El Mercado de Rojas Clemente está luciendo cada vez más su mejor cara. Si hace unas semanas anunciábamos en esta misma cabecera el desembarco de la gastronomía palestina en Marhaba con Ibrahim Omar y Paula Navarro, -de La Casa de Rojas-, a la cabeza; en esta ocasión toca darle la bienvenida a Roberto Valentino, María Riganello, Rosangela Sinato y Ricardo Vilardi, cuatro amigos que han decidido convertir su pasión en su profesión, aunar conocimientos y crear la mejor de las sinergias.
Es así como hace apenas una semana se inauguró de manera oficial In Natu, un espacio que se aleja de la tienda gourmet tradicional, para ofrecernos un viaje culinario por el Mediterráneo donde cada producto cuenta su historia y late con vida propia.
Quesos, embutidos, vinos, gildas, dulces, panettone, conservas, aceites, refrescos, mermeladas, pastas, vermut y todo aquello que te puedas imaginar para ornamentar un delicioso aperitivo, una pausa a mediodía o un picoteo al anochecer, tienen cabida aquí.
Y es que como bien dicen sus fundadores: “Damos la posibilidad de vivir este puesto como si fuera una casa mediterránea, donde todo el mundo pueda entrar y disfrutarla. Desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche… en In Natu no vendemos productos, acompañamos momentos”. Dicho y hecho.

- -
El origen de In Natu
El proyecto comenzó a cobrar fuerza el pasado mes de diciembre cuando los puestos que en la actualidad conforman la parada, salieron a subasta en el Mercado de Rojas Clemente. En un primer momento fueron Roberto Valentino y María Riganello, los que se hicieron con la concesión.
Para aquellas personas que no jueguen de nuevas en esto de la gastronomía valenciana, es más que probable que las caras de Roberto y María les resulten familiares, pues se podría decir que ya son auténticos veteranos de la ciudad. Primero llegaron con Sofartcafé a las inmediaciones del Mercado Central, para posteriormente desembarcar en el barrio de Ruzafa con el wine bar la Piccola Enoteca Gastronómica que tantas alegrías nos dio durante el tiempo que estuvieron con la persiana levantada.
Tras despedirse de ambos locales, In Natu representa la próxima página en blanco de este libro que todavía lo tiene todo por contar. Con la subasta del puesto debajo del brazo, fue hace seis meses cuando a Roberto y María, se unieron Rosangela Sinato y Ricardo Vilardi con el firme propósito de unir conocimientos y hacer realidad el espacio de sus sueños. Los primeros, con una amplia trayectoria en la hostelería y en el mundo del vino, pueden presumir de un trato habitual con la clientela y un contacto continuo con productores y proveedores; mientras que los segundos destacan por su amplia experiencia en marketing, ecommerce, diseño y desarrollo web. El cuarteto idóneo para poner en marcha este concepto llamado In Natu que en la actualidad tiene formato físico en el Mercado de Rojas Clemente, pero que antes de que acabe el año también tendrá su propia estructura digital con la distribución online de sus productos.
"Detrás de muchos años en el mundo de la hostelería, nos dimos cuenta de que realmente nos faltaba un rincón donde la gente pudiera disfrutar no solo del producto de calidad sino de toda la experiencia que se puede generar en torno a él y de todos los proyectos, tradiciones e historias que se esconden tras él. Rosa y Ricardo han conseguido aportar esa parte que a nosotros nos faltaba para poder llegar a toda esa gente que nos gustaría que conociese la iniciativa”, reconoce Roberto Valentino a Guía Hedonista, uno de los socios fundadores.
“In Natu nació de una idea compartida y de las ganas de recuperar lo esencial. Venimos de caminos distintos pero todos coincidimos en una misma búsqueda: volver a disfrutar de los productos auténticos, de las historias que los acompañan y del tiempo que merece cada experiencia”, añade.
Tal y como su propio nombre indica, una vez entremos en el mundo de In Natu volveremos a los orígenes, a saborear lo tradicional y la auténtica calidad que automáticamente nos devuelve a lo esencial, a aquello que llevamos dentro y que nos traslada a épocas pasadas que en esta ocasión, sí fueron mejores. Nada como cambiar nuestra forma de consumo y la manera de entender la medición del tiempo, para recordar a través del sabor y de la emoción quiénes somos y de dónde venimos.


Un mismo puesto: dos espacios diferenciados
Se podría decir que In Natu tiene dos partes o paradas claramente diferenciadas que en su conjunto forman solo una. La primera, la parte principal del mostrador con la que nos encontramos nada más entrar en el mercado con una selección de diferentes productos, -algunos de ellos colocados en los estantes de obra en forma de escalera-, y un área de charcutería donde puedes comprar cualquier tipo de quesos y embutidos al momento. Y la otra mitad, enfocada más al formato tienda que está diseñada como si de una casa de estilo mediterráneo se tratase donde cualquier persona puede entrar, charlar y bucear entre el sinfín de productos que acontecen en la tienda.
Empezando por la primera, nos acompañan vinos como los de Tentenublo de la Rioja Alavesa, de Rubus en Rubielos de Mora o de la región vinícola de Cirò; mientras que el vermut es de la marca Agustina o de Alvear. Las pastas de Filotea o los aceites de Elizondo, entre otros.
Si nos detenemos en la zona de charcutería, auténticas joyas de la gastronomía de España e Italia nos dan la bienvenida, sumándose Francia al partido dentro de la oferta de deliciosos quesos. ¿Algunos ejemplos? El embutido típico de Calabria conocido como ‘nduja, la coppa italiana que comienza a hacer acto de presencia en los restaurantes de Valencia o la secallona que se traduce en el embutido más tradicional de Cataluña muy similar al fuet. Para los ibéricos han confiado en Señorío de Montanera, desde Extremadura casi al límite con Portugal.

Los quesos, -que pueden contarse unas 25 variedades-, podemos encontrar opciones como el Alpeggio que se produce con leche de las vacas que están en trashumancia en altas latitudes durante el verano en los Alpes o queso azul de la región del Piamonte.
"Yo tengo que enamorarme de un producto para que esté en esta parada, cuando conozco la historia, la calidad, el proyecto y la familia que está detrás adquiere un mayor valor, más allá del precio. Por ejemplo si hoy pedimos la gildas, mañana se preparan en Granada y al día siguiente las tenemos en la parada. Es un producto totalmente fresco todo lo que se puede encontrar aquí”, reconoce Roberto Valentino a Guía Hedonista.
“El proceso a la hora de encontrar todos estos productos es muy emocionante, muchos ya vienen de mi experiencia previa y el resto es una búsqueda personal. Me encanta viajar, participar en ferias, escuchar, hablar con la gente local… y así encontrar esas pequeñas joyas gastronómicas que hoy habitan en el puesto. Buscamos autenticidad: personas que creen en lo que hacen y que mantienen viva la tradición sin renunciar a la calidad. Nos gusta conocerlos, visitar sus proyectos cuando es posible y entender su manera de trabajar”, añade.
Si continuamos por la parte de la tienda, veremos más propuestas de vinos hasta alcanzar las 30 tipologías diferentes, a las que hay que añadir otras opciones como conservas, los panettone, dulces, refrescos, entre otros, que suman alrededor de 70 productos en total.
Si eres de los indecisos y quieres dejarte recomendar o te apetece hacer un regalo especial, tienen a disposición de toda su clientela cajas ya preparadas o bien puedes realizar la tuya propia con los productos que elijas. ¡100% personalizado!
"En el fondo, In Natu es una invitación a saborear la vida tal como viene: con calma, con gusto y con autenticidad. Organizamos todo por momentos, no por categorías, porque creemos que lo importante no es qué compras, sino cuándo y cómo lo disfrutas.Queremos que quien venga se sienta tranquilo, sin presión, como si charlara con un amigo que siempre acierta con lo que recomienda”, reconocen desde el equipo.

- -
In Natu en casa y todo lo que está por llegar
En tan solo una semana de recorrido, la acogida no podía haber sido mejor. Tanto vecindario como visitantes, se acercan a la parada para charlar y llevarse algún bocado para disfrutar más tarde ya de vuelta en casa.
En palabras del propio Roberto Valentino: “El mercado tiene una energía viva, es el lugar donde pasan cosas de verdad: la conversación, la prueba, la mirada cómplice del cliente que se lleva algo y vuelve. Aquí hay cercanía, ritmo, humanidad. Yo vivo al lado, antes de crear este puesto para mí este mercado ya era casa. Mucho antes de la apertura, ya nos habían acogido con los brazos abiertos, nos han acompañado y apoyado en todo en todo el proceso. Nuestra idea con este proyecto era anticiparnos a lo que considero que será el mercado en la Valencia del mañana”.


- -
Por el momento, In Natu solo vive en el Mercado de Rojas Clemente, pero muy pronto también habitará en el mundo digital con sus redes y página web desde donde se podrán pedir todos sus productos a domicilio. Esta será la segunda fase que previsiblemente se pondrá en marcha antes de que acabe el año.
Pero no nos olvidemos de su propósito original y sigamos visitando el puesto. En los próximos meses, nos esperan pequeñas catas, talleres sensoriales y muchas selecciones de temporada que están deseando salir a jugar.
“Queremos seguir creciendo, pero sin perder aquello que nos define. Nos ilusiona que todo este trabajo se consolide como un punto de encuentro entre productores, vecinos y amantes del buen vivir. Pero, por encima de todo, queremos seguir celebrando lo simple, lo sabroso y lo humano. Eso es, y seguirá siendo siempre, nuestra esencia”, sentencia Roberto Valentino.
Si el hedonismo corre por tus venas, In Natu está hecho para ti. Buon Appetito!