Cultura

María Dueñas: "Se ha escrito poco sobre el vínculo entre España y Argelia; es interesante y desconocido"

La escritora superventas regresa con una nueva novela, 'Por si un día volvemos', donde narra la historia de una mujer valiente que debe emprender otra vida con un futuro incierto en la Argelia francesa de los años veinte del siglo pasado

  • María Dueñas

ALICANTE. Por si un día volvemos es el título de la nueva novela de María Dueñas. Una historia de emoción, supervivencia, amor y guerra en el Orán francés de los años veinte del siglo pasado. Trama que no transcurre en Alicante en ningún momento, pero, sin embargo, sí es este uno de los puntos de origen, junto con Murcia y Almería, de aquellos pieds-noirs que cruzaban el mar en busca de oportunidades a otro lado del Mediterráneo, consolidando un vínculo histórico entre España y Argelia. Una ligazón de largas décadas que ha servido a la autora para poner en contexto su nueva historia de ficción, desplazándose hasta la costa alicantina para presentar este miércoles, 26 de marzo, su nuevo proyecto literario con la Editorial Planeta.

“Durante los años de la Argelia francesa, a partir de 1830 hasta su independencia en 1962, fue el destino de muchísimos españoles que salían de una España complicada, empobrecida y que brindaba pocas oportunidades de futuro para ellos y sus familias; iban en busca de mejores venturas al otro lado del mar”, describía la escritora. En ese ambiente, y concretamente en Orán, una ciudad africana de origen árabe, pero con pulso español y una administración francesa, desembarca la protagonista de la novela bajo el nombre falso de Cecilia Belmonte. Una mujer que tiene que abandonar el lugar en el que la vida le puso y emprender una vida nueva con un futuro incierto en un entorno desconocido.

Tres décadas de vicisitudes

A lo largo de quinientas páginas se extienden las más tres décadas de vicisitudes de una mujer de la que no se conoce su verdadero nombre ni su apellido, ya que pasa por dos matrimonios, una serie de amores, amistades, trabajos, proyectos vitales, negocios e incluso momentos de la historia colectiva, desde la distancia, como la Guerra Civil española o la segunda Guerra Mundial. “La conocemos muy joven, la despedimos ya como una mujer madura”, apunta la autora.

“En toda esa parte del norte de África fueron muy importantes esos acontecimientos, así como la guerra de la independencia de Argelia y, después, el éxodo que trajo de nuevo hacia las costas españolas, en concreto hacia el puerto de Alicante, a muchos de aquellos europeos”, recordaba Dueñas para seguir poniendo en contexto. “Me parecía que era una porción de nuestra historia que estaba aquí al lado, aquí enfrente, y que valía la pena rescatar porque era muy interesante y muy desconocido; se conoce la historia francesa para los franceses, pero no la española para los españoles”, asegura. “Se ha estudiado mucho para recuperar esta memoria desde las universidades, pero se ha escrito poca ficción al respecto”, sentencia.

Un personaje con vida propia

La trama arranca con un duro golpe para la protagonista, que le lleva a tomar una importante decisión en cuestión de segundos en un fogonazo súbito de lucidez. “Ahí arranca el principio del viaje de Cecilia”, cuenta la autora, sobre un personaje que va creciendo sin remedio. “Creas personajes en tu mente y les das una serie de atributos, facultades o características, pero es cierto que a menudo acaban sorprendiendo y crecen más de lo que tú esperabas”, afirma Dueñas. “Es una alegría cuando el personaje se robustece y te pide vida propia; es un alegrón absoluto”, asegura.

“Tenía claro que, por las circunstancias, debía ser una mujer con el empuje y arrojo suficiente como para ser capaz de buscarse la vida desde cero, desde lo más miserable, lo más duro, pero luego va sorprendiendo a lo largo de su vida”, relata con verdadero pasmo. “Tenía claro cuál iba a ser su final y cuáles eran algunos intermedios, pero no conocía los detalles absolutos de lo que iba a pasar y, a lo largo de las sucesivas etapas de su vida, ella misma me ha ido dando sorpresas”, recuerda sobre su relación con la protagonista durante el proceso de escritura. “Cuando todavía no era escritora, leía a autores en entrevistas y decían que los personajes a veces se les iban con una vida propia; a mí eso me parecía una tontería, pero resulta que tenían toda la razón”, confiesa.

Carne de abuso constante

Cecilia viene de unas condiciones muy miserables en un entorno muy rural, pobre y asalvajado, carente de todo tipo de cultura, educación y sofisticación mental y moral. Sin embargo, ella es capaz de dar el paso de irse hacia lo desconocido por sí misma, sin que nadie la empuje ni la lleve de su mano. Aspira a crecer cuando la vida le pone por delante momentos decisivos, en un momento de la historia en el que una mujer lo tenía especialmente complejo para empezar de cero. “Estamos mucho más protegidas ahora mismo las mujeres de Occidente; mucho más protegidas que las mujeres de ese pasado”, sentencia Dueñas. Y es que, lo que la autora cuenta con crudeza que le pasaba a Cecilia, “era el pan nuestro de cada día; las mujeres eran carne de abuso constante”, asegura, al tiempo que se muestra satisfecha de los avances adquiridos. “Hemos llegado al nivel de protección deseable y absoluto, pero es cierto que queda camino por recorrer”, añade.

 

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