VALÈNCIA. El proyecto del Museu de la Mar es un sueño al que le está costando cumplirse. Desde que en el año 2016 se presentara la idea de un museo marítimo con tres sedes en València, poco se ha avanzado. Y desde una de ellas, La Marina de València, que llegó a paralizar la adjudicación para su uso de hostelería a días de resolverse para cedérselo al Ayuntamiento de València. Ahora, cinco años después, la desidia de la concejalía de Cultura y Patrimonio, han dado a entender al Consorcio Valencia 2007 que pueden tirar millas con otras ideas.
Así lo refleja una respuesta del organismo al grupo municipal Ciudadanos en el Ayuntamiento de València. Desde la formación dirigida por Fernando Giner remitieron el pasado mes de febrero varias preguntas relacionadas con el cumplimiento del Plan Estratégico de la entidad. Cuatro meses después, la respuesta remitida asegura que “el Consorcio puso a disposición de las Administraciones promotoras del citado edificio el edificio Antiguo Varadero. Dado que hasta la fecha no se ha concretado su uso como Museo, por parte de los promotores, se han comenzado a valorar otras propuestas para el espacio”.
De esta manera, el Museu de la Mar se quedaría sin una de sus tres patas. En junio de 2019, la concejala Gloria Tello, proyectaba la adquisición del espacio desde una fundación pública, intentando aunar las fuerzas de Diputación, Ayuntamiento, Marina y Conselleria y entonces ya lo posicionaban como el lugar en el que tendría su museografía un carácter más archivístico. Incluso la concejala afirmó que le encantaría ver un barco real varado en este espacio. A día de hoy, no ha habido ningún planteamiento formal para la creación de la mentada fundación. Por otra parte, tampoco ha trascendido cuál sería el uso del Antiguo Varadero, ni siquiera la garantía de mantener la intención de que su uso sea cultural.
Por su parte, el portavoz del grupo municipal de Ciudadanos, también señala que “en estos cinco años sólo se han licitado las obras en el último de los inmuebles con fondos europeos para el plan Edusi sin ser propiedad municipal el suelo y aún sin comenzar unas obras en un inmueble que ya debían estar acabadas”, mientras “en el caso del Varadero el Consorcio lo rehabilitó, pero ahora el alcalde, como presidente del organismo, ha decidido valorar otras propuestas porque los promotores del Museo del Mar, es decir el propio ayuntamiento, no han concretado su uso, según nos han comunicado por escrito”. Preguntados por esta información, desde el Ayuntamiento de València no han dado una respuesta concreta a preguntas de este diario.
Esta no es la única traba que se ha encontrado el Ayuntamiento a la hora de poner en marcha este proyecto. En el caso de las Atarazanas, que era la que se proyectaba con el grueso del discurso expositivo, en 2019 se explicaba que, antes de licitar las obras y presentar un proyecto, había que estudiar los problemas de climatización que podrían afectar a las obras que se expongan, y que necesitan unas condiciones concretas de temperatura y humedad. Resolver esto se cifró en una inversión de cerca de 1.500.000 de euros que desde consistorio aún no se han planteado pagar, por lo que el problema -en este caso- no es la titularidad, sino las cuentas.
En cuanto a La Casa dels Bous, hace tan solo unos días el Ayuntamiento decidió continuar con la ejecución de las obras de rehabilitación, con un presupuesto de 1.600.000 euros. Las obras, que se anunciaron en 2019, acabaron paralizadas por el recurso presentado por Marina Auxiliante S.L, empresa concesionaria del terreno, para reclamar la propiedad del suelo. “Si la citada sociedad pide parar las obras, un juez podría paralizarlas porque una sentencia le ha reconocido la propiedad del suelo y también de la Lonja de Pescadores. El propio ayuntamiento asume en un informe de la asesoría jurídica que eso puede suceder y podría eternizarse en los tribunales la batalla por la propiedad del suelo, pero también cabe preguntarse cómo se han pedido fondos europeos para desarrollar un proyecto sin tener clara la titularidad”, explica Fernando Giner.
De esta manera, el proyecto del Museu de la Mar se encuentra varado, en punto de muerto en dos de las tres sedes. La restante queda en peligro y es, además, la que menor peso expositivo iba a tener de las tres. Tampoco se ha concretado aún ni cuál va a ser la sociedad de gestión de los espacios, así como cómo será la dirección y gestión de los fondos. Todo esto ocurre cinco años después del anuncio del proyecto. Como dijo un poeta, caminante no hay camino, sino estelas en la mar.
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