La JONDE gira por la Comunitat Valenciana

La élite joven de la música sinfónica le pone color al Palau de la Música

15/07/2024 - 

VALÈNCIA. Suena una música llena de intensidad y colores en la sala García Navarro del Palau de la Música. Se trata de Isaac Albéniz y su Suite Ibérica, orquestada por Enrique Fernández Arbós. Se trata también de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), que está en pleno encuentro y ensayos para empezar el miércoles una gira de cinco fechas por España, de las que tres serán en la Comunitat Valenciana (miércoles 17, Palau de la Música de València; jueves 18, Llíria; viernes 19, Cullera). Los veinteañeros que ocupan la sala de ensaños del auditorio valenciano son algo así como la élite de la música sinfónica en España, que tras pasar unas pruebas forman parte de la orquesta joven más prestigiosa del país, con una reputación ganada más allá de las fronteras.

Jorge Mora (Torrent, 23 años) y Clara Millet (Gandia, 20 años) son dos de los 21 valencianos que forman parte de esta formación de 91 música. Para Mora, percusionista, esta es su segunda bolsa de trabajo —el tercer año—; para Millet, chelista, este es el primer encuentro. “Es mi primer encuentro, tengo un papelazo, pero suene increíble. Es la primera en una orquesta joven que tocamos y siento que ya suena bien”, cuenta ella.

Para llegar a la JONDE, se abre una especie de bolsa de trabajo, a la que acceden los jóvenes tras una primera fase en la que mandan un vídeo y una segunda fase que consiste en una audición de Madrid. Tanto Mora como Millet vienen de las formaciones locales y de los conservatorios, aunque los dos han acabado su formación en diferentes instituciones alemanas.

La experiencia de formar parte concretamente de la Joven Orquesta es la de compartir escena con músicos con los que no hay ni brecha generacional ni apenas brecha cultural. Lo hacen además en encuentros y giras, que requieren una intensidad de convivencia y horas de ensayo importantes. Esto, en todo caso, lo valoran muy positivamente: “Es muy bueno que los encuentros sean convivir con gente que está en tu mismo momento y en tu misma carrera. Hablas de lo que sientes, de lo que aprendes, y se convierte en otro tipo de formación que no solo es musical”, relata Jorge Mora. Todos aprenden de todos, todos aportan a todos.

Con sus respectivos descansos, los músicos están esta semana ensayando de 10 a 19:30: “Es una preparación a lo que sería una orquesta profesional. Son días intensos, pero vale la pena y no se hace pesado”, dicen en todo caso.

Mora y Millet sienten esto, en efecto, como una preparación. ¿Pero una preparación a qué? Pues no tienen duda de que València sería su destino prioritario: “Yo estoy deseando aprender todo, acabar mis estudios, y volverme a València”, deja claro la chelista; “Ojalá formar parte de una de las orquestas valencianas, tenemos mucha suerte de tener dos formaciones en la ciudad que sean tan buenas además”, refuerza el percusionista.

Dirigir y enseñar

La otra parte del concierto que tendrá lugar mañana en el Palau de la Música es Pablo González, que tomará la batuta. “Las orquestas jóvenes tienen como particularidad la grandísima motivación, ilusión y amor infinito por lo que hacen. Vienen también con una preparación que es óptima en la vida profesional porque todos están en un momento de crecimiento. Pero quizás la particularidad que más llama mi atención es la apertura de miras, esa capacidad para lanzarse de cabeza a cualquier idea sin prejuicios; tienen una libertad creativa muy grande”, elogia.

González empezó precisamente su carrera en la JONDE hace más de tres décadas como flautista. Más tarde sería director asistente y desde entonces no ha dejado de colaborar con la formación. “¡Cada vez hay más nivel! Hace 33 años la JONDE estaba muy bien, pero qué duda cabe que es mejor ahora”, valora.

“Evidentemente hay un componente pedagógico-didáctico en mi trabajo aquí que no lo hay en una orquesta profesional. De hecho, es la diferencia con el trabajo con otras orquestas. Ellos no están aquí solo para hacer un buen concierto, sino que para aprender”, añade.

Pero el nivel es altísimo, así que el público que ya conoce la JONDE no llega a la sala con escepticismo, sino con todo lo contrario, la ilusión de ver en sus primeros años a los grandes talentos del futuro.

El programa que se podrá ver (y que González sobre todo califica de "colorido") incluye obras de Albéniz, Strauss, Ravel y Saint-Saëns. Cuatro obras musicales, aparentemente dispares, pero que revelan conexiones inesperadas. Albéniz y Ravel comparten influencias; Strauss y Ravel utilizan la música programática. Las tres obras destacan por su exquisita orquestación, con Albéniz y Ravel mostrando un gusto similar por las texturas y el color. Saint-Saëns actúa como aparente cuarto en discordia, aunque comparte influencias wagnerianas con Strauss y fue admirado por Albéniz. En conjunto, las obras muestran la evolución de la música desde el paradigma germánico hacia un estilo francés.

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