Esta semana recomendamos el último plato que ha incorporado Maestro Bar, posicionándose rápidamente entre sus propuestas estrella junto al katsu Sando ibérico, su versión de los macarrones de la abuela, la lubina cruda con mignonette de chalotas, pera y ají, o la parpatana de atún rojo de Barbate a la brasa.
Hablamos de unas lentejas tradicionales, cocinadas a fuego lento y muy bien ejecutadas, pero con un par de detallitos que elevan muchísimo el plato y aportan umami por todos los lados: chicharroncitos, unas gotitas de aceite de piparras picante (con trocitos de guindillas distribuidos por el plato) y unos cortes finos de chuleta marcados a la brasa y depositados encima. Están verdaderamente deliciosas.

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Alejándose del concepto clásico de plato de lentejas como plato único e individual, aquí se sirve al centro de la mesa y en olla, para compartir junto a otras propuestas. Recordemos que estamos en una casa de comidas elegantona y contemporánea, pero que se identifica más con la idea de bar (o incluso de wine bar) que de restaurante. La opción de disfrutar de varias cucharadas de lentejas, en lugar de arrearte el plato entero, es una razón añadida para que no eludas las lentejas, incluso con el calor de esta primavera tardía.
Inaugurado el pasado mes de enero por Carlos Gómez Martínez-Barona, responsable y gerente del local, junto con su hermano Nacho Gómez Martínez-Barona (que ejerce de asesor externo), Maestro Bar debe parte de su éxito a su magnífica terraza, estratégicamente situada en la calle Maestro Gozalbo, en el corazón del Ensanche. Pero es de justicia reconocer su acierto en el diseño de una carta que prioriza las elaboraciones sencillas, pero con buena materia prima. La idea no es descubrirte el mundo, sino demostrarte que lo que hacen, lo hacen muy bien. Claro está que todo esto quedaría en papel mojado si no contaran con un cocinero tan competente como el mexicano Sergio Fernández, que se maneja igual de bien con las lentejas que con los pinchos al pastor.