VALÈNCIA. Isabel Gil Forteza (València, 1984) es la Dama de Hierro de la náutica valenciana. Presidenta de la Unión de Empresas Náuticas (UEN) y gerente de Quicksail, una de las más importantes empresas del sector, lleva en la náutica desde 2007, justo desde que el deporte de la vela logró pegar un estirón gracias a la celebración de la 32 Copa América. También ha participado activamente en la Volvo Ocean Race, el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, en la Ruta de los Príncipes y, por supuesto, en la organización del exitoso Virtual Valencia Boat Show (VVBS).
— Después de celebrarse el VVBS, ¿de verdad lo virtual funciona en la náutica?
— Sin duda. El VVBS ha sido un ejemplo y además una herramienta de aprendizaje para todos, organizadores y usuarios. La digitalización ha llegado para quedarse y sobre todo, para ayudarnos a evolucionar y a ser más eficientes en nuestros procesos y en nuestro día a día. En la náutica también. Con la situación que estamos viviendo, hasta la persona más analógica ha sabido adaptarse a la nueva realidad. La plataforma diseñada por Alfatec para el VVBS ha sido un espectáculo; desde UEN nos sentimos muy orgullosos. Tenemos mucho margen de mejora, sobre todo en la usabilidad, y ello nos motiva aún más para seguir apostando por este formato. Empresas de compra-venta de embarcaciones, por ejemplo, reportan este año un incremento considerable de las consultas de forma virtual, con respecto a ejercicios anteriores. En mi empresa sin ir más lejos, hemos adquirido dos embarcaciones este año. Una de ellas, que nos la entregan en abril, aún no la hemos visto físicamente, solo virtualmente. Así que sí, sin duda lo virtual funciona.
— ¿Cuéntenos los números a grandes rasgos?
— VVBS tuvo 22.000 visitantes en cinco días. Para una plataforma desarrollada en apenas tres meses, lo consideramos un éxito en mayúsculas. Valencia Boat Show en su versión física tuvo 22.300 visitantes en la edición 2019. Otro éxito, en comparación con ediciones anteriores. Cabe destacar que en UEN no disponemos de un gran presupuesto históricamente para la celebración de la feria año tras año, pero gracias al titánico esfuerzo del equipo Valencia Boat Show, creo que hemos sacado adelante el proyecto de una forma más que digna. El equipo 2021 parte de inicio con un escenario y unas condiciones económicas muy distintas a las de ediciones anteriores, obviamente inferiores y con un panorama más que incierto, pero tenemos plena confianza en él y en el sector, que ya ha manifestado su interés y necesidad por la asistencia a ferias. Aprovecho para adelantarte además que acabamos de firmar un protocolo UEN – La Marina de València para consolidar el evento bajo la coorganización de ambas entidades. Esperamos que ello fortalezca aún más el Valencia Boat Show durante las próximas ediciones.
— ¿De momento, el VBS de 2021 está programado como VVBS?
— No. Queremos apostar por la celebración física con soporte y combinación de la versión virtual.
— ¿Cómo está el sector náutico en la Comunitat Valenciana?
— Pregunta complicada. Recientemente desde UEN hemos hecho un pequeño informe sobre el estado del sector. Partimos de la base de que la náutica de recreo es un sector amplio y versátil, que no solo comprende embarcaciones de recreo como tal, sino una amplia industria relacionada con el mar: hablamos de industria (construcción, varadero, marinas, instalaciones, electrónica, velería, confección, acastillaje, venta, alquiler...), deporte (clubes, actividades, eventos, buceo, pesca...), servicios (jurídicos, aseguradores, mantenimiento..), formación (escuelas, asociaciones...), turismo (actividades, alquiler, eventos...), innovación, sostenibilidad e inclusión. Por eso resulta complicado hacer una foto global del estado del sector tras (o durante) la pandemia. Las empresas de alquiler de embarcaciones y chárter náutico general, de las que más se ha hablado últimamente, reportan un incremento considerable en la demanda en verano. Sobre todo en el arco mediterráneo y con un fuerte crecimiento del cliente nacional frente a la gran ausencia del turista internacional. Ello es derivado del hecho de que las embarcaciones se postulan como una forma de turismo más segura, ya que es totalmente compatible con medidas de distanciamiento social y la permanencia en grupos familiares muy reducidos. Sin embargo, nos trasladan, que anualmente no se puede hablar de un ejercicio ni mucho menos mejor, puesto que este incremento se ha producido en solo tres meses; no se han cubierto las pérdidas de los meses de ausencia de actividad (de marzo a junio), meses muy buenos en circunstancias normales para este tipo de servicio. La temporada se ha reducido mucho en la Comunitat Valenciana, ya que no se permitió la navegación sin limitaciones de aforo ni de territorialidad hasta bien entrado julio, lo que nos mantuvo en clara desventaja frente a otras comunidades. El sector de los eventos náuticos es sin duda el más catastrófico y del que menos se habla: las empresas trasladan pérdidas superiores al 80% durante el 2020 y se prevén unas pérdidas aún mayores durante 2021, barajando incluso el cierre temporal o definitivo de algunas de estas empresas.
— ¿Se le podría sacar más provecho empresarial a La Marina?
— Sí, y me consta que desde La Marina de València se está trabajando en ello arduamente. Valencia se está posicionando como punto estratégico de la náutica en el Mediterráneo y ello es, en parte, por el cambio y el crecimiento de La Marina.
— ¿Cree que el Gran Premio de Fórmula 1 en València destrozó un poco el entorno y la filosofía de La Marina?
— Sí y no. Sí porque evidentemente la proyección urbanística y la adaptación de la zona para celebrar el GP no fue la más acertada, y ahora, nos encontramos con tener que arreglarlo. Y no porque la filosofía anterior de La Marina, o la de sus gestores, no era la que hay actualmente. El GP fue un gran evento que generó movimiento económico en muchas empresas náuticas valencianas y ayudó a posicionar Valencia, sin entrar en connotaciones políticas y en obvias cuestiones que se podrían haber hecho de otra forma.
— ¿Qué política llevan las empresas náuticas con los clubes?
— Muchas empresas náuticas forman parte de clubes y ejercen su actividad en los mismos. Las que formamos parte de UEN, que es por las que yo puedo hablar, llevamos una política de colaboración, trabajo conjunto, resolución mediadora en caso de conflictos, diálogo y cohesión para fortalecer el crecimiento de las empresas de este área. Los clubes son un cimiento básico en nuestro sector.
— ¿La ampliación del Náutico de Valencia ha dado más calidad al sector en la Comunitat?
— En mi opinión, sí. El amerizaje de Valencia Mar está aportando valor, calidad y diversidad. Creo que era más que necesaria la recuperación y explotación, con una buena gestión, de la antigua Cyes.
— ¿Qué le falta a València para darle del todo la cara al mar?
— Si no me equivoco, València históricamente, le daba la cara al mar. Fue la reconversión y el crecimiento de la ciudad la que ha ido desvirtuando la cultura marinera en la capital, pero creo que se está recuperando poco a poco. Probablemente, ayudaría la desestigmatización de la náutica y que se nos dejara de ver como un sector elitista, porque no lo es. El apoyo de la ciudad para ir creando conciencia en la ciudadanía es fundamental.
— ¿El turismo náutico es ya una realidad?
— Por supuesto que sí. Y no podría yo decir otra cosa, porque me dedico a ello. Además la Comunitat Valenciana es el destino turístico náutico perfecto: combina cultura, clima, gastronomía, entorno, buena comunicación con el territorio nacional e internacional, multitud de instalaciones náuticas con buen servicio y sobre todo una gran oferta náutica, a precios muy competitivos y con capacidad para albergar a todo tipo de público.
— ¿Cuánto trabajo genera la industria náutica valenciana?
— Aproximadamente unos 2.500 empleos. Tenemos como asignatura pendiente la realización de un estudio de impacto económico actualizado del sector en la Comunitat.
— Valóreme la Copa América 2007.
— En mi humilde opinión, creo que posicionó València tanto a nivel destino como a nivel deportivo. Hasta ese momento, la vela era un deporte desconocido para muchos y generó adeptos al sector. Yo empecé a trabajar en el sector en ese año precisamente, no en Copa América, pero sí en una conocida náutica. Hasta entonces no había visitado una marina o un club náutico en mi vida y recuerdo que cuando visité la dársena interior, las bases, el Veles e Vents y aquellos barcos que volaban, supe que quería vivir siempre en este entorno. Suena romántico, pero fue así. Y pienso que esa fascinación pudo llegar a más personas. A nivel económico creo que para la náutica sin duda fue un impacto muy positivo. Y sin entrar en cuestiones políticas, en estos momentos València dispone de un espacio náutico, heredado de aquella época, La Marina, que me atrevería a decir que es de los mejores del mundo.
— ¿Las empresas náuticas de la Comunitat se están beneficiando con la salida de la Ocean Race?
— Sí. La logística en el agua durante las ediciones de Alicante Puerto de Salida siempre ha sido ejecutada por empresas náuticas valencianas. Es un evento en el que se vuelca toda la ciudad de Alicante y llega de forma positiva a toda la ciudadanía.
— ¿Qué gran evento náutico organizaría usted en la Comunitat si tuviera un presupuesto digno?
— No soy objetiva. Con un presupuesto digno, organizaría el mejor Valencia Boat Show de la historia.
* Lea el artículo íntegramente en el número de marzo de la revista Plaza