VALÈNCIA. La localidad mallorquina de Capdepera despunta por su histórico castillo y por el acuerdo rubricado en su interior el año 1231 entre Jaume I y el cadí Abu' Abd Allah Muhammad, que gobernaba la vecina isla de Menorca. A ese pacto, que obligaba a un tributo del segundo al primero y garantizaba la hegemonía cristiana, se llegó tras una práctica estratagema.
Jaume I no tenía suficientes tropas para invadir Menorca; no obstante, ese detalle lo desconocía su contendiente. El carismático rey de Aragón y conquistador de Valencia decidió hacer crear al cadí lo contrario. Para ello ordenó prender enormes hogueras frente a la costa que dieron a entender al dirigente musulmán que el ejército rival era más nutrido, con lo que optó por no presentar batalla y llegar a un acuerdo.
Esta historia podría tener su paralelismo presente y trasladado a la política si aplicáramos el símil a la creciente rivalidad interna en el PSPV por controlar la provincia de València y situarse en el mejor lugar para relevar a Ximo Puig como secretario general del partido en la Comunidad Valenciana.
El actual máximo mandatario provincial y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, celebró una curiosa y concurrida cena, de la que informó Valencia Plaza, en un hotel del distrito Marítimo de Valencia con responsables locales de su partido hace escasas semanas. A ella asistieron, según destacaron desde su entorno, 11 secretarios generales comarcales.
¿Se podría aplicar una sinécdoque y aplicar la parte por el todo para considerar que Bielsa cuenta con el apoyo de 11 comarcas? Sería demasiado afirmar que, por ejemplo, en la suya propia, l´Horta Sud, ocurre esto. De hecho, la mayor parte de la poderosa agrupación de la capital, Torrent, es abiertamente ´ximista´ y en una pugna de las denominadas ´familias´ podría alinearse con Pilar Bernabé o con Arcadi España –si fueran los ungidos por Puig para relevarlo- o, en menor medida, con la ministra Diana Morant.
Sin salir de este espacio territorial comarcal cuna de Bielsa, en Quart de Poblet ha nacido el grupo 3.0, que también busca su asentamiento como ‘familia’, y que lidera el activo concejal de esta población Bartolomé Nofuentes, con el apoyo, entre otros, del alcalde de Sedaví, José Cabanes, y con la cercanía del de Silla, Vicent Zaragozá, secretario general del PSPV en la aludida l´Horta Sud. Zaragozá, por cierto, también estuvo en la cena del Marítimo.
Precisamente el citado exconseller Arcadi España nació en Carcaixent, localidad de la Ribera Alta, comarca que, en el engranaje del PSPV, dirige el politólogo Carles Arques como secretario general. Este último forma parte, en efecto, del equipo más próximo a Bielsa, a quien asesora en la Diputación de Valencia.
En esta corporación provincial comparte bancada el alcalde de Mislata con el gandiense Vicent Mascarell, quien, a la vez, ejerce de secretario de organización del PSPV en la provincia de Valencia. Esto supone, en la práctica, una labor tremendamente ligada a la del propio Bielsa como secretario general; no obstante, Mascarell procede de una agrupación, la de Gandia, alineada históricamente con Ximo Puig.
Y no solo ella, sino la mayoría de las de la Safor, incluido la del presidente de la Mancomunitat y alcalde de Alquería de la Condesa, Voro Femenia, también asesor en la Diputación. Fuera de ese apoyo incondicional podría quedar, como matizan algunas fuentes, Oliva, verso libre o más cercano a Bielsa.
Otro ejemplo de esa diversidad se halla en Camp de Túria, donde la secretaria general y alcaldesa de Marines, Lola Celda, apoya sin fisuras a Bielsa, mientras que el principal alcalde socialista en la comarca, Robert Raga, forma con el ´ximismo´.
Ximistas, bielsistas, 3.0…y abalistas o partidarios del ex plenipotenciario ministro y ex secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos. Estos últimos tienen adalides sueltos pero significativos, como el alcalde de Almussafes, Toni González, en una agrupación socialista que supera en militancia a las de Torrent o Mislata, municipios bastante más populosos. O como Pedralba, en la Serranía, con su alcalde, Andoni León, siempre leal a Ábalos. Incluso en Moncada, con el ex delegado del Gobierno Juan Carlos Fulgencio.
Y para término municipal reseñable que apoya a quien fuera plenipotenciario ministro de Pedro Sánchez, Burjassot. Su alcalde, Rafa García, ya disputó al propio Puig la secretaría general socialista en 2017 como abanderado del ´abalismo´.
También fue en un acto en esta población –la presentación de un libro de Juan Vicente Cosín “de defensa de principios y valores socialistas”- donde reapareció hace poco más de un año Ábalos después de su nunca suficientemente explicada defenestración como ministro y secretario de organización.
En la misma comarca de Burjassot –l´Horta Nord-, en cambio, Bielsa sí que cuenta con el respaldo inquebrantable y público del principal alcalde socialista de la provincia por su amplia mayoría y el tamaño de la población que dirige, Juan Antonio Sagredo. Igualmente el secretario general provincial goza del apoyo de otro primer edil de enorme relevancia como es el de Sagunt, Darío Moreno. De la capital del Camp de Morvedre precisamente fue alcaldesa Gloria Calero, también ex delegada del Gobierno y báculo firme de Ábalos.
En la enumeración de grupos, conexiones y vinculaciones no se puede olvidar el añejo ´ciscarismo´ (afines a otro referente de la estirpe de secretarios de organización valencianos que ha tenido el PSOE como ha sido Ciprià Ciscar), con Picanya o Aldaia, incluso Picassent, como enclaves. Sus cifras no les dan para promover candidato, pero sí que pueden decantar una balanza. O ayudar a hacerlo y a la vez situar en lugares destacados a sus peones.
La historia de lazos personales y ´familiares´ resulta interminable y, en ocasiones, difusa o duplicada. ¿Primarán los primeros sobre los segundos o viceversa? En cualquier caso, como indica un experto en la ´fontanería´ socialista, que “un secretario general sea de una ´familia´ no implica, ni mucho menos, que toda su comarca vaya votar en bloque el candidato de esa misma ´familia´ cuando llegue el congreso”.
De todos modos, sí que supone una demostración de fuerza. Como la que hizo Jaume I para asustar a su rival hace casi ocho siglos. ¿Ocurrirá lo mismo de cara al congreso socialista y Bielsa, el aparentemente mejor situado por su poder institucional y orgánico, logrará sellar un acuerdo con el resto de ´familias´ de la provincia?
¿O emergerá algún referente sin aparentes apegos familiares –caso, por ejemplo, de Jordi Mayor, alcalde de Cullera, que consiga aunar a ‘familias’? ¿O incluso irrumpirá una nueva ´familia´, aunque sea de conveniencia y para la ocasión? Demasiados interrogantes por resolver y con tiempo por delante para hacerlo.