natural. Damos un pasito adelante con el santo más clemente y nos vamos a otra parcela que es juguete de jugar, mezclar y comparar. Un no parar de ser interesante sin par. Intensidad de chulita con su perfumillo de vainilla que no oculta que sigue siendo niña. Con una inocencia perdida que, aun así, se pierde con una merluza y su ajada.

El Pan y Carne 2028 es trousseau completamente. Variedad alcohólica que suele ser mezclada para ser domada. Pero no es el caso y nos parece rebién, porque es cremosito y con sus hierbas flotantes campando tan campantes. De esos tintos que ya sólo por lo liviano son relevantes. Porque alivian cualquier desdicha y son la dicha con un lacón con grelos.


Barbaridades muy bárbaras

El Rapolao 2018 es de lo mejorcito a pesar de no tener pretensión ninguna. Uva entera, arcilla y hierro que es equilibrio. Mencía con alicante bouschet y algo de algunas otras. Bárbara barbaridad de viñedos muy centenarios. Los necesarios para hacer este diamante que no tiene precio y que es todavía más apreciado al lado de unos pimientos asados.

El Viariz 2021 toca el mismo cielo desde cotas altísimas. En cinco vendimias, casi nada, mi niña. Oscilando entre su aquel de raspón, que aporta emoción, y una finura que es un filón. Con su dispar producción aporta agitación de corazón cuando podemos tomarlo despacito con un botillo de León.

Vamos con otros dos juntitos La Muria 2021 y La Muria 2022. De pizarrismos bizarros y miles de metros de longitud. El primero bajito de grado y acariciándonos, para nuestro agrado con sus taninos chiquitos. El segundo con más redondeces frutales y de un gusto para todos, con sus perfiles de ponerse de frente. Y los enfrentamos con unas chuletitas de cordero compartidas con ambos.

El Ultreia 2021 es consecuencia de los vívidos años 90 y toda su potencia. Como contraste a todo aquello a través de sus bayitas livianas y masticables. Lo adorable que es único sin saberlo ni mostrarlo, porque no le hace falta. Raspix con velos. Arenas profundas y maceraciones que no se cortan un pelo. Y lo bebemos con un queso de la tierra a pelo.

El Cerro de Valdecañada 2021 es el pueblo de aquellos veranos de darle al drinking  y ver cosas extraterrestres. Con cero dramas, porque es de ser feliz a pesar de cometer algún desliz. Y que viva el gluluteo dejándonos de mareos. Que es de los de acabar la botella en un plisplás y ahora, quizás, con aquellas truchas del lago.

Finalizamos pecando con El Pecado 2021. Mezcoplanza que tiene como protagonista a una mencía que es belleza y simpatía. Felicidad como remate en modo disparate para una que lo mismo. Con bipolaridad polar para danzar y bailar sin parar. Por la calle o en cualquier bar, pero siempre con un cocido maragato.

Así terminamos y recordamos a otros cuantos sin etiqueta con los que también nos deleitamos mogollón. Como la pinot noir de las Rías Baixas o dos riojas entre la tempranillo y la graciano. Ideal para decir un hasta pronto, hermano.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo

Mortales como ángeles terrenales
Discreción