VALÈNCIA. Las excavaciones arqueológicas realizadas por el Museu de Prehistòria en L’Altet de Palau (Font de la Figuera) concluyen este mes de julio con el objetivo de “preservar su legado arquitectónico, de gran valor arqueológico y patrimonial, y garantizar su futuro uso público con una señalización adecuada, plafones informativos o visitas guiadas”, según explican los responsables de la entidad en un comunicado.
El diputado de Cultura, Xavier Rius, y el alcalde de la localidad, Vicente Muñoz, visitaron recientemente el yacimiento para conocer la evolución de la campaña de excavación. Según explica Rius, el museo, entidad perteneciente a la Diputació de València, “desarrolla una labor de gran valor allí donde trabaja en la recuperación de muestras y datos que perfilen la vida de nuestros antepasados. Además, muchos de estos objetos se incorporan posteriormente a las colecciones del museo, el principal referente arqueológico valenciano”.
Las excavaciones arqueológicas en L’Altet de Palau comenzaron el pasado 25 de junio. Se trata de un poblado de la Edad de Bronce, excavado desde 2005 por el Servicio de Investigación Prehistórica y el Museu de Prehistòria de València. La duración prevista de la presente campaña es de tres semanas, es decir, hasta el 14 de julio.
Como explican los responsables de la institución en un comunicado, después de más de diez años de trabajo y con más de tres cuartas partes del poblado ya excavadas, “son prioritarias las medidas de conservación y protección de las estructuras, dada su fragilidad”.
El asentamiento está situado en la confluencia de tres corredores de comunicaciones: el valle del Vinalopó, el corredor de la Costera y el puerto de Almansa. Con unas dimensiones aproximadas de 1200 m², se encuentra ubicado en acicate rocoso limitado por escarpaduras en casi todo su perímetro, a excepción de la zona que comunica con un pequeño otero, L’Arbocer, espacio dedicado a actividades metalúrgicas donde se encontró un conjunto de objetos de metal fechado en el Bronce tardío, como hachas, punzones, cinceles, puñales, pulseras y aretes.
Las campañas de excavación en L’Altet de Palau se iniciaron en 2005 y continúan en la actualidad, habiéndose localizado diferentes estructuras de habitáculos y áreas de trabajo: de moltura, de almacén, de metalurgia, así como una calle, muros y bancos de piedra, suelos empedrados, el trazado de un gran muro perimetral que formaría parte del sistema de defensa del poblado, y el acceso al mismo.
Además de las estructuras excavadas en la roca, a modo de cubetas, descubiertas en las campañas de 2015 y 2017, entre los materiales recuperados se encuentran cerámicas, restos de fauna, instrumental lítico, como los dientes de hoz de sílex, y algunos objetos metálicos de bronce; diferentes elementos de barro cocido como los pesos de telar cilíndricos y otras piezas de barro aún por determinar su función.
Por lo que respecta a sus bases económicas, la agricultura estaría centrada en el cultivo de cebada, también se confirma la presencia de rebaños de ovejas y cabras, además de algunos perros, cerdos, etc. Toros y caballos realizarían tareas de carga. También se ha documentado la caza de ciervos y conejos, complementaria de la dieta cárnica. En cuanto a la vegetación, en los alrededores del yacimiento habría especies arbóreas como la encina y el pino, utilizadas en la construcción, y también matorrales brezos, leguminosas, lentisclo y ginebras; robles, fresnos y sauces. El descubrimiento de restos humanos inconexas en la zona de la calle abre la posibilidad de reconocer el ritual funerario practicado en el yacimiento.
Los trabajos efectuados en ambos yacimientos –L’Arbocer i L’Altet de Palau- han permitido conocer y valorar un asentamiento con muralla y una posible torre, que muestra un urbanismo incipiente y un espacio específico para la actividad metalúrgica.