Llegarán desde tres continentes –Europa, Asia y América– para vivir una experiencia que difícilmente podrán olvidar: acercarse a este plato icónico en la tierra que lo vio nacer y participar en un encuentro cultural que culminará el sábado 20 de septiembre cuando los doce participantes preparen sus paellas.  En Valencia desembarcarán una semana antes para conocer la ciudad y empaparse de todo lo que rodea a nuestro plato más universal, con un completo programa de actividades organizado por Visit Valencia, la Fundación impulsora del World Paella Day 2025. Conocerán los arrozales de la Albufera y la huerta de Valencia, visitarán el centro histórico con parada obligatoria en el Mercado Central y recibirán clases magistrales a cargo de maestros paelleros como Chabe Soler o Rafa Margós.  

Cada finalista ha sido seleccionado a lo largo del año  en alguna de las seis semifinales que se han ido celebrando este año en distintos países del mundo –Uruguay, Colombia, Japón, Bulgaria, Puerto Rico y México–. Coincidiendo con el World Paella Day, estos cocineros y cocineras se darán cita en el Tinglado 2 (La Plaça de l´Aigua), el día 20 para preparar cada uno dos recetas que inundarán los alrededores del puerto con aromas a pulpo, a pato o a setas pero también de otros ingrediente exóticos –algunos insólitos para nuestro paladar– que han recorrido cientos de miles de kilómetros en sus maletas. Todos tratarán de llevarse el título a casa y cocinar la mejor paella del mundo, pero sobre todo, el campeonato pretende estrechar lazos con los países participantes y hacer eso que tan bien se nos da a los valencianos cuando hay una paella de por medio: compartir y celebrar en torno a lo que nos ofrece esa extraordinaria despensa del Mediterráneo con que tenemos el privilegio de contar. 

El pasado año, el título viajó hasta Puerto Rico con una paella de nombre evocador: “paella del susurro del pez de león en el Mediterráneo”. Un arroz que el cocinero José Padilla elaboró con un pez que invasor originario del Índico y el Pacífico, que poco a poco ha ido colonizando nuestros mares; un tipo de caracol marino llamado carrucho y un cangrejo terrestre denominado jueyes similar al cangrejo azul. Colombia y Japón también se volvieron a casa con un segundo y tercer puesto. 

Este año, los tres países vuelven a participar con diferentes chefs. Hemos hablado con la mayoría de los doce cocineros para saber cómo se han preparado y cómo encaran la World Paella Day en esta edición que un año más llevará la paella desde Valencia a todos los rincones del mundo. Aunque las recetas son secretas hasta el día del concurso, los chefs nos han contado detalles de sus elaboraciones, y podemos asegurar que habrá sorpresas y sobre todo, conocimiento y mucho nivel.

 

Desde Puerto de Sagunto a Dinamarca

Eva Gallart llegó a Dinamarca hace 16 años y allí sigue, dedicada a su empresa de catering de paellas para eventos, mientras se empeña en difundir la gastronomía valenciana y la cultura alrededor del plato universal. La cocinera española, nacida en Puerto de Sagunto, juega en casa. La primera de las recetas que preparará tiene un significado importante para ella y será un homenaje a su padre, fallecido en 2022. Es, además “un tributo a uno de los arroces más deliciosos de la gastronomía valenciana, junto con la paella valenciana”. Para la segunda, un arroz marinero, ha elegido unos ingredientes que podrá reproducir en el país nórdico en caso de resultar ganadora, un arroz “que refleja mi vida en Dinamarca y mi deseo de mostrar la calidad de sus productos integrados en una tradición que viene de mi tierra. 

Eva Gallart lleva años perfeccionando sus arroces. “En Dinamarca cocino paellas cada semana para clientes y amigos, lo que me permite probar, practicar y ajustar cada detalle”, afirma. La cocinera reconoce que en estas últimas semanas ha comido más paellas que nunca. Un plato que aprendió a preparar en casa junto a su madre y que continuó cocinando en Dinamarca  “tanto para sentirme en casa como para compartir con mis amigos locales lo deliciosas que son y la cultura que hay detrás: el ritual de cocinarla a fuego lento, mientras se toma un aperitivo y se comparte el momento alrededor del fogón”. Ella lo tiene claro: “una verdadera paella es mucho más: es producto, es técnica, es receta y es cultura. Creo que deberíamos cuidarla y protegerla más, y al mismo tiempo enseñar al mundo la gran variedad de arroces que tenemos en Valencia”,  asegura desde su país de acogida.

En Francia hay un xic que fa arròs 

Un Xic de Arros es el nombre de la empresa de Frederic Gallego en Francia. Este chef privado asegura que le encanta experimentar y desarrollar sus caldos. “Cuando tengo una idea, la pruebo en una paella y siempre intento maridarla con productos de kilómetro cero de productores locales y también con los frutos de mi recolección forestal (setas, espárragos, etc.). Para estas recetas, quise maridarlas con licores emblemáticos de mi región, concretamente Byrrh y Rancio”, declara.

El cocinero francés ya tiene claro qué ingredientes comprará en el Mercado Central para elaborar una de sus elaboraciones.  “Ya había preparado estas recetas antes para la familia, así que sé que funcionan y que se salen fuera de lo común. Reelaboré la receta, hice pruebas con amigos y compañeros del campeonato para lograr el resultado que buscábamos”, explica.  Frederic, que tiene sangre valenciana por sus venas (la familia de su padre es de Torrella cerca de Xàtiva) nos cuenta que la paella forma parte de cada reunión familiar. “Siempre he hecho paella con más o menos éxito, y durante el covid me apasioné por el arroz y la paella (valenciana). Me formé siguiendo en redes sociales a chefs como David Montero o el Chef Amadeo, y familiares y amigos me empujaron a crear mi propio negocio como chef en casa, un Xic de Arros”, sostiene.  Gallego reconoce que la paella es parte integral de su vida. “Quizás sea mi actividad principal después de esta competición, ¿quién sabe? Disfruto muchísimo preparándola cada vez y siempre pienso en mis abuelos cuando la preparo”, concluye.

Cada paella que cocina te enseña algo nuevo (Polonia) 

“Me enamoré de la paella hace más de una década, durante mis primeros encuentros con la cocina española. Desde entonces, he aprendido de chefs españoles y de mi propia práctica como chef especializado en auténtica gastronomía española. A lo largo de los años, he preparado innumerables paellas, tanto en restaurantes como en eventos, y este plato se ha convertido en uno de los pilares de mi trayectoria culinaria”, explica Lukasz Kaniecki desde Polonia.  El cocinero ha dedicado mucho tiempo a perfeccionar los sabores, las texturas y los tiempos de cocción adecuados. “Cocinar paella no es solo cuestión de técnica: es práctica, paciencia y pasión. Cada paella que cocino me enseña algo nuevo”, afirma.

Para elaborar sus dos recetas ha unido el profundo respeto que siente por las tradiciones culinarias españolas, especialmente la cocina valenciana, con la que está conectado desde hace mucho tiempo, con su propia identidad como chef, combinando autenticidad con creatividad. “Esta receta es una fusión de mi admiración por España y mi experiencia culinaria personal”, añade.

La primera vez que Brasil participa (y su paella tendrá socarrat)

No podemos desvelar demasiado acerca de las recetas que elaborará Luiz da Rocha, pero entre sus ingredientes habrá una preparación tradicional indígena del Amazonas con la que pretende hermanar su país natal con el plato universal. “Como primer representante de Brasil en la historia del concurso, quiero traer los sabores y raíces brasileñas, mostrando la riqueza de mi país combinada con un plato clásico español. ¡Sin duda, no faltarán el ritmo, el color y la alegría en mis creaciones!”, nos cuenta desde el otro lado del Atlántico este cocinero que tiene 20 años de experiencia a sus espaldas.

El chef brasileño sigue practicando para perfeccionar “los toques finales, así como las técnicas de cocina y, por supuesto, el indispensable socarrat perfecto”. Espera poder llevarse el premio a casa para seguir difundiendo el tesoro gastronómico valenciano entre los suyos:  “la paella no está tan extendida en mi país como merece. Se trata de un plato clásico, lleno de historia y, sobre todo, ¡un plato para compartir y celebrar! La gastronomía se basa en eso: historia, experiencia y emoción. Espero traer este premio a Brasil y ayudar a difundir la rica cultura de la paella, convirtiéndola en un plato más popular en todo el país”, manifiesta.

 

Dos recetas inspiradas en su infancia (Uruguay)

Ian Escolar aprendió a cocinar cuando era prácticamente un adolescente ha representado a su país en distintos certámenes. Su inspiración a la hora de preparar las recetas viene de sus orígenes, del campo en el que se crió junto a unos padres que trabajaban la tierra. “Me inspiré en el fuego, en los arroces y en la carne de recolección que teníamos para comer”, explica. La paella, especialmente en su versión marinera, es un plato reconocido sobre todo en el este del país, donde Ian trabaja, por lo que tiene muchas horas de vuelo a sus espaldas.

“En mi país, sobre todo en la zona rioplatense hay muchísimos españoles y hay mucha influencia y cultura española. La paella es la que une, es la unión que he aprendido alrededor del fuego de la gente que la prepara”, añade Escolar. 

 

La gran despensa colombiana se pone a disposición de la paella 

“La principal influencia como colombianos y latinos es la española. Cuando empieza la colonización hubo un intercambio gastronómico y cultural muy importante”, relata Andrés Otálvaro, que desvela que utilizará en sus preparaciones una olla tradicional de barro que ya utilizaban sus antepasados. Otálvaro ha buceado en la enorme despensa colombiana para elegir los ingredientes que formarán parte de sus paella, desde vegetales, hasta carnes e incluso frutas. Nos cuenta que para prepararse ha indagado en los orígenes y ha visitado a pescadores, agricultores y ganaderos para conocer mejor los productos que empleará en sus elaboraciones. 

El cocinero colombiano, que ha estado tres años presentándose para intentar llegar hasta esta final, se enamoró de la paella durante una temporada que pasó en España formándose como instructor canino. Cuando volvía a Colombia se llevaba los ingredientes en la maleta para poder preparar paellas en casa. Lo que en un principio fue algo casual que elaboraba para familiares y amigos, acabó convirtiéndose en su forma de vida. Hoy lleva ocho años con su propia marca, Andrés Paellas. “La paella es un ritual que une, que se celebra, que hace sonreír a través de la mesa y que se comparte. Es un plato infinito, que genera diversidad, que puedes preparar con muchísimos ingredientes. Cada paella es diferente”, afirma. 

Es un plato infinito, que genera diversidad

Japón y España no están tan lejos como dice el mapa

Desde Japón, Kenta Seki preparará dos paellas con dos ingredientes –uno de mar, otro de tierra– que comparten una larga tradición tanto en España como en Japón.  El cocinero japonés lleva practicando en la elaboración de las recetas desde que decidió participar en el certamen. Kenta aprendió a cocinar paellas hace siete años en una arrocería de Tokyo, una pasión que fue perfeccionando en la asociación japonesa de paella a la que se unió hace dos años.

Maíz, chiles y otros ingredientes secretos para las paellas de México

Habrá mucho de México en las dos recetas que preparará William Tellez el próximo 20 de septiembre. Algunos de los ingredientes más tradicionales del país azteca estarán presentes como el maíz o los chiles, pero habrá más sorpresas que William desvelará en la gran final. “Nací en el estado de Tlaxcala, allí durante la conquista el principal alimento de intercambio con los españoles fue el maíz y sus derivados como las tortillas, el pozole e infinidad de platillos a base del maíz”, explica. 

El cocinero lleva más de dos décadas preparando paellas. “Desde hace más de 20 años, me empezó a apasionar la preparación de este gran platillo, su historia, sus ingredientes y con el paso del tiempo en mi estado se volvió un platillo tradicional que muchos preparan”, señala. En el estado al que pertenece, la paella es un plato más que reconocido. “Hay, por lo menos, dos festivales de más de 1.500 personas al mes debido a que en cada localidad se realiza este evento en la iglesia de la comunidad”, afirma. 

El Mar Negro desembarca en Valencia (Rumania)

Ramona Truijillo aprendió a hacer paellas en España, pero ha ido perfeccionandolas con el paso del tiempo en Rumania. "Mejoras con el tipo de arroz, a darle el punto, con el sabor o a preparar el caldo dependiendo de qué clase de paella vas a hacer, hacer al socarrat ....La experiencia es un grado y creo que cada dia tenemos algo que aprender", explica. Para una de sus dos elaboraciones uno de los ingredientes estrellas será el esturión, "un pescado que representa a Rumanía, ya que su captura se hace aquí, en el Mar Negro y sus huevas negras ("caviar") es muy apreciado", añade. 

Para esta cocinera la paella es una de los mejores comidas que representa a España. "Aquí en Rumania es muy apreciada ya que cada año va de vacaciones mucha gente a España y conocen bastante bien la gastronomía española. Cuando vuelven a casa nos visitan en el restaurante para volver a comer esa paella que comieron por Dénia acompañada de una buena sangría o una copa de vino cuando se fuero vacaciones o estuvieron viviendo en España. Les traen buenos recuerdos. Es un honor y un placer para mí expandir nuestra cultura y gastronomía por Rumanía", afirma.

 

 

El World Paella Day es una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de València, a través de la Fundación Visit València; junto al Centro de Turismo de la Diputació de València, Turisme Comunitat Valenciana y Turespaña.

Además de estos nueve países y estos ocho cocineros con los que hemos hablado, también estarán presentes en la competición Bulgaria, Puerto Rico y China.  Una jornada en la que, a pesar de sus orígenes tan dispares, los participantes hablarán un solo idioma, ese que tan bien conocemos los valencianos y cuya gramática se basa en una arroz seco, suelto, entero y por supuesto, sabroso. Un idioma que se enriquecerá con las aportaciones de cada cocinero que traerá de su país aquello que mejor hermana con este plato festivo y universal y que contribuirá a que este símbolo de la cocina valenciana y española, continúe levantando pasiones allá por donde pise.