VALÈNCIA (Carla Aliño/EFE). La artista suizo-valenciana Lola Bosshard, una de las pioneras de la abstracción en España, se esfumó del mundo del arte a mediados de los 80, cuando dejó su València natal para instalarse en Suiza. Cuarenta años después, su obra fue recuperada en el almacén de una peluquería de València. Así lo relata a EFE el galerista José de la Mano, especializado en recuperar artistas españoles olvidados sobre todo de las décadas entre los 50 y los 70, quien, junto a la historiadora del arte Isabel Tejeda Martín, ha logrado rescatar la obra y la historia de Bosshard tras más de cinco años de búsqueda. Acostumbrado a trabajar con mujeres artistas olvidadas, considera que este caso ha sido "dantesco". "Ha sido una cosa de 10 a 0, o sea, de mujer interesantísima, a la que todo el mundo respetaba intelectual y artísticamente a, de repente, cero, nadie, ni saber quién es".
El proceso de recuperación empezó a finales de la década de 2010, cuando los propietarios de la madrileña galería Edurne, Antonio Navascués y Margarita de Lucas, le hablaron a José de la Mano de Lola Bosshard como "la mujer más exquisita que habían conocido" y una artista de la categoría de Elena Asins. Le animaron a que encontrara su taller, pero De la Mano recuerda que al escribir el nombre de Bosshard en internet "no salía absolutamente nada ya", y lo único que tenía claro era que la artista, nacida en València en 1922 de padres suizos, había fallecido en Suiza.
Poco a poco fue descubriendo que en todos los catálogos importantes de los años 60 y 70 había cuadros suyos, ella siempre estaba presente; es decir, que "no era el caso de una mujer que trabajaba en la soledad de su taller, sino que tuvo relaciones con todo el mundo e hizo varias exposiciones". Sin embargo, a partir de los años 80, el nombre de Lola Bosshard "se diluía y desaparecía completamente", y dejó de saberse nada de ella, hasta que este galerista logró localizar en 2023, gracias a un amigo de la artista, el taller en el que estaban almacenadas todas sus obras, dentro de una peluquería del barrio de la Amistat en València, cerca de la avenida de Blasco Ibáñez.
"Allí estaba el taller completo, como sin tocar", relata De la Mano, quien a partir de ahí presentó la obra de esta artista con una exposición retrospectiva en la galería en septiembre de 2023, y en 2024 ha llevado su obra a la feria ARCO, donde el Museo Reina Sofía ha adquirido seis cuadros.
Según relata José de la Mano, a mediados de los años 80, la madre de Bosshard, que vivía en el centro de València, enfermó y ella se trasladó a su vivienda, donde instaló su taller, y se dedicó a cuidarla, hasta que falleció en 1985. Tras la muerte la madre, el hermano mayor de Lola, que vivía en Suiza, "corta el dinero con el que se mantenían su madre y ella en València", y Bosshard tuvo que dejar la casa para irse a un piso que le ofrecía su hermano en un pueblo de Suiza, donde murió en una residencia de ancianos en 2012.
Antes de viajar a Suiza, la artista decidió llamar al Ayuntamiento y pedir un contenedor de basura, en el que fue tirando todos sus cuadros excepto unos pocos que tenían valor sentimental para ella, pero cuando le faltaban unos veinte por tirar, un íntimo amigo suyo la sorprendió y le pidió que no se desprendiera de su obra. Ella le explicó su situación y le dijo que si los quería, le regalaba todos los cuadros pues no podía llevárselos a Suiza, algo que él aceptó, decidiendo guardar todas las obras en un almacén a la espera de que alguien revindicara la figura de su amiga.
En 2020, la galería de José de la Mano empezó a trabajar con la obra de la pintora valenciana a partir de una carpeta de serigrafías fechadas en 1967 que, procedentes de la Galería Edurne, presentó ese año en ARCO, junto con otras pintoras geométricas de su generación, como María Droc o Ana Buenaventura. "No sabíamos nada de ella, pero teníamos la carpeta de serigrafías y se la enseñábamos a todo el mundo para ver si alguien nos daba alguna pista" de ella, relata De la Mano, quien explica que ese fue "un poco el comienzo de todo", aunque unos años antes los propietarios de Edurne ya le habían hablado de ella.
Al final, a través de un blog en internet, donde alguien había colgado una foto de la tumba de la artista, lograron localizar a la persona a la que Bosshard había regalado todos sus cuadros, y que "lo tenía todo intacto en ese taller, en la peluquería de València". Allí encontraron unas 200 obras, desde dibujos a obra gráfica, cuadros y dibujos preparatorios, destaca este galerista, quien recuerda que fue "un momento emocionante", aunque también lamenta que se haya perdido todo el archivo personal y privado de Bosshard, como las cartas. En todo caso, se alegra de haber podido recuperar a esta artista, una de las pioneras de la pintura "Minimal" y del "Ambiente Arte" en España, cuyos intereses caminaron casi siempre hacia la abstracción pero que jamás dejó de pintar figuración, según relata Isabel Tejeda, comisaria de la retrospectiva que le dedicó la galería en 2023, en el catálogo de esa exposición.