El verano está llegando a su fin y Valencia se prepara para otro nuevo curso cargado de novedades, aperturas y muchas, pero que muchas, mesas que llenar. Un sinfín de reencuentros que prometen alargarse en lo que queda de mes con el propósito de hacer un poco más llevadera esa rutina a la que todavía no queremos rendirnos por completo. Aún tenemos tiempo.
Porque es ahora cuando apetecen esas cervecitas al salir del trabajo, que acaban con un picoteo tonto para saciar el apetito; esas cenas un miércoles porque sí, cuando todavía hace buen tiempo; esas comidas con amigos un sábado; o cualquier excusa que te venga a la mente para celebrar que septiembre no es tan duro como nos lo plantean. Septiembre siempre es el inicio de muchas cosas buenas.
Y si vamos de lleno a lo que nos confiere que es la gastronomía, en muchas ciudades acontecen aperturas de restaurantes o proyectos que en cuestión de semanas ya están en boca de muchos. Y en Valencia no iba a ser menos. El verano ha dado paso a recién llegados como Brutto, Serralunga Wine Bar, Bartínez, Vapor Dumpling Bar o los grandes desembarcos como el del grupo de Dani García con Alegal en los antiguos Cines Aragón y la apertura del Roig Arena que cuenta con una ambiciosa zona gastronómica.
Entre toda esta ecuación, Piscolabis Barra se ha instalado como un soplo de aire fresco en el número 23 de la Avenida del Reino de Valencia, con una terraza más que apetecible y una propuesta de esas que recuerdan un poco a lo de toda la vida, pero con un toque de creatividad. Tras ella encontramos a Marta Castillejo como chef ejecutiva y a Héctor Blasco como jefe de cocina. Por no hablar de su carta líquida capitaneada por la sumiller Cristina Lozano, donde se ha prestado especial atención a los vinos por copa.
Como equipo directivo y alma máteres del proyecto, Francisco Baena, Bárbara García y Gonzalo Castela. Tras el éxito de Bastard Coffee como una de las mejores direcciones de brunch en la ciudad, han decidido salir de su zona de confort y crear su ejemplo de bar soñado. Dicho y hecho.

Un sueño hecho realidad: los inicios de Piscolabis Barra
Los protagonistas de esta historia tuvieron unos inicios dentro del mundo de la gastronomía que distan mucho de lo que podemos encontrar en la actualidad con Piscolabis Barra. A principios de la década de 2010,-concretamente allá por 2013-, abrieron el primer local de The Black Turtle. Lo hicieron cuando muchos otros ni siquiera se habían planteado sumarse a la fiebre de las hamburguesas y el boom por las mismas todavía no había estallado. Tras esa primera (y efímera) toma de contacto con el mundo empresarial gastronómico y con la vista puesta en otro nicho de mercado, decidieron aventurarse años más tarde con Bastard Coffee poniendo en valor el concepto del brunch en la tierra de l’esmorzaret. Y vaya que si lo hicieron, ¡ya van por su tercer local!
“Nosotros siempre decimos que somos empresarios de la restauración, no podemos afirmar que somos chefs o jefes de sala, porque no sería la realidad. Pero ya nos encargamos de contar con los mejores para tales funciones. Lo que verdaderamente nos apasiona es la restauración, crear conceptos donde sentirnos a gusto, traer a los nuestros y tener la sensación de generar marcas. Darles a estas cierto mimo y personalidad”, cuentan a Guía Hedonista Francisco Baena y Bárbara García, dos de los socios fundadores de Piscolabis Barra.
“Hicimos hamburguesas cuando no las hacía nadie, brunch mucho antes incluso de que esa palabra se pusiera de moda y ahora hemos salido de la zona de confort con este proyecto más maduro y más personal; y la verdad es que estamos maravillados. Al final nosotros hemos viajado mucho y siempre hemos perseguido tendencias que se hacían en otras ciudades de España como Madrid o Barcelona, o en otras partes del mundo como Nueva York o Londres”, señalan.
Siguiendo la estela de conceptos interesantes y atrevidos como Varro, Casa Canito o Hermanos Vinagre en Madrid y Bar Bauma, Malparit o Maldita Barra en Barcelona, Piscolabis Barra nace de las ganas de sus propios dueños de hacer un bar a imagen y semejanza de lo que buscan en sus salidas gastronómicas y de ocio. “Conforme van pasando los años surgen necesidades que finalmente se convierten en sueños, como por ejemplo dónde disfrutar con los amigos un viernes por la tarde. Buscamos locales donde comer bien, con un buen producto, con precios que no sean desorbitados y con una apariencia actual pero que nos evoque a épocas pasadas, como en este caso la década de los 80. Es justo ahí donde nace Piscolabis Barra”, cuentan a Guía Hedonista.
Aunque la idea llevaba bastante tiempo rondando por sus cabezas, fue a principios de 2025 cuando se materializó en este local esquinero de la Avenida del Reino de Valencia. Seis meses de puesta a punto de la mano de Nihil Estudio, para crear este universo que nos traslada al pasado, pero adaptado a las exigencias del presente. Ni muy vintage, ni una propuesta tematizada. Un local con espacio para 37 personas en su interior y 24 en la zona de terraza, donde la barra cobra especial protagonismo.
“Para nosotros Piscolabis es una barra honesta de producto. Siempre se ha dicho que el valenciano no es de barra, pero creemos que eso ya no es así y es una tendencia en alza. Se está volviendo a recuperar ese espacio y ahora es momento de disfrutarlo como nunca”, añaden.
Y es así como a principios de este pasado agosto abrieron las puertas a ese público que no se ha movido durante este tórrido mes de Valencia. Ha sido este y el boca a boca quien se ha encargado de posicionarlo como una de las aperturas más candentes en la ciudad tras la vuelta de las vacaciones. ¡Y es que razones no le faltan!

Lo de siempre, pero con ese toque que los hace suyos
La carta de Piscolabis Barra a priori puede llevarnos a confusión: ser más de lo mismo que la de otros locales ya instaurados en Valencia. Pero si nos detenemos y nos fijamos un poco más allá, veremos que el montadito de anchoa no viene acompañado por pan brioche y mantequilla tal y como nos tienen acostumbrados, sino que se presenta al estilo cántabro con queso y sobao pasiego (en honor a las raíces norteñas de Bárbara). ¿Seguimos? El tradicional bikini en esta ocasión se prepara con guanciale y queso scamorza ahumado o incluso el ya manido steak tartar, se sirve con huevos rotos y está hecho a base de longaniza oreada. Lo de siempre, pero sin ser lo de siempre. Ya nos entiendes.
Pero no nos quedamos solo aquí, tenemos mucho más. En algo más de un mes de recorrido, Piscolabis Barra ya puede decir alto y claro que cuenta con algunos sellos de la casa. Además de los mencionados unas líneas más arriba, están triunfando entre equipo y clientela, el montadito de tartar de gamba roja y mantequilla salada; el mollete de pringá (un homenaje a las raíces cordobesas de Francisco Baena y servido en pan de pataqueta del Horno Goya, tan típico del recetario valenciano); el calamar encebollado en dos texturas con fumet de gamba; los mejillones al vapor (clóchina cuando es temporada) al estilo belga, es decir servido con patatas fritas; el atún rojo con cama de pimientos de Padrón; o las pilotes de puchero en su salsa.



El broche de oro a la comida o cena puede venir acompañado por ejemplo de su torrija de pan brioche (el mismo que las french toast de Bastard Coffee) con helado de leche merengada o su tarta de queso Stilton, ¡potente, potente!
“Desde un primer momento queríamos cierto dinamismo en la carta. Ahora mismo la encontramos así, pero puede ir cambiando según la temporada y no dudamos en ir haciendo pruebas para tener nuevas incorporaciones. Nos hemos centrado mucho en crear platillos para compartir, que la gente venga y pruebe cuanto más mejor. Héctor y Marta han conseguido darle a la propuesta gastronómica esa vuelta de tuerca que se aleja de lo que estamos acostumbrados y la verdad es que no podemos estar más contentos con los resultados”, comentan Francisco Baena y Bárbara García.
Gracias a su ubicación en el corazón de l’Eixample sus proveedores los encontramos en el Mercado Central, en el Mercado de Ruzafa y otros puntos cercanos como el pan que llega del Horno Goya y los quesos de la calle Conde Altea que son de un matrimonio de Normandía que regentan Le Fromage de Josephine.

Aquí se viene a beber muy bien
Acompañando a la oferta gastro, la carta líquida no se queda atrás. Como maestra de ceremonias, nos recibe la experta sumiller Cristina Lozano con alrededor de 80 referencias de vino (40 de ellas por copa y muchas procedentes de Els Vignerons). Alejándose de etiquetas y encorsetamientos, a Piscolabis Barra se viene a pasarlo bien, a probar y ya de paso, hacerle pasar un buen rato a Cristina Lozano.
“Tenemos una carta de vinos con mucha personalidad, con mucho vino orgánico y temporal, vinos de mínima intervención, con bodegas que no siguen lo preestablecido y también una apuesta muy potente por copas. No queríamos encasillar al comensal a pedir solo una botella de vino, porque queremos que se divierta y se deje llevar. Comprometerte solo con una referencia que en verdad no tienes ni idea de si te va a gustar, es mucho más complicado y la experiencia acaba defraudando. Por lo que aquí hay de todo y para todos. Cristina se luce un montón en cada servicio, tiene una pasión por el mundo vinícola que da gusto verla trabajar”, añaden.

Los reencuentros de septiembre
Piscolabis Barra cumple a la perfección el dicho de que “todo tiempo pasado siempre fue mejor”. Desde su nombre, pasando por la lista de reproducción del local que nos trasladan desde que cruzamos sus puertas a la década de los 80, o sus ya mencionados platillos que son un viaje al pasado, en este presente tan sobreestimulado.
“Con Piscolabis Barra hemos querido hacer un tipo de proyecto que funcionó en el pasado con una generación que ahora mismo supera los 55 años, pero adaptarlo para la gente que ahora tiene entre 30 y 40 años. Si tuvo sentido hace décadas, ¿por qué no iba a tenerlo ahora? Lo bueno es que aquí todo el mundo es bienvenido, tanto la clientela más adulta como la más joven. Hay Piscolabis para rato”, sentencian Francisco y Bárbara.
¿Por qué no perdértelo en esta vuelta al cole gastronómica? Son sus propios fundadores quienes nos dan las claves: “Septiembre siempre es un mes donde se pone el contador a cero, como inicio de curso y con él vienen los ansiados reencuentros, la conocida como rentrée. Piscolabis Barra se presenta como el sitio perfecto donde ponerte al día con los tuyos. La pregunta es ¿por qué no probarlo? Y con un poco de suerte, acabarás repitiendo”. Dicho y hecho.
Este septiembre sabe a Piscolabis Barra. Y el resto de meses que están por llegar, también.