ópera

La (des)conocida Pauline Viardot: una compositora universal del siglo XIX

9/02/2023 - 

"Una de las más grandes artistas que me vienen a la mente 

en la historia pasada y presente de la música.”

Berlioz

Independiente, profesional, inteligente, extravagante, cosmopolita y de fuerte personalidad, Pauline Viardot-García (1821-1910) fue una mujer atípica en el entorno decimonónico en el que desarrolló su carrera.

Cantante de ópera, compositora, pianista y profesora de canto, parecía estar destinada a desarrollar el talento musical que imperaba en su familia. Su padre, con quien se inició musicalmente, era el tenor sevillano Manuel García, el maestro belcantista para quien Rossini había escrito el papel de Almaviva en su Barbero de Sevilla. Su madre, que le enseñó canto, la soprano y actriz madrileña Joaquina Briones; su hermana la diva María Malibrán, y su hermano el influyente barítono Manuel Patricio García.

De adolescente estudió piano con Liszt y composición con Reicha desarrollando, además de una prodigiosa voz, el talento y la originalidad en la composición que la llevaron a la fama y el reconocimiento, convirtiéndose así en una de las cantantes de ópera más importantes del siglo XIX.

Viardot conquistó las audiencias europeas por derecho propio, siendo calificada de "genio" por la crítica, con una carrera que abarcó un vasto repertorio de roles y estilos.

Consolidada su fama, Viardot fue la anfitriona de un círculo social que incluía la socialité artística del siglo XIX. Muchas fueron las celebridades que pasaron por su salón, cultivando la amistad de importantes personalidades del entorno musical del momento.

Berlioz, Gounod o Chopin alabaron su maestría musical. Saint-Saëns le dedicó su ópera Samson et Dalila; estrenó la Alt-Rhapsodie de Brahms; cantó para Wagner en el primer ensayo de Tristan und Isolde. Era amiga de Clara Schumann, fue la modelo de una de las heroínas literarias de George Sand, entretuvo a Charles Dickens y Henry James como huéspedes, y casi se convirtió en la suegra de Fauré. Además era la musa, y se cuenta que la amante, del escritor ruso Iván Turguénev.

Su producción musical es mucho más extensa de lo que se suele suponer. Durante un período de más de seis décadas, produjo alrededor de 250 composiciones en una variedad de géneros. Música de cámara, piezas para piano solo y obras escénicas, incluidas operetas de salón para solistas, coro y piano, que invariablemente escenificaba ella misma. Una intensa actividad compositiva y pedagógica que duró hasta el final de su larga vida.

Compuso Cendrillon -su última obra- seis años antes de su muerte. Una opereta cómica de cámara en la que ella misma escribió el libreto, a partir de una adaptación muy personal y original de La Cenicienta de Perrault. Creatividad, ingenio galo, frescura y una musicalidad fuertemente influenciada por los compositores que la rodeaban, Cendrillon representa la síntesis de la personalidad musical de Viardot.

Pero, como muchas mujeres influyentes de su tiempo, su fama fue eclipsada por la de los hombres a su alrededor y su figura cayó en el olvido hasta los años 70 del siglo XX. Viardot nació demasiado temprano. Navegó por la tradición centenaria que demonizaba la voz pública de las mujeres y creaba una nueva imagen de la mujer artista. Pero su talento y la defensa de su obra le permitieron obtener el respeto y el reconocimiento de sus compañeros masculinos en ciernes.

Actualmente es considerada una de las representantes más significativas de la cultura europea de su tiempo.

Cendrillon puede verse en Les Arts del 9 al 18 de febrero en una nueva producción operística a cargo de Joan Font y el Centre de Perfeccionament de Les Arts. La dirección de escena presenta un auténtico show teatral en el que los personajes mutan desde lo cotidiano a la fantasía de un cuento transformado en vodevil, que incluye músicas tomadas del repertorio español entre 1900 y la Guerra Civil, creando un nuevo repertorio dramático-musical único.

Más información: https://www.lesarts.com/es/cendrillon/